Australia y Papúa Nueva Guinea han anunciado que han acordado el cierre de un controvertido
centro de detención para solicitantes de asilo financiado por Canberra en la isla de Manus,
aunque por el momento no está clara la suerte de los 800 refugiados retenidos en el mismo.
En virtud de la legislación australiana,
cualquier persona interceptada intentando
llegar al país en barco es enviada a campos
en la isla de Nauru, en el Pacífico, o en la isla
de Manus, en Papúa. En ningún caso se les
permite asentarse en Australia.
Algunos solicitantes de asilo han pasado
años en los campos, que han sido criticados
por Naciones Unidas y los grupos de defensa
de los Derechos Humanos, que han
publicado numerosos informes sobre
abusos y daños autoinigidos entre los
detenidos, incluidos niños.
Algunos en Papúa Nueva Guinea no están
contentos con la perspectiva de que cientos de solicitantes de asilo sean trasladados a su país y
ha habido informaciones de algunos de estos atacados por residentes locales.
"Tanto Papúa Nueva Guinea como Australia están de acuerdo en que el centro será cerrado", ha
anunciado el primer ministro papú, Peter O'Neill, en un comunicado.
"Se están avanzando e implementando una serie de opciones. Es importante que este proceso
no sea apresurado sino realizado de forma cuidadosa", ha añadido, sin mencionar en ningún
momento una fecha de cierre.