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Etiquetas | Entrevista - Javier Echaleku | Autor | Emprendedor | Marketing digital | Publicidad
Autor, Formador y emprendedor

​Conociendo a… Javier Echaleku

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Breve Presentación


Con más de treinta años dedicado al mundo empresarial y al desarrollo de modelos de negocio, Javier lleva más de trece al frente de Kuombo.com, la agencia de marketing y publicidad en la que actualmente es director creativo.


Reconoce que el ecosistema académico le aporta mucho aprendizaje y el año 2018/2019 obtuvo el galardón de mejor profesor del Máster en Marketing y Estrategia de Comunicación Digital, impartido por la Escuela de Negocios Fundesem Business School.


Javier es autor del libro Marketing Online, la gran burbuja del siglo XXI, (Editorial Universitat Politècnica de Valencia), en el que cuestiona lo que ocurre en el mundo del marketing; en las empresas; en las inversiones publicitarias y en internet en general.


Javier Echaleku

- Marketing y venta, no se entienden uno sin la otra. En Kuombo se definen científicos del marketing multidimensional, ¿en qué consiste esta disciplina?

El marketing multidimensional es uno de los tantos términos utilizados en marketing, que no están del todo definidos, pero que dan a entender que el marketing tiene diferentes dimensiones, de las que se viene hablando reiteradamente, como son por una parte los clientes, por otra los proveedores, o lo que Kotler definió en su día como marketing 3.0, y sucesivos.


Cuando comencé a diseñar la metodología de Sales Funnel Canvas, me percaté de que la multidimensionalidad, iba más allá de que hubiese clientes, empresa, proveedor, sino de los posibles estados mentales por lo que pasa un posible comprador, las diferentes plataformas y herramientas que se utilizan para determinar los momentos más idóneos para la compra, y te das cuenta de que todo es más complicado que mostrar gráficamente el mundo del marketing en forma de embudo, unidireccional y con una serie de capas lineales.


Realmente con lo que había hasta ese momento, no era capaz de concebir de una forma tan lineal la visualización gráfica del comportamiento de un cliente. A partir de ahí nos pusimos a hacer un exhaustivo trabajo de investigación, leyendo mucho y buscando la manera de conectar entre sí mecanismos como el de AIDA de Lewis; el doble embudo de Steve Blank; la primera metodología de venta consultiva que Paterson denominó The Primer, o las métricas Pirata de McClure.

Todo este trabajo científico ha dado como resultado una visualización gráfica, qué sigue en continua mejora y redefinición porque tratar de esquematizar el comportamiento humano, y las interacciones de las marcas con un posible comprador es demasiado complejo.


- En marketing, se suele dar más importancia al cómo, que al qué se dice. En vuestras campañas publicitarias, ¿soléis envolver los mensajes con música?, ¿consideráis la música como un método persuasivo eficaz?

Creo que todo lo que se hace bien, puede ser bueno, y todo lo que se hace mal, puede ser malo. Siempre recurro a los clásicos, y si Lewis hablaba a principios del siglo XX de las formas de crear contenido para cumplir tus objetivos en un anuncio publicitario, lo que posteriormente se conoció como AIDA (acrónimo de Atención /Interés/Deseo/Acción). En todas estas fases, describía distintas formas de llamar la atención, pero siempre enfocado en que esa atención debía favorecer la cercanía y se fusionase de forma inconsciente en la mente de aquel que está viendo ese contenido.


El tema es demasiado complejo como para que las reglas que se utilizan tengan que estar continuamente revisándose, y en alusión a la música que comentas no hay una regla fija, aunque estadísticamente es demostrable que por ejemplo la música de violines es eficaz para generar emociones pasionales, y los tambores provocan inquietud, como digo, no tiene que funcionar en todos los casos. Por suerte, hoy en día hay herramientas que nos permiten medir y analizar el éxito o fracaso de las acciones publicitarias que llevamos a cabo.


- El Sofá Rojo, a modo del Chester de Risto Mejide, se convirtió durante tres años y sesenta capítulos en un medio para compartir contenido, entre otras cosas sobre estrategia de marketing, ¿cómo surgió esta idea?, y sobre todo, ¿cumplió el objetivo que se propuso con esta iniciativa?

Cómo tantas y tantas cosas que ocurren en mi vida profesional, el Sofá Rojo surge de forma casi ocasional, porque estábamos ayudando en temas de marketing a la Asociación Valenciana de Startups, y le propuse al CEO de la asociación, Nacho Mas, que a través de una entrevista pudiese dar el mensaje de aquello que tuviese que contar. Él accedió, y montamos en mi oficina un set de grabación. Nos sentamos en el sofá de forma distendida, y teniendo en cuenta que ni soy periodista, ni entrevistador, ni showman, esta primera entrevista salió fenomenal.


De esta primera experiencia, posteriormente surgieron otras, sin ningún objetivo claro al principio. Empezamos a contactar con personas cercanas, que tenían cosas interesantes que aportar, y aunque inicialmente el espacio comenzó a llamarse Sin pelos en la lengua, y a medida que fuimos haciendo estas entrevistas, nos dimos cuenta de que a la gente le gustaban los temas que tratábamos, que interactuaban con el contenido, e incluso algunos acudían a nuestra agencia para pedirnos un presupuesto, porque habían visto el programa.  


Las entrevistas comenzaron a tener cierto alcance, y la gente comenzó a hablar de las entrevistas de Echaleku en el Sofá rojo, y decidimos no llevarles la contraria, y optamos por cambiarle el nombre, a la vez que comenzamos a tener claros los objetivos de generar más visibilidad, de atraer clientes a la agencia y consolidar la imagen de marca de la empresa, y mía personal.


Tras dos temporadas de El sofá Rojo, el inicio de la pandemia supuso el final de este formato del que estoy muy satisfecho, y que personalmente me ha ayudado mucho para coger soltura a la hora de expresar mis ideas en clase, porque aunque la gente no se lo llega a creer, soy una persona muy tímida.


- Javier, ¿ha tenido que venir una pandemia para replantearnos que era necesario transformar los entornos de trabajo? Desde Kuombo, ¿cómo os habéis anticipado al cambio que supone dejar atrás un modelo presencial por uno híbrido?

Este es un tema muy curioso. Si me lo llegas a preguntar antes de la pandemia, te hubiese dado una respuesta muy diferente a la que te voy a dar ahora.

Uno o dos años antes de la pandemia, cuando entrevisté en el Sofá Rojo a David Blay, nuestro amigo en común, para hablar del trabajo en remoto, él en todo momento me insistía de que era algo a lo que todas las empresas debían aspirar.


En aquellos momentos, yo le decía que me encantaría aplicar ese modelo, pero también le trasladaba mi miedo y mi incapacidad a llevarlo a cabo. Otra cosa muy distinta fue cuando llegó la pandemia, y te ves en la situación en la que no sabes qué va a pasar, y como va a afectar a la estructura de trabajo, y ves que la enorme oficina que teníamos nosotros posiblemente tenga que estar cerrada de forma indefinida. Ahí es cuando decidimos hacer un cambio radical, y pasase lo que pasase, dejar atrás la presencialidad y apostar por el trabajo en remoto.


Durante esa transición al mundo remoto, teníamos en cierto modo el permiso de fallar porque era algo a lo que todo el mundo se veía obligado a hacer. Es muy probable que algunos tengan intención de retornar a la total presencialidad, otros opten por un modelo mixto, y en nuestro caso nos mantendremos en remoto al 100%porque era algo que queríamos hacer desde hace tiempo, pero que nos daba cierto vértigo, y vernos forzados a ello, nos ha permitido llegar al punto en el que queríamos estar y en el que nos sentimos cómodos.


- Como en su día pronunciase el polifacético Paco Umbral, hablemos de su libro. Marketing Online, la gran burbuja del siglo XXI forma parte de algo más ambicioso que no solo se circunscribe a la escritura de un libro, ¿De qué está compuesto dicho proyecto?

Exactamente igual, que te comentaba con El Sofá Rojo, lo que comenzaba con un planteamiento, que intentaba cumplir determinados objetivos, poco a poco va cambiando, incluso durante el diseño de la estructura del producto.


El libro, en un principio pretendía ser un manual de Sales Funnel Canvas para después contar cómo se me ocurrió la idea de crear esta herramienta desde una perspectiva más profunda y conceptual.

Y a modo introspectivo, cuando me pongo a investigar que ocurre dentro de mí cuando intento diseñar la metodología y encuentro información leyendo a los clásicos, y todo ese proceso de aprendizaje, me cuestioné si realmente lo estábamos haciendo mal, y el marketing es algo muy distinto a todo lo que nos habían contado hasta el momento.


Y empiezo a descubrir, que muchas de las personas con las que comparto esta idea, y que son conocedoras del sector, opinan lo mismo que yo. Esto me llevó a confirmar que algo de burbuja sí que hay entorno al marketing. Con esta idea, comienzo a recopilar más información y a contárselo a las personas con la intención de que colaborasen en dicho proyecto, y por la experiencia de El Sofá Rojo les propongo que en vez de que escriban cosas, les hago una entrevista para sacar contenido para los diferentes capítulos del libro, y de paso aprovechamos para publicar las entrevistas en YouTube, además del propio canal de podcast, y hacemos una página web.


Aunque el libro actualmente no está completo y está en proceso de corrección de los contenidos, hablamos con la editorial de la Universidad Politécnica de Valencia para saber si les interesaba el proyecto, y obtuvimos su apoyo. Que una Universidad nos respalde, nos exige tomárselo muy en serio y con la rigurosidad que conlleva.


-   Su libro, a modo de denuncia, trata de destapar la caja de los truenos sobre la ingente cantidad de dinero derrochado en la publicidad. ¿Hablar de burbuja es sinónimo de especulación?

Fíjate, estoy intentando en todo momento evitar la palabra estafa, y todo aquello que lleve una intencionalidad porque las cosas han ido surgiendo de una determinada manera. Como cuento en el libro, creo que los responsables de todo esto somos nosotros mismos, los profesionales que nos dedicamos a temas de marketing, agencias, anunciantes… Nos han contado una serie de cosas, y más allá de que sean más o menos ciertas, nos ha venido bien creernos la parte que más nos ha interesado creer. Por ejemplo, cuando nos dicen que en internet todo se puede medir, y que con una serie de métricas vas a entender mejor lo que pasa, te lo crees sin profundizar más en ello. En ese caso, ¿quién es el responsable?, el que te dice que todo es medible, o nosotros por creérnoslo.


Antiguamente, con la televisión te decían que había determinadas audiencias o Shares, cuando en la realidad, este dato se medía con un planteamiento estadístico bastante pobre porque aproximadamente dos mil hogares en España contaban con un aparatito, y en función de los programas que se veía en esos hogares, lo extrapolaban al resto.


En internet todo se complica un poco más porque hay muchas plataformas que no están conectadas entre sí, y cuando te dicen que tu sitio web ha tenido 50.000 visitas, no sabes discernir cuantas están duplicadas, eso sumado a costes por clic, a los costes por cada mil impresiones, y a un montón de variables como las audiencias, el tráfico real, etc.


El libro no es una denuncia, porque no soy nadie para denunciar a alguien, y sí es una invitación a reflexionar sobre cómo estamos haciendo las cosas, sobre lo que nos creemos y no nos creemos. Uno de los capítulos lo dedico a René Descartes, porque uno de sus planteamientos es el de No te creas nada, solo por el hecho de que te lo hayan contado.


Esta labor, como te digo, por mi parte está más enfocada a la reflexión, que a la denuncia, desde el punto de vista que entiendo una burbuja como algo que va creciendo de forma desmedida, y que en determinado momento, se nos puede desmoronar. En nuestro caso una burbuja de la publicidad y de internet, como suelo decir, es una burbuja homeopática, y que dudo mucho que acabe reventando, a no ser que pasen cosas como recientemente está anunciando Facebook, que probablemente acabe retirándose de Europa, porque de repente cambiarían las reglas del juego, si finalmente ocurre esto.

No demos nada por hecho, y reflexionemos sobre cómo estamos utilizando los diferentes canales porque no todo es marketing online, y afortunadamente sigue existiendo la radio, las revistas, los periódicos en papel, y las vallas publicitarias.


- Uno de los capítulos de su libro lo dedica a Sales Funnel Canvas, un marco de trabajo ideado por usted. ¿Podríamos considerarlo producto de la serendipia, como en su día lo fue la penicilina?, ¿forma parte de un modelo avanzado de CRM (Customer Relationship Management)?

(Risas) En realidad, Sales Funnel Canvas no tiene nada que ver con un CRM aunque te ayuda a entender qué uso darle a un CRM en la etapa de consideración, y en concreto en todo lo que tiene que ver con la parte de retención de clientes o fidelización.


Sales Funnel Canvas, es producto del miedo, más que de la serendipia, porque llevaba tiempo obsesionado en mejorar la forma de trabajar dentro de la agencia, y constantemente estaba buscando algo que me permitiese estandarizar los procesos de trabajo, para que todos tuviésemos un entorno único, que nos hiciese sencilla la comunicación, y sobre todo con terceras personas, y por otra parte, en mejorar la forma de dar mis clases, de estructurar los contenidos introduciendo cada vez más dificultad pero a la vez de forma más sencilla.


Durante todo este proceso de búsqueda de ese producto, me encontraba un fin de semana dando clase en una de las universidades en la que yo había estudiado, y en una de las sesiones, detecté que los alumnos se desconectaron de la clase por la cantidad de conceptos muy complejos que estaba mezclando. En ese momento decidí acabar con la clase, porque como docente algo no estaba haciendo bien.


Me fui al hotel a intentar dar un formato visual a todo aquello, y a la mañana siguiente volví a tener clase con los mismos alumnos, y decidí hacer una especie de consultoría grupal con el esquema que pinté la noche anterior. Fueron cinco horas de clase improvisadas, y al final fue todo un éxito, porque poco más y salgo a hombros por “La puerta grande”, como si de un torero se tratase. Los alumnos llegaron a pensar, que el desastre de la clase del día anterior había sido adrede, para el lucimiento posterior. Y nada más lejos de la realidad, porque fue fruto del acojone que tenía de perder el control de la clase de la escuela donde me había formado años antes.


Cuando llegué a la agencia, les conté lo sucedido, y les presenté la herramienta con la que podríamos trabajar con la intención de aprender a utilizarla. Acto seguido la diseñamos en bonito, registramos la marca, y comenzamos a generar contenido. Desde entonces han pasado ya cuatro años, y como te digo, Sales Funnel Canvas fue fruto de la necesidad, y esa serendipia de la que hablas pudo deberse a la relación espacio-temporal en la que sucedió. Tal vez era el momento adecuado, y estaba en el sitio que tenía que estar.


-  En otro de los capítulos del libro se ocupa de Elmo Lewis, creador de AIDA, y uno de los modelos más longevos de marketing y ventas, en el que describe las fases psicológicas que forman parte de la intención de compra. ¿Dónde acaba la influencia y empieza la manipulación por parte del vendedor, para llevar a término un proceso de compra?

Esta es una pregunta recurrente en las clases que imparto en las universidades y las escuelas de negocio, y siempre respondo lo mismo. Al final, el objetivo de cualquier empresa es vender, y vender cuanto más mejor porque es su modelo de sostenibilidad, y tanto el marketing, como la publicidad son herramientas que ayudan a influir en las personas, entrando en su cabeza y crearles una necesidad haciéndoles ver que nuestra solución es la mejor.


Estas herramientas funcionan psicológicamente porque al final, los estados mentales se encadenan entre sí, y en su día llegaron a la conclusión de que el efecto físico antecede al efecto psicológico, que bien podría venir representado por esta frase “tú no eres feliz porque te ríes, sino que cuando te ríes eres feliz”. De ahí, que los impactos que provoques en una persona, con una frase, con un color, con una ilusión, o con una música como decíamos al principio, le generará sentimientos que a veces estarán enfocados a despertarle una necesidad, a convencerles con un producto, o a enamorarles con una solución.


No perdamos de vista que no dejan de ser herramientas, ¿Eso es bueno, o es malo?, Esto es cómo es, una herramienta que podemos usar para vender de forma súper honesta, o para ser un tremendo sinvergüenza. Como te digo, el problema está en el uso que hagamos de esta herramienta, porque igual que un martillo sirve para clavar clavos, alguien lo puede usar como arma arrojadiza. ¿Dónde queda la ética? Siempre les digo a mis alumnos, que la ética está en uno mismo, y que los límites para entrar en el terreno de la manipulación, o quedarte en el de la persuasión los pones tú.


- Como Boxeador, estará de acuerdo con una frase de la saga cinematográfica de Rocky Balboa: “No importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que eres cuando te golpean”. Además de resiliencia, ¿qué otras cualidades necesitan tener los emprendedores?

(Risas) Primero, no estar bien de la cabeza porque tal y como está el patio, emprender casi se ha convertido un deporte de riesgo. Sin entrar en política, ni en cómo los gobiernos pueden o no ayudar en el tema del emprendimiento, de lo que soy consciente es de que cada vez es más difícil sacar adelante una empresa.


En mi caso particular, lo he intentado muchas veces, y algunos proyectos me han ido bien, y otros no tanto, hasta llegar incluso a arruinarme. Ahora sigo con varias empresas, y creo sinceramente que a pesar de los pesares, me costaría volver a trabajar por cuenta ajena, aunque sin dejar de ser emprendedor. Es cierto que muchas veces confundimos ser emprendedor con ser empresario, porque para mí ser emprendedor es una cuestión de carácter y de actitud, de estar constantemente creando e inventando, sin duda puedes hacerlo trabajando para otros, mientras que ser empresario es muy complicado, a pesar de que se puede aprender.


En otras palabras, creo que el emprendedor nace, y el empresario se hace. A partir de ahí, existen múltiples combinaciones: se puede ser muy buen emprendedor y muy mal empresario, poco emprendedor y muy buen empresario…


Además de esa resiliencia que comentas, creo que es muy importante tener capacidad para asumir riesgos y la precaución de saber dónde está el límite, y reconozco que Sun Tzu en su libro El arte de la guerra nos enseña mucho sobre todo este tipo de cuestiones.


- La conocida frase “No se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos”, en cierto modo idolatra el hecho de cometer errores. Desde su experiencia, ¿los fracasos estrepitosos son necesarios como parte del éxito posterior?

Sinceramente, se ha creado un halo innecesario alrededor del fracaso como paso previo al éxito, y no creo que sea necesario fracasar antes de tener éxito, pero a veces es inevitable. Personalmente, no me gusta fracasar, y cuando muchas veces he fracasado, y alguna de ellas muy dramática a nivel económico y emocional, no es nada agradable. Claro que aprendes, pero porque aprendes en la vida, en cada paso que das y en cada cosa que haces.


Entrando en el terreno más personal, por ejemplo cuando te separas de tu pareja, cuando tienes un problema con tu hijo, o cuando rompes con un amigo, son fracasos que no son nada agradables y que ojalá nos los pudiésemos evitar y aprender de otra manera. No es tanto ver el fracaso como algo bueno o malo, sino ser capaces de entender que forma parte del ciclo de la vida, aunque hay personas que los altibajos se los toman mejor, y otras no tanto.


En la cercanía


Javier Echaleku 1

- Como practicante de Boxeo, ¿qué aprendió del deporte en general, y del boxeo en particular?

El Boxeo es un deporte que siempre me ha llamado la atención porque de pequeño tenía una buenísima relación con mi abuelo, y veía en televisión los combates de Boxeo con él, (cuando solo había dos únicos canales, y la tele era en blanco y negro). En aquella época era un joven flacucho y pequeñito, al que todos le querían pegar, y me planteé aprender Boxeo por el mero hecho de defenderme.

Practicar Boxeo me ha permitido conocerme a mí mismo mucho mejor, aprender cosas de mi cuerpo, de mi mente, y dotarme de más seguridad en mí mismo, y sobre todo a tener más control de mis acciones porque cuando aprendí a defenderme, fui consciente de que no debía propiciar las trifulcas.

Por otra parte, de forma casi inconsciente, la práctica del Boxeo me ha ayudado en el mundo laboral, aportándome la disciplina necesaria para llevar a cabo los objetivos planteados previamente.


- Javier, ¿qué tiene el emprendimiento de adictivo, para volver a él tras un descalabro inicial, y una etapa posterior como trabajador por cuenta ajena?

Pienso que el emprendimiento es adictivo, como tantas y tantas cosas, debido a esa dopamina que segregamos cuando tenemos la expectativa de que algo bueno puede pasar. Con el deporte sucede algo parecido, es altamente adictivo y además requiere el esfuerzo de hacerlo, tal y como pasa con el emprendimiento, o llevar adelante una empresa.


Como te digo, si usamos como ejemplo el deporte, mientras lo practicas puedes tener esa sensación de adicción, pero en un momento determinado le puedes llegar a coger miedo, porque has tenido una mala racha de lesiones, o de combates perdidos, (si hablamos de Boxeo), y solo de pensar en que tienes que subir al ring, te entran los siete males.


- Etxaleku es una localidad de la comunidad Foral de Navarra. A pesar de ser oriundo de Alicante, por la similitud con su apellido, ¿sus ancestros provienen de dicho municipio?

He estado en Etxaleku varias veces. He de comentarte que uno de mis proyectos vitales es hacer mi árbol genealógico, desde hace algunos años. Te contaré algo que no sabe mucha gente. Cuando nació mi hijo, me cambié legalmente el orden de mis apellidos, para que Echaleku no se perdiera, y de esta manera perpetuar el apellido de mi abuelo materno, con el que tenía una buenísima relación, y al que tanto recuerdo.


Como te digo, el nacimiento de mi hijo fue el detonante para ponerme a investigar sobre los orígenes del apellido Echaleku. Cuando visité el pueblo por primera vez, me ilusioné tanto que comencé a buscar documentos en archivos de ayuntamientos, a rastrear por internet, etc. Fruto de esta investigación, en mi árbol genealógico figuran más de 160 personas conectadas, desde el año 1640, y es curioso conocer que alguno de mis ancestros ha sido Caballero de la Corte Real de Carlos III.


-  El grupo Tequila, canta en Salta: “Salí de casa con la sonrisa puesta / Hoy me he levantado contento, de verdad”. A Javier, ¿qué le hace esbozar una sonrisa?

¡Muchas personas! Mi hijo; mi mujer; mis amigos; mis alumnos; mis clientes; mis socios; mis trabajadores… que a veces también te provocan derramar alguna que otra lágrima.


He de reconocer, que hay un tema del que se suele hablar poco, que es el estado anímico de las personas, y las cabezas son muy traicioneras, sobre todo en personas con muchas inquietudes, pasionales y flemáticas. En mi caso debo tener mucho cuidado, porque emocionalmente soy una montaña rusa, y suelo pasar con mucha facilidad de la euforia a hundirme en la miseria. Por eso intento buscar la sonrisa, y disfrutarla todo lo que puedo.


- Simplificando, podríamos decir que el marketing consiste en difundir ideas y convertirlas en rentables, ¿dónde busca la inspiración necesaria para encontrar ideas exitosas?

Muchas de las cosas que he creado tienen su origen en problemas que me he encontrado por el camino, y considero que a nivel empresarial ésta es la mejor manera de crear cosas, encontrando problemas que puedas resolver posteriormente. Luego hay otros genios, como lo fue Steve Jobs, que era capaz de inventarse esos problemas, para posteriormente venderte productos que los resolvían. Por ejemplo, en mi caso, no entraba que pudiera necesitar algo intermedio entre un móvil y un ordenador, y de repente tuve la necesidad de tener un iPad.


Como te digo, los mejores negocios nacen de crear algo inspirándote en las necesidades de otros que tú puedas llegar a resolver. De hecho en el mundillo startup, es recomendable cuando se hace un pitch a inversores no comenzar hablando de tu producto, sino de las necesidades que soluciona tu producto.


- ¿Suele dar segundas oportunidades a libros que en primera instancia por el motivo que fuese “se le hizo bola” su lectura y los dejó inacabados?

(Risas). En mi caso no leo libros de literatura porque mis lecturas siempre están enfocadas al trabajo, pero porque ese también es mi hobby. Leo libros de publicidad, de ventas, de marketing, y he de reconocer, que alguna vez he dicho “qué peñazo de libro”, y pasado un tiempo, lo que estaba sintiendo o aprendiendo en un momento determinado me ha llevado a retomar aquel libro que había dejado sin terminar de leer.


- Javier, ¿podría decirse que junto a una tupida barba, sus coloridas gafas forman parte de sus señas de identidad?, ¿qué importancia otorga al aspecto físico?

Cuando mi empresa empezaba a darse a conocer en Valencia, después de escribir el artículo Yo me arruiné emprendiendo, que acabó haciéndose viral, yo llevaba unas gafas blancas, y durante un tiempo llevé esas gafas porque sentía que era lo que me había llevado a darme a conocer. Aunque es cierto que mi logo, sigue siendo esas gafas rectas y blancas que en su día tuve, pasado este tiempo, las gafas no las considero como seña de identidad. El tema de la barba, en realidad un día decidí dejármela, y periódicamente me la suelo afeitar, y volver a dejar crecer.


En cuanto al estilo de vestir, suelo ser bastante cambiante, pero teniendo siempre presente que la apariencia física y la vestimenta son importantes, porque la ropa, nuestro olor, y los complementos que usemos reflejan la imagen de uno, y en cada momento debe ser la adecuada, porque tiene que haber un equilibrio. Ni es bueno estar todo el día de traje, ni todo el día con ropa de sport.

Reconozco que no comprendo mucho la moda, y tengo que recurrir a ayuda externa. En mi caso, mi mujer es la encargada de ayudarme a elegir el outfit cada temporada, y hace las funciones de estilista para la ropa más formal.

​Conociendo a… Javier Echaleku

Autor, Formador y emprendedor
Alfonso Miñarro López
martes, 15 de febrero de 2022, 10:12 h (CET)

Breve Presentación


Con más de treinta años dedicado al mundo empresarial y al desarrollo de modelos de negocio, Javier lleva más de trece al frente de Kuombo.com, la agencia de marketing y publicidad en la que actualmente es director creativo.


Reconoce que el ecosistema académico le aporta mucho aprendizaje y el año 2018/2019 obtuvo el galardón de mejor profesor del Máster en Marketing y Estrategia de Comunicación Digital, impartido por la Escuela de Negocios Fundesem Business School.


Javier es autor del libro Marketing Online, la gran burbuja del siglo XXI, (Editorial Universitat Politècnica de Valencia), en el que cuestiona lo que ocurre en el mundo del marketing; en las empresas; en las inversiones publicitarias y en internet en general.


Javier Echaleku

- Marketing y venta, no se entienden uno sin la otra. En Kuombo se definen científicos del marketing multidimensional, ¿en qué consiste esta disciplina?

El marketing multidimensional es uno de los tantos términos utilizados en marketing, que no están del todo definidos, pero que dan a entender que el marketing tiene diferentes dimensiones, de las que se viene hablando reiteradamente, como son por una parte los clientes, por otra los proveedores, o lo que Kotler definió en su día como marketing 3.0, y sucesivos.


Cuando comencé a diseñar la metodología de Sales Funnel Canvas, me percaté de que la multidimensionalidad, iba más allá de que hubiese clientes, empresa, proveedor, sino de los posibles estados mentales por lo que pasa un posible comprador, las diferentes plataformas y herramientas que se utilizan para determinar los momentos más idóneos para la compra, y te das cuenta de que todo es más complicado que mostrar gráficamente el mundo del marketing en forma de embudo, unidireccional y con una serie de capas lineales.


Realmente con lo que había hasta ese momento, no era capaz de concebir de una forma tan lineal la visualización gráfica del comportamiento de un cliente. A partir de ahí nos pusimos a hacer un exhaustivo trabajo de investigación, leyendo mucho y buscando la manera de conectar entre sí mecanismos como el de AIDA de Lewis; el doble embudo de Steve Blank; la primera metodología de venta consultiva que Paterson denominó The Primer, o las métricas Pirata de McClure.

Todo este trabajo científico ha dado como resultado una visualización gráfica, qué sigue en continua mejora y redefinición porque tratar de esquematizar el comportamiento humano, y las interacciones de las marcas con un posible comprador es demasiado complejo.


- En marketing, se suele dar más importancia al cómo, que al qué se dice. En vuestras campañas publicitarias, ¿soléis envolver los mensajes con música?, ¿consideráis la música como un método persuasivo eficaz?

Creo que todo lo que se hace bien, puede ser bueno, y todo lo que se hace mal, puede ser malo. Siempre recurro a los clásicos, y si Lewis hablaba a principios del siglo XX de las formas de crear contenido para cumplir tus objetivos en un anuncio publicitario, lo que posteriormente se conoció como AIDA (acrónimo de Atención /Interés/Deseo/Acción). En todas estas fases, describía distintas formas de llamar la atención, pero siempre enfocado en que esa atención debía favorecer la cercanía y se fusionase de forma inconsciente en la mente de aquel que está viendo ese contenido.


El tema es demasiado complejo como para que las reglas que se utilizan tengan que estar continuamente revisándose, y en alusión a la música que comentas no hay una regla fija, aunque estadísticamente es demostrable que por ejemplo la música de violines es eficaz para generar emociones pasionales, y los tambores provocan inquietud, como digo, no tiene que funcionar en todos los casos. Por suerte, hoy en día hay herramientas que nos permiten medir y analizar el éxito o fracaso de las acciones publicitarias que llevamos a cabo.


- El Sofá Rojo, a modo del Chester de Risto Mejide, se convirtió durante tres años y sesenta capítulos en un medio para compartir contenido, entre otras cosas sobre estrategia de marketing, ¿cómo surgió esta idea?, y sobre todo, ¿cumplió el objetivo que se propuso con esta iniciativa?

Cómo tantas y tantas cosas que ocurren en mi vida profesional, el Sofá Rojo surge de forma casi ocasional, porque estábamos ayudando en temas de marketing a la Asociación Valenciana de Startups, y le propuse al CEO de la asociación, Nacho Mas, que a través de una entrevista pudiese dar el mensaje de aquello que tuviese que contar. Él accedió, y montamos en mi oficina un set de grabación. Nos sentamos en el sofá de forma distendida, y teniendo en cuenta que ni soy periodista, ni entrevistador, ni showman, esta primera entrevista salió fenomenal.


De esta primera experiencia, posteriormente surgieron otras, sin ningún objetivo claro al principio. Empezamos a contactar con personas cercanas, que tenían cosas interesantes que aportar, y aunque inicialmente el espacio comenzó a llamarse Sin pelos en la lengua, y a medida que fuimos haciendo estas entrevistas, nos dimos cuenta de que a la gente le gustaban los temas que tratábamos, que interactuaban con el contenido, e incluso algunos acudían a nuestra agencia para pedirnos un presupuesto, porque habían visto el programa.  


Las entrevistas comenzaron a tener cierto alcance, y la gente comenzó a hablar de las entrevistas de Echaleku en el Sofá rojo, y decidimos no llevarles la contraria, y optamos por cambiarle el nombre, a la vez que comenzamos a tener claros los objetivos de generar más visibilidad, de atraer clientes a la agencia y consolidar la imagen de marca de la empresa, y mía personal.


Tras dos temporadas de El sofá Rojo, el inicio de la pandemia supuso el final de este formato del que estoy muy satisfecho, y que personalmente me ha ayudado mucho para coger soltura a la hora de expresar mis ideas en clase, porque aunque la gente no se lo llega a creer, soy una persona muy tímida.


- Javier, ¿ha tenido que venir una pandemia para replantearnos que era necesario transformar los entornos de trabajo? Desde Kuombo, ¿cómo os habéis anticipado al cambio que supone dejar atrás un modelo presencial por uno híbrido?

Este es un tema muy curioso. Si me lo llegas a preguntar antes de la pandemia, te hubiese dado una respuesta muy diferente a la que te voy a dar ahora.

Uno o dos años antes de la pandemia, cuando entrevisté en el Sofá Rojo a David Blay, nuestro amigo en común, para hablar del trabajo en remoto, él en todo momento me insistía de que era algo a lo que todas las empresas debían aspirar.


En aquellos momentos, yo le decía que me encantaría aplicar ese modelo, pero también le trasladaba mi miedo y mi incapacidad a llevarlo a cabo. Otra cosa muy distinta fue cuando llegó la pandemia, y te ves en la situación en la que no sabes qué va a pasar, y como va a afectar a la estructura de trabajo, y ves que la enorme oficina que teníamos nosotros posiblemente tenga que estar cerrada de forma indefinida. Ahí es cuando decidimos hacer un cambio radical, y pasase lo que pasase, dejar atrás la presencialidad y apostar por el trabajo en remoto.


Durante esa transición al mundo remoto, teníamos en cierto modo el permiso de fallar porque era algo a lo que todo el mundo se veía obligado a hacer. Es muy probable que algunos tengan intención de retornar a la total presencialidad, otros opten por un modelo mixto, y en nuestro caso nos mantendremos en remoto al 100%porque era algo que queríamos hacer desde hace tiempo, pero que nos daba cierto vértigo, y vernos forzados a ello, nos ha permitido llegar al punto en el que queríamos estar y en el que nos sentimos cómodos.


- Como en su día pronunciase el polifacético Paco Umbral, hablemos de su libro. Marketing Online, la gran burbuja del siglo XXI forma parte de algo más ambicioso que no solo se circunscribe a la escritura de un libro, ¿De qué está compuesto dicho proyecto?

Exactamente igual, que te comentaba con El Sofá Rojo, lo que comenzaba con un planteamiento, que intentaba cumplir determinados objetivos, poco a poco va cambiando, incluso durante el diseño de la estructura del producto.


El libro, en un principio pretendía ser un manual de Sales Funnel Canvas para después contar cómo se me ocurrió la idea de crear esta herramienta desde una perspectiva más profunda y conceptual.

Y a modo introspectivo, cuando me pongo a investigar que ocurre dentro de mí cuando intento diseñar la metodología y encuentro información leyendo a los clásicos, y todo ese proceso de aprendizaje, me cuestioné si realmente lo estábamos haciendo mal, y el marketing es algo muy distinto a todo lo que nos habían contado hasta el momento.


Y empiezo a descubrir, que muchas de las personas con las que comparto esta idea, y que son conocedoras del sector, opinan lo mismo que yo. Esto me llevó a confirmar que algo de burbuja sí que hay entorno al marketing. Con esta idea, comienzo a recopilar más información y a contárselo a las personas con la intención de que colaborasen en dicho proyecto, y por la experiencia de El Sofá Rojo les propongo que en vez de que escriban cosas, les hago una entrevista para sacar contenido para los diferentes capítulos del libro, y de paso aprovechamos para publicar las entrevistas en YouTube, además del propio canal de podcast, y hacemos una página web.


Aunque el libro actualmente no está completo y está en proceso de corrección de los contenidos, hablamos con la editorial de la Universidad Politécnica de Valencia para saber si les interesaba el proyecto, y obtuvimos su apoyo. Que una Universidad nos respalde, nos exige tomárselo muy en serio y con la rigurosidad que conlleva.


-   Su libro, a modo de denuncia, trata de destapar la caja de los truenos sobre la ingente cantidad de dinero derrochado en la publicidad. ¿Hablar de burbuja es sinónimo de especulación?

Fíjate, estoy intentando en todo momento evitar la palabra estafa, y todo aquello que lleve una intencionalidad porque las cosas han ido surgiendo de una determinada manera. Como cuento en el libro, creo que los responsables de todo esto somos nosotros mismos, los profesionales que nos dedicamos a temas de marketing, agencias, anunciantes… Nos han contado una serie de cosas, y más allá de que sean más o menos ciertas, nos ha venido bien creernos la parte que más nos ha interesado creer. Por ejemplo, cuando nos dicen que en internet todo se puede medir, y que con una serie de métricas vas a entender mejor lo que pasa, te lo crees sin profundizar más en ello. En ese caso, ¿quién es el responsable?, el que te dice que todo es medible, o nosotros por creérnoslo.


Antiguamente, con la televisión te decían que había determinadas audiencias o Shares, cuando en la realidad, este dato se medía con un planteamiento estadístico bastante pobre porque aproximadamente dos mil hogares en España contaban con un aparatito, y en función de los programas que se veía en esos hogares, lo extrapolaban al resto.


En internet todo se complica un poco más porque hay muchas plataformas que no están conectadas entre sí, y cuando te dicen que tu sitio web ha tenido 50.000 visitas, no sabes discernir cuantas están duplicadas, eso sumado a costes por clic, a los costes por cada mil impresiones, y a un montón de variables como las audiencias, el tráfico real, etc.


El libro no es una denuncia, porque no soy nadie para denunciar a alguien, y sí es una invitación a reflexionar sobre cómo estamos haciendo las cosas, sobre lo que nos creemos y no nos creemos. Uno de los capítulos lo dedico a René Descartes, porque uno de sus planteamientos es el de No te creas nada, solo por el hecho de que te lo hayan contado.


Esta labor, como te digo, por mi parte está más enfocada a la reflexión, que a la denuncia, desde el punto de vista que entiendo una burbuja como algo que va creciendo de forma desmedida, y que en determinado momento, se nos puede desmoronar. En nuestro caso una burbuja de la publicidad y de internet, como suelo decir, es una burbuja homeopática, y que dudo mucho que acabe reventando, a no ser que pasen cosas como recientemente está anunciando Facebook, que probablemente acabe retirándose de Europa, porque de repente cambiarían las reglas del juego, si finalmente ocurre esto.

No demos nada por hecho, y reflexionemos sobre cómo estamos utilizando los diferentes canales porque no todo es marketing online, y afortunadamente sigue existiendo la radio, las revistas, los periódicos en papel, y las vallas publicitarias.


- Uno de los capítulos de su libro lo dedica a Sales Funnel Canvas, un marco de trabajo ideado por usted. ¿Podríamos considerarlo producto de la serendipia, como en su día lo fue la penicilina?, ¿forma parte de un modelo avanzado de CRM (Customer Relationship Management)?

(Risas) En realidad, Sales Funnel Canvas no tiene nada que ver con un CRM aunque te ayuda a entender qué uso darle a un CRM en la etapa de consideración, y en concreto en todo lo que tiene que ver con la parte de retención de clientes o fidelización.


Sales Funnel Canvas, es producto del miedo, más que de la serendipia, porque llevaba tiempo obsesionado en mejorar la forma de trabajar dentro de la agencia, y constantemente estaba buscando algo que me permitiese estandarizar los procesos de trabajo, para que todos tuviésemos un entorno único, que nos hiciese sencilla la comunicación, y sobre todo con terceras personas, y por otra parte, en mejorar la forma de dar mis clases, de estructurar los contenidos introduciendo cada vez más dificultad pero a la vez de forma más sencilla.


Durante todo este proceso de búsqueda de ese producto, me encontraba un fin de semana dando clase en una de las universidades en la que yo había estudiado, y en una de las sesiones, detecté que los alumnos se desconectaron de la clase por la cantidad de conceptos muy complejos que estaba mezclando. En ese momento decidí acabar con la clase, porque como docente algo no estaba haciendo bien.


Me fui al hotel a intentar dar un formato visual a todo aquello, y a la mañana siguiente volví a tener clase con los mismos alumnos, y decidí hacer una especie de consultoría grupal con el esquema que pinté la noche anterior. Fueron cinco horas de clase improvisadas, y al final fue todo un éxito, porque poco más y salgo a hombros por “La puerta grande”, como si de un torero se tratase. Los alumnos llegaron a pensar, que el desastre de la clase del día anterior había sido adrede, para el lucimiento posterior. Y nada más lejos de la realidad, porque fue fruto del acojone que tenía de perder el control de la clase de la escuela donde me había formado años antes.


Cuando llegué a la agencia, les conté lo sucedido, y les presenté la herramienta con la que podríamos trabajar con la intención de aprender a utilizarla. Acto seguido la diseñamos en bonito, registramos la marca, y comenzamos a generar contenido. Desde entonces han pasado ya cuatro años, y como te digo, Sales Funnel Canvas fue fruto de la necesidad, y esa serendipia de la que hablas pudo deberse a la relación espacio-temporal en la que sucedió. Tal vez era el momento adecuado, y estaba en el sitio que tenía que estar.


-  En otro de los capítulos del libro se ocupa de Elmo Lewis, creador de AIDA, y uno de los modelos más longevos de marketing y ventas, en el que describe las fases psicológicas que forman parte de la intención de compra. ¿Dónde acaba la influencia y empieza la manipulación por parte del vendedor, para llevar a término un proceso de compra?

Esta es una pregunta recurrente en las clases que imparto en las universidades y las escuelas de negocio, y siempre respondo lo mismo. Al final, el objetivo de cualquier empresa es vender, y vender cuanto más mejor porque es su modelo de sostenibilidad, y tanto el marketing, como la publicidad son herramientas que ayudan a influir en las personas, entrando en su cabeza y crearles una necesidad haciéndoles ver que nuestra solución es la mejor.


Estas herramientas funcionan psicológicamente porque al final, los estados mentales se encadenan entre sí, y en su día llegaron a la conclusión de que el efecto físico antecede al efecto psicológico, que bien podría venir representado por esta frase “tú no eres feliz porque te ríes, sino que cuando te ríes eres feliz”. De ahí, que los impactos que provoques en una persona, con una frase, con un color, con una ilusión, o con una música como decíamos al principio, le generará sentimientos que a veces estarán enfocados a despertarle una necesidad, a convencerles con un producto, o a enamorarles con una solución.


No perdamos de vista que no dejan de ser herramientas, ¿Eso es bueno, o es malo?, Esto es cómo es, una herramienta que podemos usar para vender de forma súper honesta, o para ser un tremendo sinvergüenza. Como te digo, el problema está en el uso que hagamos de esta herramienta, porque igual que un martillo sirve para clavar clavos, alguien lo puede usar como arma arrojadiza. ¿Dónde queda la ética? Siempre les digo a mis alumnos, que la ética está en uno mismo, y que los límites para entrar en el terreno de la manipulación, o quedarte en el de la persuasión los pones tú.


- Como Boxeador, estará de acuerdo con una frase de la saga cinematográfica de Rocky Balboa: “No importa lo fuerte que golpeas, sino lo fuerte que eres cuando te golpean”. Además de resiliencia, ¿qué otras cualidades necesitan tener los emprendedores?

(Risas) Primero, no estar bien de la cabeza porque tal y como está el patio, emprender casi se ha convertido un deporte de riesgo. Sin entrar en política, ni en cómo los gobiernos pueden o no ayudar en el tema del emprendimiento, de lo que soy consciente es de que cada vez es más difícil sacar adelante una empresa.


En mi caso particular, lo he intentado muchas veces, y algunos proyectos me han ido bien, y otros no tanto, hasta llegar incluso a arruinarme. Ahora sigo con varias empresas, y creo sinceramente que a pesar de los pesares, me costaría volver a trabajar por cuenta ajena, aunque sin dejar de ser emprendedor. Es cierto que muchas veces confundimos ser emprendedor con ser empresario, porque para mí ser emprendedor es una cuestión de carácter y de actitud, de estar constantemente creando e inventando, sin duda puedes hacerlo trabajando para otros, mientras que ser empresario es muy complicado, a pesar de que se puede aprender.


En otras palabras, creo que el emprendedor nace, y el empresario se hace. A partir de ahí, existen múltiples combinaciones: se puede ser muy buen emprendedor y muy mal empresario, poco emprendedor y muy buen empresario…


Además de esa resiliencia que comentas, creo que es muy importante tener capacidad para asumir riesgos y la precaución de saber dónde está el límite, y reconozco que Sun Tzu en su libro El arte de la guerra nos enseña mucho sobre todo este tipo de cuestiones.


- La conocida frase “No se puede hacer una tortilla sin romper algunos huevos”, en cierto modo idolatra el hecho de cometer errores. Desde su experiencia, ¿los fracasos estrepitosos son necesarios como parte del éxito posterior?

Sinceramente, se ha creado un halo innecesario alrededor del fracaso como paso previo al éxito, y no creo que sea necesario fracasar antes de tener éxito, pero a veces es inevitable. Personalmente, no me gusta fracasar, y cuando muchas veces he fracasado, y alguna de ellas muy dramática a nivel económico y emocional, no es nada agradable. Claro que aprendes, pero porque aprendes en la vida, en cada paso que das y en cada cosa que haces.


Entrando en el terreno más personal, por ejemplo cuando te separas de tu pareja, cuando tienes un problema con tu hijo, o cuando rompes con un amigo, son fracasos que no son nada agradables y que ojalá nos los pudiésemos evitar y aprender de otra manera. No es tanto ver el fracaso como algo bueno o malo, sino ser capaces de entender que forma parte del ciclo de la vida, aunque hay personas que los altibajos se los toman mejor, y otras no tanto.


En la cercanía


Javier Echaleku 1

- Como practicante de Boxeo, ¿qué aprendió del deporte en general, y del boxeo en particular?

El Boxeo es un deporte que siempre me ha llamado la atención porque de pequeño tenía una buenísima relación con mi abuelo, y veía en televisión los combates de Boxeo con él, (cuando solo había dos únicos canales, y la tele era en blanco y negro). En aquella época era un joven flacucho y pequeñito, al que todos le querían pegar, y me planteé aprender Boxeo por el mero hecho de defenderme.

Practicar Boxeo me ha permitido conocerme a mí mismo mucho mejor, aprender cosas de mi cuerpo, de mi mente, y dotarme de más seguridad en mí mismo, y sobre todo a tener más control de mis acciones porque cuando aprendí a defenderme, fui consciente de que no debía propiciar las trifulcas.

Por otra parte, de forma casi inconsciente, la práctica del Boxeo me ha ayudado en el mundo laboral, aportándome la disciplina necesaria para llevar a cabo los objetivos planteados previamente.


- Javier, ¿qué tiene el emprendimiento de adictivo, para volver a él tras un descalabro inicial, y una etapa posterior como trabajador por cuenta ajena?

Pienso que el emprendimiento es adictivo, como tantas y tantas cosas, debido a esa dopamina que segregamos cuando tenemos la expectativa de que algo bueno puede pasar. Con el deporte sucede algo parecido, es altamente adictivo y además requiere el esfuerzo de hacerlo, tal y como pasa con el emprendimiento, o llevar adelante una empresa.


Como te digo, si usamos como ejemplo el deporte, mientras lo practicas puedes tener esa sensación de adicción, pero en un momento determinado le puedes llegar a coger miedo, porque has tenido una mala racha de lesiones, o de combates perdidos, (si hablamos de Boxeo), y solo de pensar en que tienes que subir al ring, te entran los siete males.


- Etxaleku es una localidad de la comunidad Foral de Navarra. A pesar de ser oriundo de Alicante, por la similitud con su apellido, ¿sus ancestros provienen de dicho municipio?

He estado en Etxaleku varias veces. He de comentarte que uno de mis proyectos vitales es hacer mi árbol genealógico, desde hace algunos años. Te contaré algo que no sabe mucha gente. Cuando nació mi hijo, me cambié legalmente el orden de mis apellidos, para que Echaleku no se perdiera, y de esta manera perpetuar el apellido de mi abuelo materno, con el que tenía una buenísima relación, y al que tanto recuerdo.


Como te digo, el nacimiento de mi hijo fue el detonante para ponerme a investigar sobre los orígenes del apellido Echaleku. Cuando visité el pueblo por primera vez, me ilusioné tanto que comencé a buscar documentos en archivos de ayuntamientos, a rastrear por internet, etc. Fruto de esta investigación, en mi árbol genealógico figuran más de 160 personas conectadas, desde el año 1640, y es curioso conocer que alguno de mis ancestros ha sido Caballero de la Corte Real de Carlos III.


-  El grupo Tequila, canta en Salta: “Salí de casa con la sonrisa puesta / Hoy me he levantado contento, de verdad”. A Javier, ¿qué le hace esbozar una sonrisa?

¡Muchas personas! Mi hijo; mi mujer; mis amigos; mis alumnos; mis clientes; mis socios; mis trabajadores… que a veces también te provocan derramar alguna que otra lágrima.


He de reconocer, que hay un tema del que se suele hablar poco, que es el estado anímico de las personas, y las cabezas son muy traicioneras, sobre todo en personas con muchas inquietudes, pasionales y flemáticas. En mi caso debo tener mucho cuidado, porque emocionalmente soy una montaña rusa, y suelo pasar con mucha facilidad de la euforia a hundirme en la miseria. Por eso intento buscar la sonrisa, y disfrutarla todo lo que puedo.


- Simplificando, podríamos decir que el marketing consiste en difundir ideas y convertirlas en rentables, ¿dónde busca la inspiración necesaria para encontrar ideas exitosas?

Muchas de las cosas que he creado tienen su origen en problemas que me he encontrado por el camino, y considero que a nivel empresarial ésta es la mejor manera de crear cosas, encontrando problemas que puedas resolver posteriormente. Luego hay otros genios, como lo fue Steve Jobs, que era capaz de inventarse esos problemas, para posteriormente venderte productos que los resolvían. Por ejemplo, en mi caso, no entraba que pudiera necesitar algo intermedio entre un móvil y un ordenador, y de repente tuve la necesidad de tener un iPad.


Como te digo, los mejores negocios nacen de crear algo inspirándote en las necesidades de otros que tú puedas llegar a resolver. De hecho en el mundillo startup, es recomendable cuando se hace un pitch a inversores no comenzar hablando de tu producto, sino de las necesidades que soluciona tu producto.


- ¿Suele dar segundas oportunidades a libros que en primera instancia por el motivo que fuese “se le hizo bola” su lectura y los dejó inacabados?

(Risas). En mi caso no leo libros de literatura porque mis lecturas siempre están enfocadas al trabajo, pero porque ese también es mi hobby. Leo libros de publicidad, de ventas, de marketing, y he de reconocer, que alguna vez he dicho “qué peñazo de libro”, y pasado un tiempo, lo que estaba sintiendo o aprendiendo en un momento determinado me ha llevado a retomar aquel libro que había dejado sin terminar de leer.


- Javier, ¿podría decirse que junto a una tupida barba, sus coloridas gafas forman parte de sus señas de identidad?, ¿qué importancia otorga al aspecto físico?

Cuando mi empresa empezaba a darse a conocer en Valencia, después de escribir el artículo Yo me arruiné emprendiendo, que acabó haciéndose viral, yo llevaba unas gafas blancas, y durante un tiempo llevé esas gafas porque sentía que era lo que me había llevado a darme a conocer. Aunque es cierto que mi logo, sigue siendo esas gafas rectas y blancas que en su día tuve, pasado este tiempo, las gafas no las considero como seña de identidad. El tema de la barba, en realidad un día decidí dejármela, y periódicamente me la suelo afeitar, y volver a dejar crecer.


En cuanto al estilo de vestir, suelo ser bastante cambiante, pero teniendo siempre presente que la apariencia física y la vestimenta son importantes, porque la ropa, nuestro olor, y los complementos que usemos reflejan la imagen de uno, y en cada momento debe ser la adecuada, porque tiene que haber un equilibrio. Ni es bueno estar todo el día de traje, ni todo el día con ropa de sport.

Reconozco que no comprendo mucho la moda, y tengo que recurrir a ayuda externa. En mi caso, mi mujer es la encargada de ayudarme a elegir el outfit cada temporada, y hace las funciones de estilista para la ropa más formal.

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