Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Salud
Etiquetas | Remitido | Lactosa | Intolerancia | Trastornos | Alimentación | Proteinas | Probióticos
El kéfir es un derivado lácteo que puede ser consumido por un alto porcentaje de quienes padecen este trastorno

​La intolerancia a la lactosa ya no es impedimento en la dieta

|

Pexels photo 306801

La intolerancia a la lactosa es un trastorno relativamente frecuente: quienes lo padecen tienen dificultades para que su organismo asimile la lactosa, un compuesto azucarado específico de la leche y sus derivados. Las consecuencias son el padecimiento de diversos síntomas de malestar gastrointestinal, en ocasiones tan graves que pueden llegar a impedir que los afectados lleven una vida normal y afectarles en el desarrollo de sus actividades cotidianas. 


No hace tanto que la única solución conocida consistía en no consumir leche ni derivados de la misma. Y la buena noticia es que, a día de hoy, ese tratamiento único ya es historia. Y un dato adicional curioso es que entre los intolerantes a la lactosa se está convirtiendo en tendencia aprovecharse de los beneficios del kéfir, bien elaborado según las fórmulas tradicionales o en sus variantes 100% libres de lactosa.


Intolerancia a la lactosa: pasado y presente


Hasta la década de los 60 del siglo XX, la intolerancia a la lactosa no estaba descrita como un trastorno específico. Aunque sí se conocían los síntomas, la medicina los asociaba a otro tipo de desajustes orgánicos y enfermedades.


Esto quiere decir que muchos intolerantes a la lactosa eran erróneamente diagnosticados por lo que los tratamientos que se les prescribían no producían mejorías significativas. Cierto es que muchos de ellos se percataban por sí mismos de que la leche les sentaba mal y se abstenían de consumirla, pero sin ser conscientes de que sufrían un trastorno digestivo.


A partir de la constatación científica del mecanismo que produce esta intolerancia (el déficit en la producción de la enzima lactasa), la medicina estableció como tratamiento único la abstinencia del consumo de productos lácteos.


Quienes sufren intolerancia a la lactosa ya pueden consumir lácteos sin correr riesgos


Aunque los intolerantes a la lactosa podían suplir los aportes proteicos, minerales y vitamínicos de la leche consumiendo otro tipo de alimentos, no ocurría lo mismo con los probióticos, bacterias beneficiosas para la flora intestinal que únicamente se encuentran en los derivados lácteos fermentados.


La situación ha cambiado para bien, y los intolerantes ya disponen de un amplio abanico de productos lácteos en los que la lactosa es neutralizada durante el proceso de elaboración, lo que significa que pueden disfrutar de una dieta rica en probióticos sin ningún temor a sufrir los temidos síntomas de la intolerancia a la lactosa.


El kéfir, un derivado lácteo natural prácticamente libre de lactosa


El kéfir es un derivado lácteo que se elabora fermentando la leche con diversas levaduras y bacterias beneficiosas para la salud. Es decir, su contenido en probióticos naturales es muy alto. Además, una de sus particularidades es que la cantidad de lactosa que contiene es insignificante, por lo que puede ser consumido por un alto porcentaje de quienes padecen intolerancia a la lactosa.


Adicionalmente, su contenido en proteínas y nutrientes minerales es elevadísimo. Y quienes tienen una intolerancia a la lactosa severa y no desean correr ningún riesgo, pueden decantarse por consumir kéfir 100% libre de lactosa, una nueva variedad desarrollada por la industria alimentaria para satisfacer las necesidades nutricionales de estas personas.

​La intolerancia a la lactosa ya no es impedimento en la dieta

El kéfir es un derivado lácteo que puede ser consumido por un alto porcentaje de quienes padecen este trastorno
Redacción
jueves, 16 de septiembre de 2021, 09:29 h (CET)

Pexels photo 306801

La intolerancia a la lactosa es un trastorno relativamente frecuente: quienes lo padecen tienen dificultades para que su organismo asimile la lactosa, un compuesto azucarado específico de la leche y sus derivados. Las consecuencias son el padecimiento de diversos síntomas de malestar gastrointestinal, en ocasiones tan graves que pueden llegar a impedir que los afectados lleven una vida normal y afectarles en el desarrollo de sus actividades cotidianas. 


No hace tanto que la única solución conocida consistía en no consumir leche ni derivados de la misma. Y la buena noticia es que, a día de hoy, ese tratamiento único ya es historia. Y un dato adicional curioso es que entre los intolerantes a la lactosa se está convirtiendo en tendencia aprovecharse de los beneficios del kéfir, bien elaborado según las fórmulas tradicionales o en sus variantes 100% libres de lactosa.


Intolerancia a la lactosa: pasado y presente


Hasta la década de los 60 del siglo XX, la intolerancia a la lactosa no estaba descrita como un trastorno específico. Aunque sí se conocían los síntomas, la medicina los asociaba a otro tipo de desajustes orgánicos y enfermedades.


Esto quiere decir que muchos intolerantes a la lactosa eran erróneamente diagnosticados por lo que los tratamientos que se les prescribían no producían mejorías significativas. Cierto es que muchos de ellos se percataban por sí mismos de que la leche les sentaba mal y se abstenían de consumirla, pero sin ser conscientes de que sufrían un trastorno digestivo.


A partir de la constatación científica del mecanismo que produce esta intolerancia (el déficit en la producción de la enzima lactasa), la medicina estableció como tratamiento único la abstinencia del consumo de productos lácteos.


Quienes sufren intolerancia a la lactosa ya pueden consumir lácteos sin correr riesgos


Aunque los intolerantes a la lactosa podían suplir los aportes proteicos, minerales y vitamínicos de la leche consumiendo otro tipo de alimentos, no ocurría lo mismo con los probióticos, bacterias beneficiosas para la flora intestinal que únicamente se encuentran en los derivados lácteos fermentados.


La situación ha cambiado para bien, y los intolerantes ya disponen de un amplio abanico de productos lácteos en los que la lactosa es neutralizada durante el proceso de elaboración, lo que significa que pueden disfrutar de una dieta rica en probióticos sin ningún temor a sufrir los temidos síntomas de la intolerancia a la lactosa.


El kéfir, un derivado lácteo natural prácticamente libre de lactosa


El kéfir es un derivado lácteo que se elabora fermentando la leche con diversas levaduras y bacterias beneficiosas para la salud. Es decir, su contenido en probióticos naturales es muy alto. Además, una de sus particularidades es que la cantidad de lactosa que contiene es insignificante, por lo que puede ser consumido por un alto porcentaje de quienes padecen intolerancia a la lactosa.


Adicionalmente, su contenido en proteínas y nutrientes minerales es elevadísimo. Y quienes tienen una intolerancia a la lactosa severa y no desean correr ningún riesgo, pueden decantarse por consumir kéfir 100% libre de lactosa, una nueva variedad desarrollada por la industria alimentaria para satisfacer las necesidades nutricionales de estas personas.

Noticias relacionadas

Los españoles pasan una media de 1.760 horas al año en el trabajo. Ir a trabajar forma parte de la rutina diaria de millones de personas, pero la productividad depende en gran medida del entorno profesional y del ambiente en el que se desenvuelven los trabajadores, que en ocasiones repercute en su bienestar y va más allá de la jornada laboral.

Cada vez más personas son conscientes del impacto positivo que tiene el deporte en sus vidas. Mantenerse activo y saludable es fundamental a cualquier edad. A partir de los 40 años, comenzamos a experimentar una pérdida de masa muscular, así como una disminución en la densidad ósea, lo que puede aumentar el riesgo de lesiones y enfermedades crónicas, al tiempo que disminuye nuestra calidad de vida.

La Fundación Josep Carreras contra la Leucemia, con la colaboración de la Fundación Grünenthal, ha publicado la Guía ‘El dolor en el paciente hemato-oncológico: antes, después y durante el tratamiento’. Este documento proporciona recomendaciones para manejar el dolor asociado a las enfermedades hematológicas en sus diferentes etapas del tratamiento, así como a nivel emocional por el impacto psicológico y funcional que tiene en los pacientes.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto