Existen ocasiones en que uno “pierde los papeles”, que entrecomillado viene a significar que pierde el control de sí mismo, hecho que no le ha ocurrido al diputado de Amaiur -franquicia etarra- Sabino Cuadra con su camiseta estelada; y digo que no ha perdido el autocontrol porque venía perfectamente pertrechado para el numerito posterior, a saber: constitución del “candado”, brrr, en la mano y la estelada catalanista enfundada a modo de camiseta.
En la vida se rompen numerosos papeles, pero que muchos, hecho que ocurre cuando uno se arremanga y piensa que la tarde es buena para realizar una “limpia” en condiciones; rasga papeles de aquí, de allí, de hace años y va dejando los cajones en perfectas condiciones.
El tal Sabino subió al estrado del sagrado lugar de la democracia, la tribuna de oradores, para situarse contra el malo malísimo, peor no lo hay, Rajoy y sus “crímenes de lesa humanidad” y, como si se encontrase muy enfadado, puro teatro, tomó un ejemplar de la Constitución de la Concordia Española y rompió dos o tres páginas de ella; no sé si las que se refieren a la libertad de expresión o al famoso Título VIII, fueran las que fuesen, este diputado trituró simbólicamente las normas que los españoles nos dimos para que la paz y la tolerancia, entre otras bagatelas, sean los parámetros normales de cohabitación del pueblo español.
Ya sé que este hombre no se siente español, más aún, creo que siguiendo la doctrina del otro Sabino, por supuesto que Arana, seguro que odia a los españoles como conquistadores de su tierra y asesinos de sus habitantes, y que pudiera ocurrir se haya alegrado y festejado con cava algún asesinato de los presuntamente sus amigos del alma.
Pero hombre de Dios o del Demonio, señor Sabino Cuadra, usted no puede hacer lo que ha hecho e irse de rositas y presumir con unos vinos de por medio de haber cometido semejante salvajada cultural y política; cultural porque romper un libro, y más ese que usted ha destrozado delante de toda España, es propio de desalmados totalitaristas, pero ese, el del “candado del 78” que llama don Pablo, es rasgar el alma de la ciudadanía española que nos dieron, nos dimos los de la “casta” como nos denomina el señor Iglesias.
Usted es merecedor de tragarse una a una las letras P A Z, usted debería ser expulsado del Congreso, usted, hoy, representa la España que toda persona de buena voluntad no desea que vuelva a ser realidad, usted, señor Cuadra, es un esperpento político, un simple muñeco de trapo para ser arrojado al cubo de la basura de lo inservible, porque usted es un desalmado.
Pues la verdad es, sea dicho de paso, que no sé si me he explicado con claridad.
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