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Manifestaciones absurdas

Eduardo Cassano
Eduardo Cassano
martes, 6 de febrero de 2007, 21:51 h (CET)
Esta semana he recibido diez veces el mismo correo electrónico sobre la huelga de los móviles. El fenómeno del ‘pásalo’ se ha dirigido, esta vez, contra las compañías telefónicas ante el inmediato aumento de sus tarifas.

Así pues, hoy es el día de los móviles caídos. La semana pasada fue el famoso apagón por el cambio climático, que consistía en desconectar todos los aparatos eléctricos durante cinco minutos a favor del medio ambiente. De vez en cuando se hacen tímidas ‘sentadas’ contra los precios de las viviendas y la dichosa burbuja inmobiliaria, que con los años que lleva ya va camino de convertirse más bien en una arruga.

Yo todavía estoy esperando que se organicen manifestaciones masivas para temas verdaderamente importantes, pero no suelen movilizarse con demasiada insistencia. Lo del cambio climático es preocupante, cierto, pero de nada sirve apagar las luces cinco minutos si a partir del sexto seguimos plastificándonos el pelo con laca o contaminamos las ciudades a diario. También me parece excesivo, y bastante difícil de creer, que la sociedad esté preparada para pasar un día entero sin encender el móvil. ¿Qué será de los que lo utilizan como herramienta de trabajo? ¿Y los alumnos de la ESO, prestarán atención por un día al profesor? ¿Acaso harán huelga los que se gastan el dinero enviando SMS a programas de televisión?

Lo cierto es que España sigue siendo un país de pandereta y, con tal de no trabajar o combatir el aburrimiento, nos quejamos por cualquier tontería. ¿Dónde están las manifestaciones contra el problema del trabajo; la temporalidad, los despidos improcedentes y los contratos basura? Al fin y al cabo es lo que nos llena el bolsillo cada mes. Quizás sea más inteligente quejarse por lo que otros nos dejan de pagar y no por lo que nosotros, de propia voluntad, nos gastamos cada mes.

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