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La han visto 500.000 espectadores

'Campanades de Boda' dice adiós

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La Cubana coge vacaciones y se despide hasta no se sabe cuándo con “Campanades de Boda”, esa comedia-vodevil-costumbrista, como la llaman ellos y que ha tenido éxito en todas las ciudades en las que han actuado.

Debutaron en el teatro Tívoli de Barcelona el 2 de marzo del 2012, su presentación fue espectacular, citaron a los periodistas en los talleres de Rosa Clará, diseñadora catalana de vestidos de boda y fiesta. El grupo teatral ya nos hizo entrar en ambiente al hacernos una presentación nupcial con todo incluido, novio, novia, padrinos, madrinas, familia, vecinos, desfile de vestidos de novia y como traca final la presentación de un pastel, como en toda boda que se precie, de grandes dimensiones, un pastel que lucía en lo alto dos novios hermosos, brillantes y sorprendentes.

Jordi Milán, fino estilista

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Jordi Milán, director y creador de La Cubana, no deja nada al desconcierto por mucho que lo haya en sus obras, es un fino estilista que gusta de la perfección en sus actores, actrices, en sus historias, en su todo pero sin que casi se note por parte de los espectadores que pueden llegar a creer que todo el teatro de La Cubana es simple y pura experiencia que sale sin más preparación que la que se ve.

Mal, muy mal los que piensan esto, Jordi Milán nutre sus historias de guiones, trabaja con profesionales y disecciona cada uno de los momentos de sus obras y de la participación de sus personajes.

La historia de “Campanades de Boda” está centrada en la familia Rius que regenta una de las floristerías más conocidas de la ciudad desde hace generaciones: Flors Rius. El negocio lo empezaron los abuelos, Florenci Capdet y Francesca Rius, payeses de Sant Vicenç dels Horts. Cuando mueren sus hijas Margarida y Hortènsia se encargan de llevar el negocio adelante. Son mujeres emprendedoras, con los años consiguen transformar el pequeño negocio en una gran empresa de flores y plantas.

Margarida es la hermana mayor y está soltera, Hortènsia se casó con Paco Zamora, policía nacional destinado en Barcelona y natural de Valladolid. De este matrimonio nacen tres hijos: Narcís, Violeta y Jacint. Los tres van a la Universidad pero trabajan en la empresa familiar. Narcís, el mayor, lleva la voz cantante, Violeta se ocupa de la parte administrativa y Jacint es el más creativo.

Violeta se casa con Vickram Soldhi, actor hindú que conoció en Barcelona cuando él estaba actuando en el teatro Tívolí con un espectáculo de Bollywood.

Un gran comedia
A partir de esta idea central gira una gran comedia donde la primera parte pone en situación de desternille al espectador y la segunda es la de participación como ha sucedido siempre con las obras de La Cubana desde el año 1980 en que emprendieron este trabajo tan crudo, tan difícil, pero tan añorado cuando se van de vacaciones.

Desde principios del 2012 hasta ahora en que han vuelto al Tívoli, de cuyo escenario se despedirán este próximo domingo, han actuado en muchas ciudades del estado español. Debutaron en Barcelona y se quedaron con éxito durante un año para después iniciar una exitosa y larga gira acompañada por los largos aplausos de un público que siempre se ha quedado con ganas de que el elenco de La Cubana se quedara más días en su ciudad.

Son tantos los bártulos que lleva La Cubana en esta obra que, como mínimo, no podían estar menos de una semana en cada una de las poblaciones donde presentaban “Campanades de boda”. Montar y desmontar, y, muy importante, aprender los acentos y modismos de cada una de las autonomías por las que pasaban al tiempo que había que aprender nuevas canciones y rehacer los guiones para que la familia Rius se adaptara a las maneras de El Ejido, Madrid (donde se quedaron por siete meses), Sevilla, Málaga, Córdoba, Pamplona, Donostia, Bilbao, Torrelavega, Gijón, Valencia y Vigo.

Dos catalanas emigrantes de finales de los 70
Las dos hermanas protagonistas siempre han sido catalanas emigradas de finales de los años 70 a la ciudad que visitaban.

Los hijos han hablado con el acento de la ciudad donde estaban trabajando.

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Antes de llegar a cada una de las ciudades se ha hecho un estudio exhaustivo de costumbres, nombres, refranes, referencias. Dispusieron de asesor lingüístico en cada ciudad donde recalaron y entrenaron con los actores antes de salir a escena.

Los actores en esta gira han hablado en catalán, castellano, gallego, bable, maño, euskera, con diferentes acentos andaluces, con acento cántabro, etc.

Han gastado 54.129 ramos de flores que La Cubana hacía y rehacía adaptándolo a la escenografía.

Las flores las compraron en sus suministradores oficiales: los mayoristas chinos de Badalona.

En cada ciudad buscaron la ayuda y colaboración de actores para ayudar en los cambios de escenografía floral, reparto de pamelas, etc. Un total de 64 personas, la mayoría estudiantes de escuelas de teatro.

Pastel de novios gigante en la puerta de los teatros
A las puertas de cada teatro donde han actuado colocaron una enorme tarta nupcial acompañada de flores que cubrían toda la fachada del teatro. Todo el que pasaba delante del mismo se ha fotografiado incluso aquellos que no entraron a ver la obra. Han acabado esta gira con dos pasteles gigantes. Vamos a ver qué hacen con ellos pues en sus talleres ya no cabe una aguja. Estos pasteles los pueden subastar y lo que se gane que sea para los comedores sociales. Hace falta pan. Ellos lo saben, son solidarios, y aunque los políticos griten a los cuatro vientos que hemos salido de la crisis, es mentira, hay casi seis millones de gente en paro.

La Cubana, lo sabe porque, como todo el mundo sensible, habrán visto la realidad de estos años y la habrán notado puesto que, aunque ellos llenan, hay muchas personas que aún hoy, deseándolo, no han podido ir a verles en esta obra porque están pasándolo muy mal.

Han hecho 780 funciones y en ellas han participado 6240 señoras para hacer de “damas de honor” y 3120 hombres para representar a los “testigos”.

Han lucido 12.500 pamelas, 2.000 tocados, que fueron confeccionados especialmente para que en un momento de la representación el público fuera participe de la misma en el papel de invitados al enlace.

La ropa del novio y sus invitados que son muchos, la compraron en India, 208 kilos de ropa, 200 vestidos, sombreros, joyas, regalos.

El vestuario de “Campanades de boda” fue premiado como el mejor vestuario de los Premis Butaca 2012.

Toman parte en esta obra once actores que se han cambiado en todo este peregrinaje teatral un total de 52.404 veces de ropa, pelucas y maquillaje.

500 Kilos de pétalos de rosa
Cuando la novia entra por el pasadizo central del teatro con las luces encendidas y el público la vitorea caen pétalos de rosa, son de papel, se han lanzado en esos pasadizos de los teatros españoles un total de 500 kilos. Más que en cualquier fiesta celebrada en ambientes de buenas y malas familias.

Cuando presentaron esta obra Jordi Milán nos dijo que tenía mucho miedo, que no sabía si la obra iba a gustar, si la gente se reiría, participaría, sin tendrían éxito. “Campanades de boda” la han visto 500.000 personas.

Hoy la prueba está superada con creces. Su trabajo duro, preciso, presentado como si no pasara nada, como si esa obra se representara porque sí, sin más trabajo que el que se ve.

En Campanades de Boda, como en tantas obras de teatro, lo que no se ve es mucho más grande que lo que llegamos a amar todos aquellos que amamos el teatro. Es así.

Cierto, la gente va al teatro para despejar sus malos vientos. La Cubana es un buen antídoto para todos aquellos que van al teatro a pasarlo bien, sin pensar si hay o no trabajo.

El teatro sirve para contar muchas historias, los que conocemos las entrañas del mismo nos sentamos, dejamos que nos expliquen sus historias, reímos, lloramos y participamos.

Están exhaustos
Ahora se van, dejan un vacio, todos están exhaustos, incluso las flores se han vuelto mustias, aunque sean de papel. Se impone un descanso, para el cuerpo, para el alma.

Jordi Milán, siempre con el cerebro en orden, seguro que ya bulle con otros temas, silencio total, sólo piensa y habla de este descanso. Incluso deja caer, a veces, no siempre, que a lo mejor esta va a ser la última de La Cubana y los que les hemos visto crecer, no le creemos, mejor dicho, nunca le creeremos, aunque tenga razón.

'Campanades de Boda' dice adiós

La han visto 500.000 espectadores
Teresa Berengueras
martes, 29 de julio de 2014, 07:31 h (CET)
La Cubana coge vacaciones y se despide hasta no se sabe cuándo con “Campanades de Boda”, esa comedia-vodevil-costumbrista, como la llaman ellos y que ha tenido éxito en todas las ciudades en las que han actuado.

Debutaron en el teatro Tívoli de Barcelona el 2 de marzo del 2012, su presentación fue espectacular, citaron a los periodistas en los talleres de Rosa Clará, diseñadora catalana de vestidos de boda y fiesta. El grupo teatral ya nos hizo entrar en ambiente al hacernos una presentación nupcial con todo incluido, novio, novia, padrinos, madrinas, familia, vecinos, desfile de vestidos de novia y como traca final la presentación de un pastel, como en toda boda que se precie, de grandes dimensiones, un pastel que lucía en lo alto dos novios hermosos, brillantes y sorprendentes.

Jordi Milán, fino estilista

290714lf2

Jordi Milán, director y creador de La Cubana, no deja nada al desconcierto por mucho que lo haya en sus obras, es un fino estilista que gusta de la perfección en sus actores, actrices, en sus historias, en su todo pero sin que casi se note por parte de los espectadores que pueden llegar a creer que todo el teatro de La Cubana es simple y pura experiencia que sale sin más preparación que la que se ve.

Mal, muy mal los que piensan esto, Jordi Milán nutre sus historias de guiones, trabaja con profesionales y disecciona cada uno de los momentos de sus obras y de la participación de sus personajes.

La historia de “Campanades de Boda” está centrada en la familia Rius que regenta una de las floristerías más conocidas de la ciudad desde hace generaciones: Flors Rius. El negocio lo empezaron los abuelos, Florenci Capdet y Francesca Rius, payeses de Sant Vicenç dels Horts. Cuando mueren sus hijas Margarida y Hortènsia se encargan de llevar el negocio adelante. Son mujeres emprendedoras, con los años consiguen transformar el pequeño negocio en una gran empresa de flores y plantas.

Margarida es la hermana mayor y está soltera, Hortènsia se casó con Paco Zamora, policía nacional destinado en Barcelona y natural de Valladolid. De este matrimonio nacen tres hijos: Narcís, Violeta y Jacint. Los tres van a la Universidad pero trabajan en la empresa familiar. Narcís, el mayor, lleva la voz cantante, Violeta se ocupa de la parte administrativa y Jacint es el más creativo.

Violeta se casa con Vickram Soldhi, actor hindú que conoció en Barcelona cuando él estaba actuando en el teatro Tívolí con un espectáculo de Bollywood.

Un gran comedia
A partir de esta idea central gira una gran comedia donde la primera parte pone en situación de desternille al espectador y la segunda es la de participación como ha sucedido siempre con las obras de La Cubana desde el año 1980 en que emprendieron este trabajo tan crudo, tan difícil, pero tan añorado cuando se van de vacaciones.

Desde principios del 2012 hasta ahora en que han vuelto al Tívoli, de cuyo escenario se despedirán este próximo domingo, han actuado en muchas ciudades del estado español. Debutaron en Barcelona y se quedaron con éxito durante un año para después iniciar una exitosa y larga gira acompañada por los largos aplausos de un público que siempre se ha quedado con ganas de que el elenco de La Cubana se quedara más días en su ciudad.

Son tantos los bártulos que lleva La Cubana en esta obra que, como mínimo, no podían estar menos de una semana en cada una de las poblaciones donde presentaban “Campanades de boda”. Montar y desmontar, y, muy importante, aprender los acentos y modismos de cada una de las autonomías por las que pasaban al tiempo que había que aprender nuevas canciones y rehacer los guiones para que la familia Rius se adaptara a las maneras de El Ejido, Madrid (donde se quedaron por siete meses), Sevilla, Málaga, Córdoba, Pamplona, Donostia, Bilbao, Torrelavega, Gijón, Valencia y Vigo.

Dos catalanas emigrantes de finales de los 70
Las dos hermanas protagonistas siempre han sido catalanas emigradas de finales de los años 70 a la ciudad que visitaban.

Los hijos han hablado con el acento de la ciudad donde estaban trabajando.

290714lf3

Antes de llegar a cada una de las ciudades se ha hecho un estudio exhaustivo de costumbres, nombres, refranes, referencias. Dispusieron de asesor lingüístico en cada ciudad donde recalaron y entrenaron con los actores antes de salir a escena.

Los actores en esta gira han hablado en catalán, castellano, gallego, bable, maño, euskera, con diferentes acentos andaluces, con acento cántabro, etc.

Han gastado 54.129 ramos de flores que La Cubana hacía y rehacía adaptándolo a la escenografía.

Las flores las compraron en sus suministradores oficiales: los mayoristas chinos de Badalona.

En cada ciudad buscaron la ayuda y colaboración de actores para ayudar en los cambios de escenografía floral, reparto de pamelas, etc. Un total de 64 personas, la mayoría estudiantes de escuelas de teatro.

Pastel de novios gigante en la puerta de los teatros
A las puertas de cada teatro donde han actuado colocaron una enorme tarta nupcial acompañada de flores que cubrían toda la fachada del teatro. Todo el que pasaba delante del mismo se ha fotografiado incluso aquellos que no entraron a ver la obra. Han acabado esta gira con dos pasteles gigantes. Vamos a ver qué hacen con ellos pues en sus talleres ya no cabe una aguja. Estos pasteles los pueden subastar y lo que se gane que sea para los comedores sociales. Hace falta pan. Ellos lo saben, son solidarios, y aunque los políticos griten a los cuatro vientos que hemos salido de la crisis, es mentira, hay casi seis millones de gente en paro.

La Cubana, lo sabe porque, como todo el mundo sensible, habrán visto la realidad de estos años y la habrán notado puesto que, aunque ellos llenan, hay muchas personas que aún hoy, deseándolo, no han podido ir a verles en esta obra porque están pasándolo muy mal.

Han hecho 780 funciones y en ellas han participado 6240 señoras para hacer de “damas de honor” y 3120 hombres para representar a los “testigos”.

Han lucido 12.500 pamelas, 2.000 tocados, que fueron confeccionados especialmente para que en un momento de la representación el público fuera participe de la misma en el papel de invitados al enlace.

La ropa del novio y sus invitados que son muchos, la compraron en India, 208 kilos de ropa, 200 vestidos, sombreros, joyas, regalos.

El vestuario de “Campanades de boda” fue premiado como el mejor vestuario de los Premis Butaca 2012.

Toman parte en esta obra once actores que se han cambiado en todo este peregrinaje teatral un total de 52.404 veces de ropa, pelucas y maquillaje.

500 Kilos de pétalos de rosa
Cuando la novia entra por el pasadizo central del teatro con las luces encendidas y el público la vitorea caen pétalos de rosa, son de papel, se han lanzado en esos pasadizos de los teatros españoles un total de 500 kilos. Más que en cualquier fiesta celebrada en ambientes de buenas y malas familias.

Cuando presentaron esta obra Jordi Milán nos dijo que tenía mucho miedo, que no sabía si la obra iba a gustar, si la gente se reiría, participaría, sin tendrían éxito. “Campanades de boda” la han visto 500.000 personas.

Hoy la prueba está superada con creces. Su trabajo duro, preciso, presentado como si no pasara nada, como si esa obra se representara porque sí, sin más trabajo que el que se ve.

En Campanades de Boda, como en tantas obras de teatro, lo que no se ve es mucho más grande que lo que llegamos a amar todos aquellos que amamos el teatro. Es así.

Cierto, la gente va al teatro para despejar sus malos vientos. La Cubana es un buen antídoto para todos aquellos que van al teatro a pasarlo bien, sin pensar si hay o no trabajo.

El teatro sirve para contar muchas historias, los que conocemos las entrañas del mismo nos sentamos, dejamos que nos expliquen sus historias, reímos, lloramos y participamos.

Están exhaustos
Ahora se van, dejan un vacio, todos están exhaustos, incluso las flores se han vuelto mustias, aunque sean de papel. Se impone un descanso, para el cuerpo, para el alma.

Jordi Milán, siempre con el cerebro en orden, seguro que ya bulle con otros temas, silencio total, sólo piensa y habla de este descanso. Incluso deja caer, a veces, no siempre, que a lo mejor esta va a ser la última de La Cubana y los que les hemos visto crecer, no le creemos, mejor dicho, nunca le creeremos, aunque tenga razón.

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