Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Tribuna de opinión
Parafraseando una cita de un joven político español: “sin sed de venganza y con sed de justicia"

Genocidio armenio

|

Este año en el que Europa se encuentra inmersa en el centenario que dió inicio a la I Guerra Mundial, se cumplen 99 años del inicio del primer genocidio del siglo XX: el que padeció el pueblo armenio. Casi un siglo desde que los hijos y nietos de los cientos de miles de personas que fueron aniquiladas bárbaramente, la diáspora armenia, clama por un reconocimiento internacional pleno que no llega.

Si la II Guerra Mundial tuvo su Holocausto, el reconocimiento de la Shoah, su espantoso precedente durante la Gran Guerra carece de tal reconocimiento y conocimiento. Una cruz que pesa sobre los descendientes de la primera nación que hizo del cristinianismo su religión oficial. En una Armenia actual reducida a su mínima expresión, este 24 de abril miles de tulipanes y claveles cubrirán el monumento del desfiladero de Hrazdam. Monumento que sirve como gran catafalco para recordar a las víctimas de la masacre iniciada en 1915 sobre el milenario pueblo armenio.

Una conmemoración que será celebrada en todos los países donde la diáspora armenia tiene presencia. Una conmemoración de la que debemos se partícipes, y también todos aquéllos a los que se les llena la boca de Derechos Humanos pero callan o miran para otro lado con el fin de no molestar. "Ils sont tombés" en la voz de Aznavour, pero nosotros recogemos el testigo, y jamás dejaremos de reclamar su reconocimiento, también en España. Y parafraseando una cita de un joven político español: "sin sed de venganza y con sed de justicia".

Genocidio armenio

Parafraseando una cita de un joven político español: “sin sed de venganza y con sed de justicia"
Nicolás de Miguel
jueves, 24 de abril de 2014, 06:33 h (CET)
Este año en el que Europa se encuentra inmersa en el centenario que dió inicio a la I Guerra Mundial, se cumplen 99 años del inicio del primer genocidio del siglo XX: el que padeció el pueblo armenio. Casi un siglo desde que los hijos y nietos de los cientos de miles de personas que fueron aniquiladas bárbaramente, la diáspora armenia, clama por un reconocimiento internacional pleno que no llega.

Si la II Guerra Mundial tuvo su Holocausto, el reconocimiento de la Shoah, su espantoso precedente durante la Gran Guerra carece de tal reconocimiento y conocimiento. Una cruz que pesa sobre los descendientes de la primera nación que hizo del cristinianismo su religión oficial. En una Armenia actual reducida a su mínima expresión, este 24 de abril miles de tulipanes y claveles cubrirán el monumento del desfiladero de Hrazdam. Monumento que sirve como gran catafalco para recordar a las víctimas de la masacre iniciada en 1915 sobre el milenario pueblo armenio.

Una conmemoración que será celebrada en todos los países donde la diáspora armenia tiene presencia. Una conmemoración de la que debemos se partícipes, y también todos aquéllos a los que se les llena la boca de Derechos Humanos pero callan o miran para otro lado con el fin de no molestar. "Ils sont tombés" en la voz de Aznavour, pero nosotros recogemos el testigo, y jamás dejaremos de reclamar su reconocimiento, también en España. Y parafraseando una cita de un joven político español: "sin sed de venganza y con sed de justicia".

Noticias relacionadas

A quienes estamos convencidos de la iniquidad intrínseca de Sánchez, no nos va a confundir la supuesta “carta de amor” de este cateto personaje a su Begoña amada, redactada de su “puño y letra” (con sus tradicionales errores y faltas gramaticales) y exceso de egolatría.

Recuerdo con nostalgia la época en la que uno terminaba sus estudios universitarios y metía de lleno la cabeza en el mundo laboral. Ya no había marchas atrás. Se terminaron para siempre esos años de universitario, nunca más ya repetibles. Las conversaciones sobre cultura, sobre política, sobre música. Los exámenes, los espacios de relajamiento en la pradera de césped recién cortado que rodeaba la Facultad, los vinos en Argüelles, las copas en Malasaña...

Tras su inicial construcción provisional, el Muro de Berlín acabó por convertirse en una pared de hormigón de entre 3,5 y 4 metros de altura, reforzado en su interior por cables de acero para así acrecentar su firmeza. Se organizó, asimismo, la denominada "franja de la muerte", formada por un foso, una alambrada, una carretera, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto