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La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) advierte del aumento del riesgo de reacciones alérgicas en verano debido a los cambios de ambiente, alimentación o de contacto con otras personas. Así, en esta época del año son más habituales los descuidos con la medicación o las ingestas accidentales en el caso de los niños con alergia alimentaria.
El verano es sinónimo de descanso y vacaciones, y es habitual introducir cambios en nuestra alimentación, especialmente si viajamos al extranjero. Esta modificación de hábitos puede tener un impacto en nuestra salud digestiva si no tomamos las medidas preventivas adecuadas. Además, tres de cada diez españoles sufre acidez de estómago y un 50% de la población padece dispepsia o digestiones difíciles. En verano, estos síntomas tienden a intensificarse.
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) incide en la importancia de vigilar nuestra salud ante las altas temperaturas. En el caso de la obesidad, indica que esta patología, por sí misma, no condiciona un mayor riesgo de deshidratación u otras complicaciones. Sin embargo, es necesario tener un especial cuidado cuando la obesidad condiciona o favorece otras enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión o la insuficiencia cardiaca.
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