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En un mundo cada vez más consciente de la urgencia climática y la necesidad de adoptar prácticas más respetuosas con el planeta, el sector de la belleza está experimentando una transformación profunda. Lo que en el pasado se consideraba un nicho de mercado para unos pocos consumidores concienciados, hoy se ha erigido como necesidad y motor de innovación. La belleza sostenible ya no es una opción; es el nuevo paradigma que define el éxito en la industria cosmética.
El verano, sinónimo de sol, playa y relax, a menudo tienta a descuidar hábitos que mantenemos rigurosamente el resto del año, y la rutina de belleza no es una excepción. Sin embargo, detener o minimizar el cuidado de nuestra piel durante las vacaciones puede tener consecuencias a largo plazo, comprometiendo su salud y apariencia. Es crucial entender que la exposición solar, el cloro de las piscinas, la sal del mar y el aumento de la sudoración exigen una atención aún mayor.
Diversos estudios demuestran que el alquiler de ropa es una de las soluciones más prometedoras para lograr una moda más sostenible y cambiar los hábitos de consumo. Jolien Roedolf, investigadora de Thomas More, ofrece algunas razones para entusiasmarse con el alquiler de ropa como un punto de inflexión en la búsqueda de un sector de la moda sostenible.
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