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Patricia Mas no va a tener luna de miel | ||||||||
| La hija del president Artur Mas se casa el próximo 29 de junio en Menorca | ||||||||
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En estos momentos de tanta pesadumbre, de tanto desquiciamiento, de tanto pavor, de tanto miedo, malestar y sin vivir, escribir sobre algo bueno reconforta. Hoy doy a mi “Lencería” un vuelo de brisa fresca (como esta primavera que nos tiene congelados), voy a relatarles una historia de amor que acaba en boda.
El novio se llama Rubén Torrico, nació en Barcelona, como Patricia, y se licenció en Derecho en la Universitat de Barcelona. Conjuntamente con dos amigos, después de llevar unos años trabajando, ha creado su propio despacho, Lexben Advocats. Los diarios menorquines llevan días hablando de esta boda, en Menorca la familia Mas es muy conocida. Artur Mas llegó a Fornells de la mano de sus padres en el año 1965 y desde entonces veranean en esa hermosa y tranquila isla. En Fornells vieron crecer a la joven Patricia que ahora se casa enamorada, y también la evolución como político del ahora President de la Generalitat de Catalunya. La isla es pequeña, por eso es bonita, y aunque el turismo ha llegado hasta las turquesas aguas de sus calas, el espacio hotelero para albergar a muchos invitados no es muy numeroso. Pero aún así me han asegurado que todos los invitados de Patricia y Rubén podrán disfrutar de su boda y de la isla con calma y tranquilidad. La familia no habla, quieren mantener en privado una boda que ya es muy pública, nosotros no nos callamos y contrastar alguna noticia sobre esa boda es un milagro. Lo juro. Incluso para una catalana como yo que ha visto crecer a Patricia en su trabajo como comunicadora en los despachos en donde ha estado. En Ermenegildo Zegna, Mahala Alzamora y ya desde hace unos años en Interprofit. La novia estudió en la Escuela Aula, habla catalán, castellano, francés e inglés y estudió Relaciones Públicas y Comunicación en la Universitat Ramón LLull. Patricia es una mujer alta, espigada, de trato dulce, con unos ojos negros intensos y una melena lacia. Hace su trabajo con esmero, sin notarse. A la hija mayor de Mas, de la que algunos dicen que es “la niña de sus ojos”, la conozco desde que empezó a trabajar. Ella, a través de las empresas de comunicación, me iba mandando (a mi y a todos los periodistas en activo y que se dedican a dar información) convocatorias, han sido muchas las que me ha notificado, muchas a las que he asistido y puedo decir que jamás, nunca jamás, al menos conmigo, tuvo un momento de rebelión, de superioridad.
Es por eso que ante la noticia de una boda “radiada” y pública como ésta en mí intervienen diversos factores, uno, no se puede achuchar a nadie para que te den datos, la respuesta es siempre la misma: “Lo sentimos o lo siento y me sabe muy mal pero es que no vamos a hablar con nadie”. Cuando se unen tantos factores como es el de las buenas relaciones personales, sin tener una amistad intensa, y el buen hacer de una periodista (ésta soy yo y sí intento hacer bien mi trabajo aunque sé que no gusta a todo el mundo), es complicado hacer el trabajo. Pero finalmente algunas noticias puedo dar sobre este enlace. La boda se celebrará en la Iglesia de Sant Antoni Abad, será oficiada por un cura amigo de la familia y Patricia y Rubén se darán el “si” al mediodía ante unos doscientos cincuenta invitados frente al Mediterráneo y con la luz especial y espléndida del verano menorquín. Patricia ha querido organizar su boda personalmente y ha contado con la ayuda de su madre, Helena Rakosnik, ¡no todos los días se casa una hija¡ Ambas han querido personalizar al máximo ese evento tan íntimo y han conseguido mantener los datos al margen de la calle. Fue el President Mas quien, en una entrevista realizada por el periodista Xavier Bosch en el programa “Àgora” de TV3, dijo que su hija “tenia promés” (mi hija tiene novio), una exclusiva del mes de octubre del pasado año. Una noticia que pasó de puntillas pues en este programa de éxito no se habla normalmente de estas cosas que algunos periodistas creen “menores”, o piensan, tal vez, que la noticia de una boda o un noviazgo es más propia para ser destacada en medios de comunicación de otro colorido.
La novia, por trabajo y porque también le gusta, sigue el mundo de la moda, tiene sus preferencias, Patricia viste, como dicen los italianos “per bene”, como una lady, le sientan bien los modelos sencillos, bien estructurados, tiene una pierna larga lo que le permite lucirla y llevar buenos taconazos, aunque no es muy habitual en ella. Esta novia catalana es elegante por naturaleza y suele escoger prendas formales y llevaderas. Con una lupa he buscado durante muchos días el nombre de su diseñadora. Hace algunas semanas en la BBW, la madre de Patricia, Helena, me dijo que no buscara entre las firmas que estaban en aquella feria. Es más, me dijo que el vestido de novia de Patricia lo confeccionaba una amiga de la novia “Y es todo lo que te puedo decir”. Hermetismo total. No fue fácil dar con la diseñadora de este modelo único. Marta Martí es amiga de la novia, estudiaron juntas Relaciones Públicas pero a Marta el gusanillo de diseñar un vestido, cortarlo y hacerlo expresamente para una clienta le era más atractivo que las relaciones públicas. Estamos, pues, ante el caso de una chica joven que se organiza la vida creando su propio negocio. Marta Martí tiene su atelier en la Vía Augusta de Barcelona, es muy discreta, quiere hablar de su trabajo, pero no del vestido de Patricia, reconoce que son amigas desde que eran estudiantes y que está siendo una buena experiencia crear este vestido de boda. Un diseño que todo el mundo mirará con lupa. Ella lo sabe y sonríe: “Si, ya sé, pero yo me entrego en mi trabajo porque me gusta mucho”. Hace vestidos de novia y vestidos de fiesta: “Los trajes de novias no son unos vestidos cualesquiera, requieren muchas horas, y estar siempre atenta a que la novia esté a gusto”. Marta explica que ella tiende a hacer diseños especiales, a la medida y al gusto de sus clientas: “Pero siempre, al final, veo que los he realizado muy sencillos, muy llevables, yo pongo mucho interés en los tejidos, tienen que tener calidad, un patronaje con un buen tejido siempre suma y hace que al final el modelo encaje con la persona que lo lleva”. Esta joven emprendedora irá a la boda de Patricia en Fornells: “Siempre que puedo voy a las bodas de mis novias, me gusta estar a su lado para ver cómo queda todo el conjunto, ya al final, casi en el momento del “si quiero” y además, si me dejan, me gusta aconsejarlas en sus complementos, especialmente en los zapatos, a veces un buen vestido puede quedar eclipsado por unos zapatos inapropiados”.
También las cose para las novias: “Porque si bien es cierto que el vestido de novia jamás se lo volverán a poner, acaso cuando casen a una hija lo luzca ésta, la chaqueta que les coso siempre la pueden llevar en otro momento incluso con unos tejanos”. A Marta Martí (www.mmarti.es) le agrada el trato personal, asegura que cada novia es un mundo y que se dedica a interpretar los deseos de sus clientas según lo que necesiten y está absolutamente convencida que para que su atelier funcione la mejor baza es tener a su madre en su proyecto y que las clientas la conozcan a través de lo que se digan las unas a las otras. El día 29 pasará un examen, Patricia Mas, sin quererlo, no es una novia cualquiera. Su boda, su vestido y todo, será escrutado al mínimo detalle. No va a tener luna de miel porque no es oportuno, no están estos tiempos para hacer los quince días preceptivos que marca la ley para celebrarla. Patricia y Rubén se darán el “si quiero” en sábado (29 junio) y el lunes, uno de julio, estarán trabajando en sus respectivos despachos. ¡Ojo!. |
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