La retención del talento es una de las prioridades de las empresas
para evitar el déficit de trabajadores digitales. 9 de cada 10 puestos de trabajo ya exigen
conocimientos tecnológicos y la demanda de empleados TIC crece a un ritmo del 3% cada año.
Dada la falta de trabajadores en este ámbito, antes de 2020 habrá una escasez de hasta
900.000 profesionales en Europa, según datos del Informe IMMUNE de la Unión Europea.
Como consecuencia, el empleado conectado ha tomado el poder y se ha convertido en el bien
más preciado de las compañías.
Para mejorar la percepción de estos empleados desde el principio, las empresas están
poniendo en práctica técnicas de employer branding, dirigidas a un buen posicionamiento en
el mercado laboral. Además, las medidas para mejorar la situación de los profesionales
digitales son fundamentales para la fidelización. En este sentido, se está favoreciendo la
iniciativa de los trabajadores a la hora de aportar ideas, además de suavizar los rígidos
protocolos corporativos y ofrecer más beneficios a cambio de mayor compromiso.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de los Trabajadores, los expertos de The
Valley Talent han analizado
cinco razones por las que el empleado conectado se ha convertido en la joya principal de las
compañías:
• Contribuye a mejorar el branding en RRSS. La presencia del empleado digital en redes
sociales no es algo anecdótico, sino que debe ser concebida por la empresa como una
oportunidad para contactar con clientes a los que no llega. Además, también es un canal
para favorecer la atracción de talento a la compañía. Es clave que la iniciativa parta de los
empleados y lo hagan de motu propio compartiendo fotos en el trabajo, productos de la
empresa o actividades de teambuilding.
• Crece la inquietud por la inteligencia emocional. Desarrollar estrategias corporativas
basadas en empatizar con los empleados contribuye a que éstos sean más felices en el trabajo. El empleado conectado aspira conciliar la vida laboral y personal mediante las
herramientas tecnológicas que usa en su vida privada. Las medidas que favorecen su uso
juegan un papel muy importante, ya que permiten a los trabajadores compartir emociones
y estar en contacto con personas queridas.
• Su alto rendimiento garantiza mayor productividad. Además del bienestar emocional,
los empleados digitales han de contar con un entorno adaptado a sus capacidades para
lograr unos resultados más eficaces. Es imprescindible que dispongan de autonomía y las
herramientas tecnológicas necesarias. En este sentido, los análisis de desempeño, que
comprueban la correspondencia entre las funciones y las habilidades del empleado
conectado, permiten evaluar sus posibilidades. Si se consigue una buena correlación entre
ambos factores, mejorará la productividad del trabajador.
• Es creativo y se adapta a más tareas. La digitalización de las compañías exige estar en
constante cambio, por lo que el empleado digital desarrolla sus tareas enfrentándose a
continuos problemas a los que tiene que dar respuesta de forma creativa. Además, estas
situaciones conllevan que, a veces, tenga que asumir funciones adicionales a las que tiene
normalmente. También por ello, el trabajador conectado y flexible es un plus para las
empresas.
• Es la apuesta de futuro de las empresas. Los negocios digitales han llegado para
quedarse y están transformando el mercado laboral a través del surgimiento de nuevos
puestos de trabajo con un alto componente tecnológico. A los empleados digitales que
trabajan actualmente en las compañías se unirán en los próximos años nuevas
generaciones que han crecido con el boom tecnológico. Se calcula que, a mediados del
decenio que viene, los millennials ocuparán más de la mitad del mercado laboral en el
mundo, a los que se irá sumando la “generación Z”, nacida ya en el siglo XXI.