| ||||||||||||||||||||||
Ya no se lo cree nadie eso de las cartas con balas de CETME. Cuanto más leemos, escuchamos medios diversos y preguntamos a especialistas, más argumentos encontramos de que es un montaje de la propia ultraizquierda.
Hoy comencé el día con ánimo subido. Pero, tan pronto como he empezado a leer prensa digital y a ver las sandeces que dicen en la ultraizquierda madrileña y en el ministerio de Igual Da, me he ido normalizando y, a la vez, encendiendo por el uso y abuso del lenguaje que la izquierda llama inclusivo. ¿Serán capaces de darse cuenta del daño que hacen con ello al alumnado de primaria y secundaria, sobre todo?
Ante todo, vaya por delante mis respetos al todavía presidente de la comunidad cántabra, Miguel Ángel Revilla. Curioso personaje que, en apenas unos días, ha pasado de ser recurrible entretenimiento de tirios y troyanos a estafermo y espantapájaros para la población ‘leída y escribida’, como diría Alberto Garzón, ministro de Consumo e insensateces varias.
La vacunación forma parte de la solución a la tragedia que estamos viviendo desde marzo 2020, agudizada por la nefasta gestión de un Gobierno parasitario, ineficaz, cargado de muertos y capaz de ocultar más de 30.000 cadáveres, según los tribunales. Con esos datos, y siguiendo los criterios que la izquierda siguió con el Ébola, juzguen ustedes si deberíamos decir que tenemos un “Gobierno asesino”.
Ya nos habíamos hecho ilusiones con la recuperación de la economía, pero ahora nos dicen los sesudos especialistas que no, todavía no, porque la tercera ola de la pandemia la tenemos encima y la cuarta en ciernes. A ello hay que añadir que la Semana Santa puede traernos negativas y nefastas sorpresas. Espero equivocarme esta vez porque la ciudadanía hace tiempo que está hasta el pico de la boina de esta despreciable pandemia y de lo mal que se está gestionando desde todas las administraciones.
Ya nadie duda de que la salida de Pablo Iglesias del Gobierno es un descanso para el Ejecutivo y una liberación para Nadia Calviño. Al menos ahora sólo tendrá que doblegar a los sindicatos sectarios y de clase que tanto daño hacen al mundo del trabajo al que apenas representan.
Fijo la mirada en el gracioso meme, con Pablo Iglesias como protagonista, y no puedo evitar que la carcajada se me escape. Es una buena costumbre empezar el día con una sonrisa para destensar la musculatura facial. Y si el meme es de Linda Galmor, o de cualquiera de los genios de La Paseata, pues mejor que mejor. Veo en la representación a una anciana que está aseando a Pablo Iglesias, desnudo en un antiguo barreño, mientras el podemita se resiste y grita: “¡Llegaré tarde a la revolución!”. No sé si porque esa es lo más importante para él o porque tiene desapego o hidrofobia al agua.
Me cuentan de primera mano que no gustó a Pablo Iglesias el acercamiento entre Ciudadanos y el PSOE en Murcia. Entendió que podría convertirse en un reguero de pólvora por las Españas. Lo de Díaz Ayuso, disolviendo la Asamblea, ya fue para Pablo ‘moña’ algo así como lo son las banderillas negras para el inquieto e indómito morlaco. Vislumbraba la desaparición de Podemos y eso era demasiado: primero el País Vasco, después Galicia… ¿Y ahora Madrid?
Cuando de un granero se sacan granos y no entran otros nuevos, al granero le pasa lo que a las huchas: si sacas y no metes…mal asunto. Pues eso mismo le ha sucedido al Gobierno de Castilla y León; no se ha renovado, se han tirado años a la bartola, veían imposible que el PSOE tocara poder y ya lo ven. ¿Se acuerdan de Pedro y el lobo? Pues también sirve el ejemplo.
¡Qué mala uva tienen algunos sastres! De todos es sabido que el chaleco del frac no debe sobresalir de la chaquetilla. Al menos, el sastre podía haber asesorado correctamente a Pedro 'Plagio' para que no hiciera el ridículo o, mejor, explicarle que iba a un acto de gala y no a una fiesta de carnaval. No sé si se lo explicaron o es que lo hicieron y no lo ha entendido, de ahí lo de “¡Alcalde tonto, sentencia pronto!”. Sea como fuere, el caso es que el todavía ‘okupa’, Pedro ‘Plagio’, era toda una imagen “cantinflesca”, muy a su estilo.
Accedió al poder mintiendo tras explicar que inmediatamente convocaría elecciones, pero no lo hizo. Se sintió cómodo y disfrutó de los bienes de Estado como no lo ha hecho ningún otro presidente. Aficionado al Falcon hasta acabaron por apodarle “Falconetti”; lo utilizó para todo, desde acudir a conciertos hasta para ir a la boda de su cuñado, pasando por desplazarse a Valladolid desde Madrid con motivo de la cumbre Hispano-portuguesa. Trabajar, no ha trabajado.
|