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Reflexiones

Impresiones frecuentes

La observación de cuanto nos rodea, percute de muy diferente manera sobre las sensibilidades particulares; la intensidad de los estímulos es sin duda relevante, pero sus características cualitativas no le van a la zaga. No habrá dos captaciones idénticas en tan compleja relación.

Combatiendo la estupidez, con silencio

Hoy quisiéramos reflexionar sobre un asunto que consideramos estrictamente crucial: la necesidad del silencio en un mundo plagado de barullo, voces disonantes y discordantes mezcladas en un caótico tumulto que hace demasiado ruido mientras que no dice nada.

Los efectos del ojo por ojo

El extremismo violento está ahí, en cualquier esquina viviente, no es algo nuevo ni tampoco exclusivo de ninguna región, nacionalidad o sistemas de creencias. Lo cruel de este enfurecido sentimiento, entre unos y otros, es que se ha vuelto más vivo; con sus consecuencias verdaderamente deshumanizantes e inhumanas. El ojo por ojo no es la solución, pues todo el mundo acabará ofuscado y no podrá tomar vuelo, porque también le cortarán las alas.

Inquisitivos decididos

Queremos al decir, equiparar las palabras a la realidad de las cosas y de cuanto ocurre, lograr esa correspondencia; una manera de registrar las vivencias y quizá de comprenderlas. Sin embargo, la realidad se resiste a dicha identificación con las palabras pronunciadas. El intento no acaba de consolidarse. Si echamos mano de los sentimientos, tampoco logramos ese acoplamiento.

Mejorar el estado del mundo

Hay que salir de este mundo destructor, en el que cada día más personas se hallan rodeadas por el sufrimiento; dolor ocasionado en parte, debido al aluvión de conflictos y guerras que nos acorralan. Bajo un panorama mundial en rápida evolución, nos merecemos también otros espacios que nos complementen, que al menos rebosen espíritu armónico y fomenten confianza.

Múltiples fantasmas

Desde el humorístico “Qué fantasma eres”, a los fantasmas de verdad, se extiende un trecho enorme bien cubierto de curiosidades, asuntos importantes, ocultamientos flagrantes y supersticiones sugerentes. No se trata de ser exhaustivo ni preciso hasta la mayor finura; en conceptos como el de hoy, predomina el carácter evanescente tendente a lo desconocido.

La verdad hace justicia. Las conciencias tienen precio

Hoy podremos ver como la inteligencia artificial (Puigdemontera) es capaz de unificar “las conciencias”, gracias a determinados conciertos económicos, que consiguen anular las individualidades, que no matar, sino comprarlas sin mirar costes. 

El buen propósito

Es un insólito proyecto perseverar en el poder y corromper la libertad. Por ello, reavivemos nuestros andares, modifiquemos nuestras actitudes, tracemos en nosotros el compromiso de poner en valor la propia existencia, con comportamientos y estilos de vida sustentados en lo ético, que es lo que realmente nos transforma y renueva mar adentro.

Majestad y verdugo

Ayer conversé con Arturo Aguilar, experto en reparación de relojes, en relación a diversas aristas sobre el tiempo. La charla tuvo una duración aproximada de treinta minutos y fue con motivo de mi participación semanal en la radio argentina. En el diálogo surgieron temas como la irreversibilidad del tiempo, las huellas de la transición temporal, así como las diferentes artes y oficios que convergen en la reparación de relojes.

Acostumbrados a la oscuridad

Hay que alzar la voz y hasta irrumpir en combate anímico contra uno mismo, eso sí como poetas en acción. De entrada, pongamos fundamento en la coherencia, entre el decir y el hacer. No podemos bajar la guardia, ni tampoco cultivar la indiferencia. Me niego, pues, a habituarme a este mundo tenebroso, al que hay que plantar cara ante las fuerzas del odio y la división, con otros abecedarios más del corazón que del cuerpo.

Fugaces y diseminados

Cuando escuchamos a los expertos acabamos convencidos de que nuestro estado natural es la controversia; un poco de aquí, otro poco de allá, y vamos a condimentar alguna componenda. Se nos suele olvidar el carácter interrogativo de cualquier aproximación a la realidad; expertos o no, caemos en el error de comenzar avasallando con la idea propia.

Razón vs. caos

El hombre es la especie que nace más desprotegida de la creación, su aprendizaje tarda años en serle útil y valerse por sí mismo también le resulta un tanto complicado. Son la familia y la sociedad las encargadas de darle todo aquello que necesita para que pueda desarrollarse de una manera  completa y satisfactoria. ¿Y qué hace falta para ello? Una buena base educativa constituida por unos conocimientos morales y científicos.

La retentiva es el sello del hacer, para poder rehacerse de esperanza

Tenemos que buscar los vínculos de pertenencia, hacer memoria de los caminos recorridos hasta ahora, rehacernos con optimismo frente al destino del mundo cuajado de esclavitudes, con esa capacidad de mirar hacia los horizontes con buen ánimo y nívea actitud.

El viaje reflexivo de la ancianidad

Viajar solo; con un destino esperado; recordando el pasado, diverso, nunca monótono; arrepentido con penitencia; consolado por los que olvidó; agarrado a los libros maestros de ilusiones y proyectos; sentado sobre  piedras puntiagudas; horizonte abierto, como siempre, inalcanzable... Viajar solo... como ermitaño abandonado... con memoria... sin tertulias... palabras interiores... lenguaje oculto... 

Sentido comunitario; no territorial, ni de mercado

Me quedo con sumar fuerzas, jamás dividirlas o partirlas por intereses mundanos. Nuestra propia vida es un cúmulo de sendas comunitarias, donde todos somos necesarios e imprescindibles, para llevar a buen término las tareas encomendadas en función del bien colectivo.

Osadía existencial

Se dirá, se proclamará o se silenciará, pero se siente con toda crudeza; la desorientación se infiltra por cualquier resquicio de lo que experimentamos en la vida. Cuantas más informaciones recibimos, se agranda la sensación de la presencia humana desnortada, el reflejo de un progreso nefasto hacia una existencia turbulenta.

Tomo el camino de la utopía

A poco que nos adentremos en nosotros mismos y ensanchemos la mirada en nuestro alrededor, observaremos un aluvión de sufrimientos que estimulan a la desesperación, generando una atmósfera verdaderamente inaguantable, en todos nuestros pueblos, sociedades y etapas vivientes. Los nubarrones son tan fuertes, que el mundo parece haber caído en una recesión de principios y valores.

La continua novedad de vivir

A menudo la novedad nos da miedo. Sin embargo, en cada despertar nos sorprende un infinito oleaje de abecedarios, que renuevan nuestra vida, aunque atravesemos por momentos oscuros y multitud de debilidades. Lo importante es no dejarse de asombrar.

Censuras

En esta Epifanía, la única revelación que me alcanza, y no sé si desde las alturas, es la evocación de una serie dirigida y protagonizada por Adolfo Marsillach en TVE, la mejor, y única, cadena televisiva de España en aquellos tiempos del tardofranquismo. La serie venía a tratar sobre la censura y acometía ser una crítica de aquel sistema que vivía sus estertores finales.

Sensores de la inquietud

Las rutinas habituales responden a una tríada peculiar: la actitud displicente ante los estímulos novedosos, la comodidad del menor esfuerzo y la disposición servil con las conductas aprendidas previamente. Tanto tienen que ver con los procesos mecanizados o manuales, como con las elucubraciones ocupantes de los circuitos mentales.

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