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Últimamente las calles de mi pueblo, los bares de tertulia, los salones de mayores, la intimidad de las casa resumen “algo”; no sabría definirlo pero tiene que ver con la “intranquilidad”, con el “desasosiego”; “algo” que nos distancia... “algo” que rezuma desconfianza...
En la comunidad catalana y, concretamente, en la prensa escrita, tenemos un ejemplo palpable de lo que supone un medio privado de información puesto al servicio de la causa separatista, en el que colaboran un plantel de periodistas a los que no les importa inventar, tergiversar, falsear y vender como buenas, actuaciones de la Generalitat, el gobierno socialista, los partidos separatistas catalanes y las instituciones adictas al objetivo independentista.
Nos embadurnan a diario las pantallas con relucientes gráficos tildados de científicos, sin el rubor por silenciar las ausencias de comprobaciones pertinentes, para que fueran considerados como tales. Con la misma frivolidad los contradicen a las pocas horas.
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