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El Islam, la religión predicada por Mahoma (570 La Meca – 632 Medina) significa sumisión a Alá, y un musulmán es literalmente “uno que se entrega o somete a Dios”. La más joven de las grandes religiones tiene cada vez más adeptos, y constituye, después del cristianismo, la religión más numerosa.
La quema de ejemplares del Corán en Suecia ha generado un profundo malestar y manifestaciones en los países islámicos. Ante esta realidad, el Gobierno y las autoridades suecas no saben qué hacer. Están atados de manos a la distorsionada «libertad de expresión» que reina en el país nórdico. La libertad de expresión está consagrada en la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Nunca se debe de generalizar, y menos aun cuando se trate de religiones, por eso no podemos decir que los católicos son buenos o malos, ni que los protestantes, en sus diversas manifestaciones y sectas lo son, como tampoco que los islamistas son fanáticos o intransigentes.
Hoy, como si se tratara de una serie de Netflix, pero con el método de Movistar, día a día nos presentan “Afganistán libre contra los Talibán”.
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