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En la Republica del Paraguay, recientemente saltó a la luz pública el increíble episodio de la instrumentación documentada del tráfico de influencias, por parte del Presidente de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Dr. Antonio Fretes.
Tras la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de revocar el fallo del caso “Roe contra Wade”, que garantizaba el derecho al aborto en todo el territorio estadounidense, una ola de injusticia se está propagando por todo el país. En varios estados se están implementando las llamadas “leyes de activación”, que fueron escritas con el propósito de que entraran en vigor inmediatamente después de la anulación del fallo del caso Roe contra Wade.
La Corte Suprema de Estados Unidos ha revocado el histórico fallo del caso “Roe contra Wade” de 1973 que garantizó el derecho al aborto en todo el país durante medio siglo. El fallo del caso “Dobbs contra Jackson Women’s Health Organization” es devastador por sí mismo, pero también presagia cómo la actual mayoría conservadora del máximo tribunal estadounidense, conformada por jueces de extrema derecha, podría echar por la borda más de cien años de avances progresistas.
El edificio de la Corte Suprema de Estados Unidos en la ciudad de Washington D.C. es verdaderamente augusto, sus columnas corintias y frontones ornamentados recuerdan al templo de Marte Ultor de la antigua Roma, que fue erigido por el emperador Augusto para honrar el papel vengador de Marte, el dios de la guerra.
A lo largo de dos días, la jueza Ketanji Brown Jackson enfrentó casi 24 horas de interrogatorios mayormente hostiles ante el Comité Judicial del Senado de Estados Unidos mientras los miembros del Comité consideraban su designación como candidata para integrar la Corte Suprema del país. La actual jueza del Tribunal Federal de Apelaciones del distrito de Washington D.C. es la primera mujer afroestadounidense en ser nominada al máximo tribunal de Estados Unidos.
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