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PENSAMIENTO Y CONSUMO. El terco asunto no es otro que el presunto equilibrio entre verdad y mentira. Dicho así podría concernir a la aparente moralidad. Lejos de ello ambos estados han sido desvirtuados en su más degradante rostro para dificultar su distingo.
El capitalismo del siglo XXI utilizaría la dictadura invisible del consumismo compulsivo de bienes materiales para anular los ideales del individuo primigenio y transformarlo en un ser acrítico, miedoso y conformista que pasará a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable mediante las técnicas de manipulación de masas.
En una era híper consumista compramos y compramos dilapidando nuestros recursos, es tal el aturdimiento que perdemos de vista que si bien compramos con dinero, en realidad es con vida con lo que pagamos; porque para tener dinero necesitamos trabajar –generalmente en un trabajo que no nos gusta-, y con ello, dedicar gran parte de nuestro tiempo, que en realidad es vida, a obtener el recurso.
Los grandes filósofos de la Antigüedad eran polímatas, ya que poseían conocimientos de varias disciplinas y mostraban su creatividad en diferentes campos del saber.
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