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“La esposa de César no solo debe ser honesta, sino parecerlo”. Fue el motivo que usó el romano Cayo Julio César para divorciarse de Pompeya, sin entrar en detalles sobre culpas o inocencias. Dos milenios después, Concepción Arenal, gallega, evitó el detalle con dos sentencias: “Cuando la culpa es de todos, no es de nadie”, “Odia al delito y compadece al delincuente”.
Una experiencia que quizás nos ayudará a comprender a naturaleza humana. Es un poco extensa pero merece la pena transcribirla.
La captación de telespectadores es el objetivo de todos los programas de televisión. La “guerra de las audiencias” obliga a las cadenas a reinventarse para ofrecer al público contenidos más atractivos que su competencia para intentar mantener o incrementar su rating.
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