| ||||||||||||||||||||||
Violeta Torrejón
Violeta Torrejón es sociologa, especialista en necesidades específicas del entorno de la salud y del trabajo en mujeres y hombres, también en coaching e inteligencia emocional. Ha trabajado realizando análisis de prensa y como documentalista. También en residencia de ancianos realizando talleres y seguimiento de la adaptación al centro. Cuenta con experiencia en el ámbito educativo en el que ha puesto en práctica todos sus conocimientos. |
![]() |
La sociedad, tal y como la conocemos hoy en día, nada tiene que ver con épocas anteriores, y eso es porque se encuentra en constante evolución. Las personas que formamos dicha sociedad también lo estamos ya que nuestras relaciones con los demás no son estáticas, sino que están en permanente cambio con diversas modificaciones según nuestras acciones.
Cuando somos jóvenes tenemos tendencia a tener bastantes amigos, muchas veces porque el entorno nos los va poniendo en el camino y otras veces, porque tenemos gustos o aficiones parecidas a esas otras personas. Para que una amistad se forje es necesario tener algo en común, es necesario que exista algo que haga que se produzca la unión. Y cuando ese vínculo se forma, contaremos con un amigo.
Todos los años, cuando llegan estas fechas, nos ponemos a buscar regalos para complacer a nuestros más allegados. Es algo así como una obligación porque vienen los Reyes, porque es algo innato que hay que hacer. Lo que sucede es que a medida que nos vamos haciendo mayores, esa ilusión por estas fechas la vamos perdiendo. Y no es que sea algo malo, sino que se va convirtiendo en algo diferente.
Se acerca el final del año y eso supone hacer un resumen de todas aquellas cosas que nos han ido sucediendo durante el camino. De forma general, podremos hacer una valoración positiva o negativa según la experiencia personal, pero lo cierto es que intentaremos siempre mejorar en aquellos ámbitos que han quedado más flojos o que queremos superar.
Todos necesitamos ser escuchados. Todos necesitamos tener a alguien con quien poder hablar y lo que es más importante, contar con una persona o red social física y presencial que nos genere confianza para conversar no sólo de temas triviales sino de aquellos que nos preocupan o afligen.
Según se van acercando las fechas de Navidad, es bastante común que las empresas realicen cenas de Navidad con todos sus empleados como una forma de celebración entre toda la plantilla. Lo que sucede es que, muchas veces, esas cenas no tienen el mismo significado para los dueños que para los trabajadores. Acorde al tipo de empresa, la cena se realizará en un lugar más caro o más modesto y el ambiente podrá ser más informal o seguir con la tónica sensata y responsable del día a día.
Los sentimientos que vayamos experimentando fluctuarán según vayan pasando los años, porque es imposible aprobar a la primera, aunque habrá casos, pero no es lo común. Empezaremos con muchas ganas, puesto que al principio no existe desgaste y sí muchas ganas de aprender y avanzar temario, pero, según vaya pasando el tiempo, el agobio y el miedo al fracaso aparecerán.
Cuando empezamos una relación, todos tenemos ilusión, ganas y visión de futuro. Y es que está claro que según nuestras experiencias previas, podemos actuar de diversas maneras, habrá veces que nos genere miedo el cómo puede evolucionar dicha relación, habrá otras que, simplemente nos dejemos llevar, pero de un modo u otro debe existir algo que nos una a nuestra pareja, a esa persona que nos va a acompañar en un futuro.
A todos cuando somos pequeños nos enseñan que tenemos que estudiar y sacar buenas notas para el día de mañana, para progresar, para no quedarnos estancados y sobre todo, para encontrar un buen trabajo. Nos esforzamos según nuestras capacidades y llega un día en el que acaba nuestra etapa de adquirir conocimientos y empezamos de verdad a vivir, es decir, a buscar un empleo.
Llega la época navideña y eso supone ponerse de acuerdo en muchos aspectos con la pareja y su familia. Son fechas para algunos de discusiones o de temores ante cómo repartirse los días ya que no es fácil amoldarse o tener que ver a familiares de los que, durante el resto del año, apenas te acuerdas. Para algunas personas son momentos complejos por todo lo que supone no sólo a nivel personal sino sobre el resto de esferas sociales.
|