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Vicente Manjón Guinea
(Madrid, 9 de noviembre de 1968). Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid y licenciado en Criminología por la Universidad Camilo José Cela de Madrid. Ha trabajado en prensa en diversos medios de comunicación, entre otros, un gabinete de prensa, Terra, Ecuality, Diversia, el portal de Internet Kataweb, del grupo La Repubblica, y para la confección de varios programas televisivos de monográficos sobre personajes célebres de la vida cultural. Fundador y director de la extinta revista literaria en internet Satiria. Cuenta con varios premios de poesía y relatos cortos. Actualmente se dedica a la peritación judicial, especializada en robos y fraudes. Así mismo, vinculo su profesión a la educación y reinserción de menores infractores en la Consejería de Justicia de la Comunidad de Madrid. Autor del ensayo literario titulado DE LA LITERATURA Y LAS PEQUEÑAS COSAS, del libro de relatos inédito ALTAS MIRAS y de las novelas UNA LLUVIA FINA Y MENTIROSA y CON TAL DE VERTE REÍR. Editor y escritor del blog de artículos Memorias de un náufrago. |
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Puede que algunos piensen, como he leído por ahí, que el último libro de Luis Landero, 'La última función', es un himno a los finales felices. Quizá así se interprete por el cruce de caminos entre dos de sus protagonistas: Paula y Tito. La primera, Paula, una actriz malograda que termina en la estación de un lugar desconocido. El segundo, Tito, un emprendedor del mundo teatral consumido por el desencanto y la decepción; por cumplir los deseos de su padre antes de morir.
La falta de cultura y el olvido que ocasiona el paso del tiempo son factores determinantes para caer en la confusión. Desligar la historia del pasado y situarla tan sólo en el presente puede ser un grave error. Quizá sea esta la razón del por qué estamos viviendo un momento en que el antijudaísmo ha aumentado su difusión y se está volviendo aceptable como un lenguaje crítico en determinados sectores y espectros políticos, movidos siempre por esa captación del voto fácil.
Y así es. De pronto oigo truenos en el cielo y aquello que eran suposiciones mal intencionadas se convierten en realidades. Escucho en los noticieros que los que han mostrado su mayor oposición a prostituir la separación de poderes con indultos y amnistías a la carta, el PP, resulta que ahora estarían dispuestos a dar el indulto a Puigdemont. Con condiciones según ellos.
Recuerdo cuando comencé a estudiar periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. Allá por el ecuador de los años 80. En pleno auge de la democracia española y de la movida madrileña. La primera vez que accedí a esa Facultad de Periodismo observé que, aunque fuera un bulo, tenía pinta de haber sido construida para ser una cárcel de mujeres. En la fachada, una pintada decía con sorna y maledicencia «si no hay noticia, se inventa».
Imagina que no hay paraíso. Así reza la famosa canción de John Lennon, y así es como me atrevo a titular este artículo. Imagina un lugar donde los delincuentes hacen leyes a su imagen y semejanza porque han sido iluminados por Dios. Imagina un lugar donde las leyes que hacen esos delincuentes son para indultarse o amnistiarse a sí mismo independientemente de los delitos que comentan: corrupción, terrorismo, organización delictiva, malversación de fondos, etc.
Ósipov es uno de los escritores rusos contemporáneos que ocupa los anaqueles de las librerías en nuestros días. La literatura rusa, en la actualidad, parece un tanto olvidada como consecuencia de los tentáculos censores del régimen de Putin. En su último libro, titulado Kilómetro 101 y editado por Libros del Asteroide, el autor, a través de una selección de relatos, refleja sus experiencias como médico en una pequeña ciudad de provincias.
Probablemente sean los efluvios del Mediterráneo que nos unen y nos adormecen, pero lejos de esa puntualidad centroeuropea, tudesca, el encuentro con el escritor italiano Paolo Rumiz (Trieste, 1947) comienza tarde, como era de esperar. Sus libros de viaje son una llamada al conocimiento que se viene publicando cada mes de agosto en las páginas de 'La Repubblica'.
Puede que esto sea una sensación personal, pero en más de una ocasión he echado en falta el saber más de la literatura italiana contemporánea. Parece que últimamente nos ha dado por elogiar y poner el foco en las letras anglosajonas en lugar de en nuestro vecino país, cuna de escritores como Dante Alighieri, Boccacio o Petrarca.
Es otoño, concretamente el 3 de octubre de 1849. Una lluvia fina, que se disuelve entre la niebla del amanecer, moja las octavillas y la propaganda acumulada en las esquinas de la cuidad de Baltimore. Las oficinas electorales improvisadas en tabernas de mala muerte han cerrado ya sus puertas, en espera del recuento para la obtención de una plaza de representante del estado de Maryland en el Congreso.
Visto desde fuera de las fronteras de La República de Argentina, Javier Milei, el actual presidente, candidato por Libertad Avanza, puede parecer un tipo sacado del programa de los teleñecos. Un individuo mal peinado y extravagante, que alardea de esa excentricidad como cualquier populista al uso. En cierta manera, a mí, personalmente, me recuerda a Triki, el monstruo de las galletas de Barrio Sésamo.
Hay una tendencia ridícula en la literatura de hoy en día y es la de iniciar el libro con una frase impactante. No importa que, tras esa frase, la retahíla de retórica que venga después, en cada uno de sus párrafos, no sea más que paja mojada de un vulgar granero. Lo que importa es que el lector, aquel descuidado lector, se sienta atraído por una portada de atractivo diseño y por una frase inicial que deje con ganas de resolver el enigma a la siguiente oración.
El autor Vicente Manjón Guinea denuncia en su libro Con tal de verte reír (Círculo Rojo 2023) la "corrupción acomodaticia en nuestra sociedad". Su última novela, lejos de querer ser una amargura existencialista, está plagada de anécdotas y de ironías satíricas y jocosas que hacen sobrellevar al lector ese sedimento implícito del descontento, de las ilusiones frustradas de que algo pueda cambiar, cuando en realidad nada es así.
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