En su libro “La evolución creadora”, Henri Bergson, filósofo francés de principios de siglo, define la inteligencia como “la facultad de fabricar y emplear herramientas cada vez más inorganizadas”, aclarando que dicha inorganización, o indefinición, es precisamente lo que hace a una herramienta más versátil que a otra. En otras palabras, esa inorganización le permite adoptar múltiples formas y tener infinidad de aplicaciones. Unas tijeras se utilizan para cortar diversos materiales: su forma definida la convierten en instrumento idóneo para ello, pero para nada más. Una herramienta como la memoria electrónica, más indeterminada y de manejo más dificultoso que otras, es utilizable en múltiples aplicaciones, dependiendo del “programa” que carguemos en su memoria, una localización electrónica a priori vacía, donde por ello precisamente, por estar vacia, podemos introducir cualquier modelo de organización digital. Si a esa memoria vacía le incorporamos un gestor (microprocesador) de los programas, y unos elementos periféricos –impresora, monitor, teclado, GPS, autómatas programables, y un cada vez más largo etcéterta de aparatos técnicos, ya tenemos el sustrato físico necesario para configurar nuestra tecnología de la información y del control, y para realizar infinidad de tareas, desde la simple gestión ofimática, hasta el control automático de un proceso productivo.
Desde la perspectiva de todo ese abanico de aplicaciones posibles, es un error identificar los términos “tecnología de la información y del control” (TIC,s) con el término “informática”, ya que en realidad el primero engloba al segundo, puesto que la informática (información automática) hace referencia a un modelo de flujo y manejo de datos, mientras las TIC,s insertan ese modelo en procesos mucho más amplios y con productos finales definidos y palpables. En otras palabras, a nadie se le ocurriría incluir un robot, o un GPS, en una lista de términos informáticos a tener en cuenta. Sin embargo, un glosario referido a las TIC,s debería incluirlos, sin olvidarse naturalmente del ordenador y de todas sus aplicaciones.
Bajo ese prisma, es acertada la inclusión de las TIC,s en el Currículo de la asignatura de Tecnología , en la Enseñanza Secundaria Obligatoria, y resultaría erróneo pretender separar, duplicando esfuerzos y contenidos, la informática de las propias TIC,s, por varias razones. La primera es que forman un “sí mismo” global muy relevante y troncal en la sociedad en que vivimos, con acceso prácticamente instantáneo a la información y con procesos productivos y telemáticos que la mayoría de los ciudadanos de los países desarrollados utilizan a diario, bien de forma directa –un cajero automático, el scanner de un hospital, una tarjeta magnética - o como usuarios de un producto final fabricado con gran calidad y a bajo coste –hoy en día todo tipo de aparatos-.
La segunda razón deriva del inconveniente de considerar el ordenador como meta central, de pretender erigirlo como solución que acaba con la analfabetización tecnológica, cuando no es más que una máquina herramienta –muy sofisticada y compleja, eso sí, y que requiere un estudio específico en sí misma- que permite realizar labores de gran complejidad pero que en realidad van mucho más allá de su pantalla. Es necesario no perder esa visión global de la tecnología actual como instrumento: de lo contrario, ayudaremos a crear la falsa idea de que “con lo virtual es suficiente”.
En resumen, separar la informática de las TIC,s es como dibujar con un lápiz castillos en el aire sin el soporte natural que es el papel. La Educación Secundaria debe ofrecer un modelo de formación tecnológica global y que vaya asimilando las nuevas tecnologías en su seno, sin una excesiva fragmentación –informática por aquí, tecnología por allá-. Además de la economía de esfuerzo que supone –disciplinas adyacentes acaban intersecando y duplicando innecesariamente los contenidos- impide que el/la alumno/a desarrolle esquemas conceptuales erróneos que posteriormente haya que corregir en su formación posterior.
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Luis Ruiz Salmerón es miembro de la PEAPT (Plataforma estatal de asociaciones de profesores de tecnología).
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