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Drogas

Ezequiel Estebo
Redacción
sábado, 6 de agosto de 2005, 22:34 h (CET)
Estimada señora ministra cuota,

Así de entrada perdóneme que le moleste con esta humilde carta que no pretende otra cosa que estropear sus plácidas vacaciones allá donde las esté pasando.

Como cada dos por tres leo en algún sitio que desde los sectores más "progresistas" de la sociedad proponen legalizar las drogas y en un empeño de aunar esfuerzos, sumar y no dividir y esas cosas que a ustedes se les da tan mal, y como veo que existe un prolijo espíritu liberal en toda la sociedad,- últimamente parece ser una moda discutir sobre quién es más liberal que quién,- y a tenor de los últimos acontecimientos relacionados con el sector que le asignaron en el reparto ese paritario de los trece ministerios, en los que gracias a las políticas izquierdistas de descentralización masiva y tal y tal, van quedando cada vez menos competencias y el reparto de las mismas resulta ampliamente complejo a la par que absurdo. Ya veremos para cuándo sabemos en quién recae las culpas sobre ese temilla que usted y yo sabemos...

Le voy a proponer una vía a la medida del actual ejecutivo. O sea... ¡Figúrese!

Para empezar en lo referente al tema de las drogas que tanto les preocupa a ustedes los progres, yo comenzaría por legalizarlas. Sí, sí, estoy hablando de legalizar las drogas. No de que se usen los principios activos de plantas en medicina ni nada de esos temas menores. Sino legalizar las drogas en su pleno sentido. Se podrían vender en estancos, junto con el tabaco o en los supermercados a lado de la sección de licores.

Las ventajas serían innumerables: Apertura de nuevos mercados, necesidad de generar nuevas normativas, impuestos a cuenta, nuevos altos cargos dedicados al tema (imagine, imagine...), etc. Ni le cuento. Y todo esto como siempre sin que nadie tuviese ninguna responsabilidad sobre el tema gracias al sistema de transferencia de competencias en que la culpa nunca es de nadie.

En las cajetillas de marihuana podrían leerse algo como: "Esto aún mata más que el tabaco" o en los trenes debajo de la advertencia: "Prohibido fumar", "y pincharse", "y esnifar", etc. En el caso de los paquetes de heroína podrían poner algo así como: "Esto ya mata que es la leche". O inventarse un sistema de clasificación de drogas, por ejemplo, con ataúdes. Un ataúd, igual a "mata pero poco"; dos ataúdes, "mata más", etc. No sé, por decir algo.

¿Se imagina las campañas contra las drogas? Nosotros te las legalizamos para que las consumas libremente. A decir NO, que te enseñen en tu casa. ¿No le suena atractiva la idea?

Además, después de todo, todos sabemos que para producir hay que manipular las materias primas. Y le recuerdo que uno de los objetivos del ejecutivo del que usted forma parte por ser mujer, era el de aumentar la productividad. Cuanta más manipulación normalmente mayor valor añadido. Así que, ¡imagínese los beneficios! ¿Que en este caso la materia prima a manipular serían los propios ciudadanos? Tampoco hay que estar buscándole pegas a todo...

Esta nueva mentalidad libero-progresista, abriría sin duda nuevas posibilidades. Imagine los mercados de juguetes. Libertad de uso de materiales, sin problema. Más competitividad entre fabricantes, precios a medida de todos los usuarios, etc. ¿Que un juguete usa materiales cortantes que pueden dañar al pequeño? Pues una simple advertencia: "Esto puede cortarle las venas a su niño". Y listo.

Y en el terreno de los alimentos, pues igual. "Pollos con salmonela". Si total...

Sin otro particular por mi parte, reciba un saludo sin acritud.

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