Antena 3 contra la Comisión Nacional de Competencia, el gobierno contra laSexta, Intereconomía y la Asociación Española de Anunciantes contra la fusión. Todos en pie de guerra. Todo por la pasta, claro.

En diciembre de 2011 Antena 3 confirmó el rumor: comunicaba a la Comisión Nacional del Mercado de Valores la operación de absorción de laSexta. El resultado iba a ser un grupo de comunicación prácticamente igual al ya formado por la fusión entre Telecinco y Cuatro, tanto en número de canales o facturación como en porcentaje de mercado publicitario. Pero por extraño que parezca Telecinco aplaudió la iniciativa. Los problemas han venido por otro lado.

Al igual que tuvo que hacer Telecinco, Antena 3 debía esperar el dictamen de la Comisión Nacional de Competencia. La sorpresa acaeció con las leoninas condiciones que por parte de este organismo se impusieron a Antena 3 en julio de este año. Estas condiciones minaban principalmente la capacidad de comercialización del espacio publicitario, su mayor fuente de ingresos. Las medidas no tenían nada que ver con las que año y medio antes se habían aplicado a Mediaset, pues obligaban a comercializar por separado la publicidad de sus canales principales, exigiendo incluso a la creación de dos sociedades distintas para esta comercialización, y no podía crear paquetes para la venta conjunta del espacio en distintos canales. Además se endurecía el control al nuevo grupo, como por ejemplo forzando la publicación trimestral de sus ofertas publicitarias.

Antena 3, por supuesto, se echó para atrás. Los números no le salían. Y es que esas limitaciones a la hora de vender su publicidad tenían como resultado ofertarla a un precio más barato y, por tanto, una reducción de los ingresos que necesitaba para saldar de forma positiva el desembolso que supone la compra de laSexta. ¿Por qué un precio más barato? Porque al igual que cuando se compra un “pack ahorro” en el supermercado, esos paquetes sólo tienen de ahorro el nombre. Todos los anunciantes quieren comprar publicidad en el canal más visto y, por tanto, el canal más caro. Al agrupar la publicidad, se vende al mismo precio el canal “caro” que el “barato” (aquel con menor audiencia) con la excusa de que el anunciante se asegura que la publicidad es vista por un mayor número de gente distinta cada vez que se emite. Igual que cuando en el mercado el frutero te mete en la bolsa los melocotones buenos y los malos: van en el mismo cesto.

Naturalmente Antena 3 puso el grito en el cielo, pero aún le quedaba un as en la manga. Una llamada a Moncloa. No es nuevo que entre las filias del grupo Antena 3 se cuentan los políticos conservadores. No hay más que echar un vistazo a su línea editorial. José Manuel Lara logró colar en la agenda gubernamental la revisión de las condiciones de la CNC, pues el gobierno tiene potestad para revisarlas y modificarlas. Y así ha ocurrido: el 24 de agosto el Consejo de Ministros rebajó las medidas.

Pero los favores no vienen solos: siempre los acompañan sus pagos, ese escalofriante “quid por quo” que Hannibal Lecter proponía en ‘El silencio de los corderos’. Según filtraba El Confidencial Digital, Moncloa había pedido a Antena 3 que, una vez se hiciera con laSexta, interviniera definitivamente en la línea de opinión de la cadena, caracterizada por una crítica y censura constante al gobierno del Partido Popular. Tanto los informativos como el programa ‘El Intermedio’, presentado por el Gran Wyoming, están en el punto de mira de algunos políticos del PP desde hace tiempo, y parece que la oportunidad de dar un escarmiento y corregir esa actitud no podía ser desaprovechada. Ahora Antena 3 se encuentra en una encrucijada, pues si es cierta esta condición, se encontraría ante la duda de corregir la tendencia izquierdista de laSexta y perder gran parte de su audiencia, que sigue este canal precisamente por esa ideología, o no hacerlo y enfrentarse al despecho del gobierno.

Pero si los favores vienen acompañados por sus facturas, igual de desagradables son las críticas que los siguen. La Asociación Española de Anunciantes había estado exigiendo no sólo que se mantuvieran las condiciones de la CNC a Antena 3, que les beneficiaban a la hora de negociar la publicidad, si no que también se le impusieran al grupo de Mediaset formado por Telecinco y Cuatro. Cuando el gobierno ha respaldado la fusión desactivando esas medidas, la AEA ha protestado apuntando que actualmente más del 85% del mercado publicitario televisivo recae en dos grupos mayoritarios. La posición de las agencias de publicidad y centrales de medios en la negociación ha quedado increíblemente mermada. Los dos grandes grupos impondrán su voluntad. Por este motivo la asociación se plantea agotar los recursos legales tanto en instancias nacionales como europeas para contrarrestar la decisión del Consejo de Ministros.

Pero si éramos pocos, parió la abuela. Julio Ariza, presidente de Intereconomía, ha cargado furibundo contra el gobierno. Esta vez Twitter ha sido el altavoz que ha utilizado: “La derecha que representa el PP agrupa muchos pijos con carrera, pero en comunicación son más tontos que Mr. Bean restaurando obras de arte”. También desde su periódico ha atacado este, según él, atentado contra la pluralidad y la libertad de expresión. Naturalmente el canal de televisión de Intereconomía también depende del mercado publicitario. Ése que ahora está casi absolutamente en manos de sólo dos grupos competidores. Es decir, que además de a la libertad de expresión afecta al bolsillo de su propia empresa. Pero no es el único representante de medios conservadores que ha lanzado una piedra al gobierno. También Federico Jiménez Losantos a través de Libertad Digital ha atacado este apoyo a la fusión, crítica a la que se une Pedro J. Ramírez desde El Mundo.

Entre todo este revuelo Antena 3 ha confirmado que sigue adelante con esta operación, acariciada desde hace ya más de un año. Un análisis preliminar de la actual situación ha dado luz verde por ahora, aunque según precisa una nota de prensa: “Antena 3 evaluará el contenido íntegro del mencionado Acuerdo del Consejo de Ministros antes de tomar una decisión definitiva, que siempre estará orientada a la mejor defensa de los intereses de la Sociedad y de sus accionistas. Esta decisión será comunicada a través del correspondiente hecho relevante”. En laSexta, aunque se había afirmado que ya planificaban una nueva temporada en solitario, se ha debido escuchar el resoplido de alivio en varios kilómetros a la redonda, pues su situación económica continuaba siendo crítica.

Concluyendo, al final quien se ha mojado más es el gobierno, y no de forma gratuita. Si como es presumible Bruselas castiga las tasas que obligan a operadores privados de televisión y telecomunciaciones a financiar la televisión pública, Marino Rajoy y sus ministros estarían en la necesidad de reformar la legislación vigente para devolver la publicidad a RTVE. De esta manera al menos uno de los enemigos que se han creado (los anunciantes) se vería ligeramente aplacado, pero se levantarían en armas otros dos gigantes perjudicados: el Grupo Antena 3 y Mediaset (Telecinco). Se tendrían que poner a la cola, porque a este paso habrán de pedir vez como en las carnicerías para reclamar al gobierno.