Pulsa AQUÍ para ver todo el Diario Olímpico

¿De verdad no podemos darles una semana más a los nuestros? Ha sido despertar del letargo y caer medallas una detrás de otra. Se multiplican las pruebas donde aspiramos a metal, y ahora en cada competición que acoja a un español parece haber oportunidades.

Nos las ganamos a pulso, eso sí. El tercer oro vino después de cinco regatas fantásticas en la categoría Elliot 6m. Las chicas usaron todos sus recursos para sobreponerse a la descarada juventud de la tripulación australiana. Un dorado inesperado que sabe a gloria para un país poco acostumbrado a escuchar su himno en los Juegos. Tamara Echegoyen, Sofía Toro y Ángela Pumariega son un nuevo regalo de la prolífica vela nacional, incansable en su tradicional lucha por darnos un empujón en el medallero.

La piragua más guerrera
Igual de competida ha estado la jornada en Eton Dorney. Las pruebas finales de piragüismo nos pusieron los dientes largos con tres representantes, todos con opciones reales de subir al podio. Craviotto, el repescado de lujo, fue finalmente el único en tocar medalla (K1 200), pero los cuartos de Benavides (a dos paladas del bronce) y Portela (a tres y media) dejan a esta disciplina como una de las reinas de Londres para España junto al taekwondo. Dos platas (Cal y Saúl), un bronce (Chourraut) y cinco diplomas olímpicos de ocho participantes que traíamos a la capital inglesa. El listón no puede dejarse más alto.

Para rematar la jornada taquicárdica (mal asunto después de tantos días de paliza) llegaron las guerreras de balonmano para traerse un bronce legendario. Sí, vale, se nos agotan los adjetivos y a veces cuesta calcular la diferencia entre histórico, legendario o irrepetible. Pero si ha visto el partido de semis frente a Corea, con dos prórrogas incluidas, estará de acuerdo en que ha sido algo único.

Comenzaron las asiáticas llevando el encuentro al límite en cada ataque, con cambios de velocidad que pusieron en jaque a las nuestras los primeros minutos. Pero llegó la calma, y más allá del empate a once las chicas de Jorge Dueñas siempre se mantuvieron por encima en el marcador. Ajustado, pero por arriba.

Hasta en dos ocasiones se tuvo la última posesión para decidir el partido, con las coreanas reclamando una grúa cada vez que se iban al suelo. Pero no se pudo aprovechar la superioridad física hasta el final, donde las paradas cruciales de Ciobanu en los siete metros permitieron conseguir la ventaja definitiva. Bronce con sabor a algo más para un equipo que nos ha hecho disfrutar como nadie durante estos Juegos. ¡Enhorabuena!

Adiós de cuatro (por cien) estrellas
Aunque todavía le falta acoger la ceremonia de clausura, hoy el estadio olímpico dijo adiós a la competición con la última exhibición del equipo jamaicano. En 36.84, Bolt, Blake, Frater y Carter escribieron el epílogo perfecto, como habían hecho en Daegu un año antes, atrapando el oro con un nuevo récord del mundo.

Ahora la duda es si hemos visto el último triunfo olímpico de Usain (seis oros) o se va a atrever a competir contra un Yohan Blake que sigue en franca progresión, tanto a nivel deportivo como en farándula mediática. Río todavía queda demasiado lejos, pero lo único seguro es que el espectáculo que Bolt ha regalado al atletismo durante estos años es ya eterno.

A pocos metros de la pista de atletismo, donde el ¿británico? Mo Farah se hizo con el doblete en 5.000 y 10.000, tuvimos otra alegría que se nos quedó a las puertas de la sonrisa completa. Ruth Beitia se marcó una competición de salto excepcional, superando los dos metros en su mejor marca del año. Otro cuarto puesto para tener en cuenta. En diplomas de oro no nos gana nadie.

Terminamos con la gracia de la jornada. Brasil se ha convertido en la Holanda de los Juegos y ha perdido su tercera oportunidad de conseguir el oro olímpico. Dos goles de Peralta dieron a México su mayor éxito internacional, retrasando hasta Maracaná (al menos) el cobro de la gran deuda pendiente del fútbol brasileño. Los favoritos no tienen toda la baraja. Que se lo digan si no a España. Y si hay (mucha) suerte, que se lo digan mañana a Estados Unidos.