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Ya es historia. Pasado. Leyenda. Hoy Michael Fred Phelps ha nadado por última vez en unos Juegos Olímpicos. Una frase que estremece viendo el palmarés que deja tras tres participaciones inigualables. Dieciocho metales de oro, un par de plata y otras dos de bronce. En número, y solo en número, tantas como nosotros en el 92. Una animalada deportiva que ha terminado este sábado en Londres, pero que durará eternamente en el recuerdo de todos los aficionados presentes y futuros.

Entró como siempre, con el albornoz a cuestas y la música pegada a las orejas, impasible ante los gritos de una grada exaltada. Ganó, también como siempre, con una posta de cien metros mariposa fundamental para su equipo, de manera tan brillante que cuesta creer que realmente este sea su adiós definitivo. Phelps quiso ser el último de los nadadores en alejarse, y entremedias le dio tiempo para enviar un par de miradas rápidas a esa amante líquida con la que ha mantenido una conexión mágica durante ocho años tremendos. Luego vinieron los reconocimientos, la vuelta de honor, los homenajes. El ídolo se nos ha ido.

Los dioses del básquet a medio gas
Jornada apasionante también en baloncesto. La primera vez que habíamos tenido la oportunidad de pisar el Basketball Arena con tiempo para disfrutarlo, y el espectáculo no ha decepcionado. Golpe para los de Scariolo, con una derrota ante Rusia que complica un poco más el camino hacia el último partido. España empezó con fuerza, cogiendo de inicio un colchón de diez puntos en el que durmió plácidamente a lo largo del primer tiempo. Pero llegó el bajón, Rusia apretó, y en los minutos finales la moneda cayó en el lado de los Kirilenko y compañía. Pau tuvo dos tiros libres para el empate y una jugada final más tranquila, pero en estos Juegos estamos tan acostumbrados a fatalidades similares que apenas nos sorprendió el fallo en el primero. Si se gana a Brasil, el terror yanqui llegará en semis. ¿Usted que haría? Jugar para perder deshonra a los Juegos, pero de lo visto en bádminton con las coreanas a salir sin el turbo apretado hay infinitas variables.

Aunque los Lebron, Kobe y amigos parecen más humanos cuando enfrente hay alguien que les pueda dar guerra. Brillante Lituania, capaz de mantenerse por encima en el marcador con solo seis minutos para finalizar el partido. Luego James se enfadó, clavó un triple cómo quiso, reventó el aro en la siguiente, y Estados Unidos sigue con su trayectoria inmaculada. Asustan, pero un poquito menos.

Ferru y Feli se van de vacío
Otro golpe duro vino directo desde la hierba de Wimbledon. Agotados tras la paliza de ayer, Ferrer y Feliciano apenas ofrecieron resistencia en la batalla por el bronce. Todavía pesaba esa enorme oportunidad perdida el día anterior, y la última opción que manteníamos en tenis se esfumó en un visto y no visto. Lo siento especialmente por Ferru, el hombre que más ha dado y menos ha recibido (al menos en forma de trofeos) en la historia de este deporte. Se merecía un oro, en la modalidad que fuera, y vuelve a casa en la más amarga de las posiciones.

La cara buena de la jornada la dieron balonmano y waterpolo de chicos, con dos victorias que les meten de lleno en la fase final de la lucha por las medallas. Menos agradable es la eliminación de Liliana y Elsa en vóley playa. Una lástima, pero estreno en los Juegos más que notable. Darán que hablar.

¡Qué nos devuelvan el atletismo!
En sintonía con el país, terminamos con una para sonrojarse. Ninguno de los tres atletas que llevábamos han pasado siquiera a semifinales de 1500, una de las pruebas que mejores recuerdos nos han dejado en los últimos años. Es la enésima ratificación de la lenta agonía que padece el atletismo español. Hace dos décadas, Fermín Cacho levantaba los dos brazos en Barcelona. Ahora, solo nos los llevamos a la cabeza.

El estadio olímpico, españoles aparte, está tomando el relevo de la natación con una competición apasionante. Hoy se ha visto a Usain Bolt por primera vez sobre la pista de Londres, y también ha debutado con éxito Oscar Pistorius, el primer atleta paralímpico en participar en unos Juegos. Un sabroso aperitivo antes de la final de los cien y la lucha por el oro en Wimbledon este domingo. Como para perdérselos.