La intensa campaña de desinformación que ha intentado instalar en los últimos tiempos que el impeachment a través del cual fue destituido por mal desempeño de sus funciones el cura papá Fernando Lugo, no fue un juicio político ni un golpe de estado, ha empezado a agrietarse con las acusaciones de algunos defensores de derechos humanos a quienes el ex presidente de Paraguay traicionó.

Fernando Lugo traicionó a seis campesinos paraguayos detenidos injustamente, opina en ese contexto el abogado defensor de los prisioneros y especialista en DDHH, Eduardo Suáres.

“Yo sostuve dos entrevistas con Fernando Lugo. La primera cuando vino a Argentina en su calidad de candidato a la presidencia. Le expliqué la situación de los campesinos. Él los conocía a todos y me aseguró que se iba a ocupar del asunto. Cuando Lugo fue elegido Presidente el 2008, los campesinos todavía estaban presos en Argentina. Nuevamente me entrevisté con Lugo aproximadamente dos horas en su residencia presidencial, acompañado de unas 15 organizaciones campesinas. Entonces nos señaló que hablaría con la Presidenta argentina en 15 días, pero jamás cumplió esa promesa.”

“Existió una responsabilidad muy grande de Lugo y los dirigentes luguistas. Es decir, Fernando Lugo dejó abandonados a su suerte a los 6 campesinos. En ese momento los presos estaban en huelga de hambre en Argentina, en el Penal de Marcos Paz, y Randazzo me hizo una propuesta: que si los campesinos levantaban la huelga de hambre, mientras ‘nosotros estemos en el gobierno’ no los enviaremos a Paraguay, pero tampoco los pondrían en libertad. La cuestión es que nadie les sacaría los 35 años de presidio a los que estarían condenados.”

Pero la traición a la causa de los campesinos perseguidos perpetrada por el gobierno de Lugo no es la única consumada por Lugo y sus seguidores. También puede mencionarse que durante el gobierno de Lugo fueron reprimidos salvajemente los campesinos de Curuguaty, hecho que olvida la propaganda chavista, siendo esa matanza el desencadenante de su destitución.

Previamente, había ordenado ejecutar extrajudicialmente a varios de los miembros de la organización campesina EPP, que le habían dado un apoyo fundamental para ganar las elecciones de abril del 2008. Sin ellos, Lugo no hubiera concitado el apoyo de la propaganda chavista, ni su respaldo financiero.

Antes que ello suceda, yo había denunciado en innumerables sitios de la web que Lugo recibía respaldo del embajador estadounidense James Cason, y que USAID financiaba a varias ONG que eran la mampara de los supuestos “movimientos sociales” que lo impulsaban.

En una entrevista con una radio de Montevideo, el intelectual izquierdista James Petras recalcó que Lugo “firmó acuerdos con (el expresidentes colombiano Álvaro) Uribe –el peor asesino de la región- para el entrenamiento de fuerzas especiales de represión; firmó acuerdos con el Pentágono para extender las operaciones norteamericanas en América Latina: reprime a los campesinos en los cuatro años que llevaba de gobierno traicionando las promesas que realizó en su campaña electoral. Para nada es un progresista. A pesar que Chávez, Evo Morales y todos los demás lo llaman un líder progresista, no es así”.

Es evidente que grandes intereses se mueven detrás de la desinformación que rodea a Lugo, y el más valedero es que la propaganda de un supuesto líder izquierdista-ahora derrocado- en Paraguay, es útil para lograr afianzar el “club de presidentes” del Mercosur, advertir a sus opositores, y lograr el ingreso de Venezuela al bloque regional.

Con esta campaña, también le hicieron el juego a la derecha paraguaya, que ahora tiene argumentos valederos para despotricar contra la integración regional y contra la causa bolivariana.

Se dijo que entre la izquierda y la derecha lo único que existe es una comedia, y la utilización de un traidor como eje de la campaña de Hugo Chávez y la izquierda regional es sólo una prueba más de ello.