Nadie ha visto su cuerpo (como también pasó con el de Bin Laden), aunque se supone que él fue muerto el lunes en Haso Khel, al norte de la región pakistaní de Warizistán.
Según The Guardian, no hay cómo comprobar el sitial que hubiese tenido en Al Qaeda, aunque difícilmente él habría llenado el vacío del anterior sub-jefe de Al Qaeda Avd Al-Rahman, matado en Agosto. Ciertamente esas bajas debilitan a dicha organización terrorista, pero, según este mismo diario inglés, crea un problema con la jurisprudencia internacional que quita legitimidad a EEUU.
Estos misiles teledirigidos caen sobre localidades remotas que nadie tiene acceso a verificar si van de la mano con otras muertes y daños a inocentes, mientras que crean éxodos y desplazamientos en esas zonas rurales y resentimientos.
Las ejecuciones de Bin Laden o Libi se han dado en Pakistán, el único aliado nuclear de EEUU y sin la venia de dicha nación, la cual reclama que se le están violando sus derechos.
El argumento de Washington es que el enemigo principal es el ‘terrorismo’ y a él hay que darle dónde sea, pero esta forma de pensar enajena a sus socios y puede concatenar a que el nacionalismo islámico siga avanzando en Pakistán y acabe imponiendo un régimen nuevo hostil a Occidente y armado con bombas atómicas, las mismas que podría canalizar hacia movimientos armados en otras partes del planeta.
Aparentemente Al Qaeda es la Némesis del Pentágono, pero en la realidad ambos tienen una relación algo simbiótica. Washington utilizó a Bin Laden para minar a los soviéticos en Afganistán pero luego, al transformarlo en su ogro negro, se ha valido de ello para invadir países ricos en oro negro.
EEUU se ha valido de Al Qaeda para minar a Hussein y a Gadafi. Es más, varios de los comandos que participaron en la lucha contra el dictador nacionalista libio, incluyendo a quienes capturaron posiciones claves en Trípoli, provienen del Grupo de Combate Islámico Libio, los camaradas de Bin laden en ese país, organización en la que se perfiló el recientemente ejecutado Libi, quien nació en los 1960s en Libia como Muhammed Hassen Qaid.
Mientras tanto, en Libia Al Qaeda coloca bombas contra blancos militares y civiles buscando precipitar el caos y una intervención foránea, creando un caldo de cultivo tipo Iraq, Afganistán o Libia en el cual puedan desarrollar su estrategia de hacer una guerra religiosa sunita internacional.
EEUU y Al Qaeda son dos enemigos que también se utilizan mutuamente para eliminar a los nacionalistas panárabes menos seculares y a los pro-iraníes.