Un reciente estudio en primates dirigido por científicos de la Univ.
de Pittsburgh, como Laura Hewitson, y presentado en el “International
Meeting for Autism Research” en Londres, revela que muchos de los
jóvenes macacos sometidos al calendario de vacunación infantil
obligatorio en EEUU, desarrollaron autismo, mientras que el grupo no
vacunado permaneció sano. La causa podría residir en el Thiomersal
(también conocido como Timerosal, Mertiolato, Metorgan, un antiséptico
con mercurio presente todavía en algunas vacunas). Por su parte el Dr.
Robert Bell ex Vicepresidente de la Internat. Society for cáncer
Research afirmó que la vacunación es la primera causa del monstruoso
aumento de casos de cáncer en adultos ( la patología se desarrolla en
el tiempo). También el ex responsable de vacunas de Merck, el Dr.
Maurice Hillerman, reconoció que en general, todas las vacunas de
Merck portaban virus de cáncer u de otro tipo, mientras que las de
Hepatitis B, estaban contaminadas con un virus que expandió el SIDA en
EEUU. También, Garth Nicolson, el afamado biólogo celular y editor de
14 libros y del “The Journal of Clinical and Experimental Metastasis”
y del “The Journal of Cellular Biochemistry”, alertó que ciertas
vacunas están contaminadas por mycoplasma, y que nos están provocando
enfermedades degenerativas.
Cuando la vacuna es mucho más peligrosa que la enfermedad que
previene, es tiempo de acabar con la obsesión “vacunativa” y dejarla
al libre albedrío de los padres y ¿por qué no? de pensar seriamente
que algunas “Teorías de la Conspiración” son reales.