Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | 15M | 12M | Indignados
Meses atrás publiqué en otro medio un artículo titulado Los indignados, esos cínicos. Como era de esperar, pronto llegaron las críticas y las descalificaciones

15-M. Una revisión orteguiana

|

Lo triste es que hoy, un año después de que la mecha indignada prendiese en plena Puerta del Sol, sigo pensando lo mismo. Apoyaba entonces mi tesis, y hoy lo sigo haciendo, en ciertas ideas expuestas por Ortega y Gasset en La rebelión de las masas. “El cínico, parásito de la civilización, vive de negarla, por lo mismo que está convencido de que no faltará” afirmaba el filósofo en su célebre obra. Me preguntaba entonces, y hoy me sigo preguntando, si no podrían aplicarse tales palabras a esos que ahora se proclaman indignados.

Veía entonces en el campista urbano y primaveral ,y hoy sigo viendo, al cínico y al niño mimado que señalaba Ortega. Un farsante que escandaliza y vocifera para llamar la atención, pero que se sabe protegido por ese mismo sistema al que simula atacar. Idéntica actitud a la del niño que grita y patalea ante unos padres sobreprotectores.

“¿Qué haría el cínico en un pueblo salvaje donde todos, naturalmente y en serio, hacen lo que él, en farsa, considera como su papel personal?” se preguntaba el filósofo. Y yo respondía entonces, y hoy sigo respondiendo, que huiría despavorido porque no está realmente indignado; quien de verdad lo está no sale a la calle a mover las manitas y a corear cancioncillas. Por eso afirmaba entonces, y hoy sigo afirmando, que lo del chico del 15-M es pura pose, fuego de artificio, burda impostura. Astracanada de un niño mimado por ese mismo sistema que tanto dice detestar.

Y me temo que hoy lo es más que nunca. Hace un año todavía existía la excusa de la espontaneidad de una lícita protesta. Pero pronto se vio que aquello degeneraba en un asambleismo tan molesto como improductivo. Un movimiento que transitaba, con alegría y torpeza, entre los mensajes bobalicones y los brotes de violencia. Tristemente, después de todo un año, la pertinencia y el sentido común de algunas de sus reivindicaciones languidecen entre tanto exabrupto y tanta majadería. El sistema hiede, en efecto, pero sospecho que no es ésta la forma de sanearlo. Ochenta años después el lamento del filósofo sigue por desgracia vigente: ¡No es esto, no es esto!

15-M. Una revisión orteguiana

Meses atrás publiqué en otro medio un artículo titulado Los indignados, esos cínicos. Como era de esperar, pronto llegaron las críticas y las descalificaciones
Carlos Salas González
lunes, 14 de mayo de 2012, 07:12 h (CET)
Lo triste es que hoy, un año después de que la mecha indignada prendiese en plena Puerta del Sol, sigo pensando lo mismo. Apoyaba entonces mi tesis, y hoy lo sigo haciendo, en ciertas ideas expuestas por Ortega y Gasset en La rebelión de las masas. “El cínico, parásito de la civilización, vive de negarla, por lo mismo que está convencido de que no faltará” afirmaba el filósofo en su célebre obra. Me preguntaba entonces, y hoy me sigo preguntando, si no podrían aplicarse tales palabras a esos que ahora se proclaman indignados.

Veía entonces en el campista urbano y primaveral ,y hoy sigo viendo, al cínico y al niño mimado que señalaba Ortega. Un farsante que escandaliza y vocifera para llamar la atención, pero que se sabe protegido por ese mismo sistema al que simula atacar. Idéntica actitud a la del niño que grita y patalea ante unos padres sobreprotectores.

“¿Qué haría el cínico en un pueblo salvaje donde todos, naturalmente y en serio, hacen lo que él, en farsa, considera como su papel personal?” se preguntaba el filósofo. Y yo respondía entonces, y hoy sigo respondiendo, que huiría despavorido porque no está realmente indignado; quien de verdad lo está no sale a la calle a mover las manitas y a corear cancioncillas. Por eso afirmaba entonces, y hoy sigo afirmando, que lo del chico del 15-M es pura pose, fuego de artificio, burda impostura. Astracanada de un niño mimado por ese mismo sistema que tanto dice detestar.

Y me temo que hoy lo es más que nunca. Hace un año todavía existía la excusa de la espontaneidad de una lícita protesta. Pero pronto se vio que aquello degeneraba en un asambleismo tan molesto como improductivo. Un movimiento que transitaba, con alegría y torpeza, entre los mensajes bobalicones y los brotes de violencia. Tristemente, después de todo un año, la pertinencia y el sentido común de algunas de sus reivindicaciones languidecen entre tanto exabrupto y tanta majadería. El sistema hiede, en efecto, pero sospecho que no es ésta la forma de sanearlo. Ochenta años después el lamento del filósofo sigue por desgracia vigente: ¡No es esto, no es esto!

Noticias relacionadas

En “La isla de los pingüinos” Anatole France (Premio Nobel, 1921) aborda con ironía el asunto del formalismo. Después de que el personaje inicial, Mael, por su vejez y casi ceguera, bautice a unos pingüinos creyendo que son hombres, se abre en el cielo una diatriba para establecer si ese bautismo es válido. No se puede ir contra las formas. El problema se resuelve finalmente aceptando la propuesta de que los pingüinos se transformen en humanos (unos pingüinos bautizados terminarían en las llamas eternas, en cuanto no cumplirían con la ley de Dios).

Últimamente, la cuestión de una hipotética fusión bancaria entre el BBVA y el Banco Sabadell, ocupa las portadas de noticias de televisiones y radios y también de los periódicos en España. Es lógico que suceda, porque supone una vuelta de tuerca más, en un intento de intensificar la concentración bancaria en nuestro país.

Reproduzco la carta de los padres de Vera al presidente del Gobierno que hicieron pública durante el periodo de "reflexión" de Pedro Sánchez, pues a pesar del tiempo transcurrido en el que el vuelco del castillo hinchable de Mislata provocó el fallecimiento de dos niñas por múltiples irregularidades en enero de 2022, poco se ha hecho en los tribunales y en las administraciones nada que sepamos.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto