Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | El crisol

¿En qué país vivimos?

Es de esperar, confío en ello, que Carlos Dívar pueda demostrar su inocencia, porque si no apaga y vámonos
Pascual Mogica
jueves, 10 de mayo de 2012, 06:55 h (CET)
Cada día que se pasa son muchos los españoles que se preguntan que en qué país vivimos. La mayoría de los que tal  pregunta se formulan piensan que este es un país de “rajamantas”, “saltacorrales” y “robaperas” y si nos paramos a pensar veremos que esta pregunta tiene su fundamento. A diario leemos y escuchamos en los distintos medios de comunicación, prensa, radio y TV, una serie de  supuestos y en otros confirmados, casos de corrupción de distinta naturaleza protagonizados por personajes de la vida pública que la verdad es que flaco favor le hacen a la imagen de este país.
   
Como ejemplo de ello citaré los más recientes. La verdad sea dicha es que si hago una relación más extensa de casos de corrupción el Espasa o el Larousse parecerían un libro de bolsillo al lado del que resulte de relatar tantos hechos. Pero a lo que voy. El presidente del Tribunal Supremo, Carlós Dívar, ha sido denunciado por un vocal del Poder Judicial ante la Fiscalía por una supuesta malversación de fondos públicos al entender el denunciante que el presidente del Supremo ha gastado casi seis mil euros en viajes privados. Es de esperar, confío en ello, que Carlos Dívar pueda demostrar su inocencia, porque si no apaga y vámonos.

Por otro lado tenemos el caso de un técnico en arquitectura al cual la Generalitat Valenciana le ha llenado los bolsillos de dinero con millones y millones de euros por modificación y sobrecoste de los proyectos por él realizados y por otros que no se han llegado a materializar. También es de esperar que esto sea debidamente justificado ante la opinión pública porque los argumentos dados hasta ahora por las partes interesadas no han aclarado nada y por tanto no han convencido a nadie, al menos a mí no me han convencido y me considero, como contribuyente, con derecho a que esto se me aclare. Por otro lado tenemos el caso de un ex alto cargo de un ente público dependiente de la Generalitat Valenciana que ha declarado ante un tribunal de justicia que los regalos que le hizo uno de los imputados en el caso Gürtel son normales, de amigo a amigo. A mí no me parece tan normal y me gustaría saber porqué y desde cuando arranca esa amistad. Por último, no quiero cansar a nadie, esto podría ser la historia interminable, me referiré al caso del Conseller de Turismo de Baleares que contrató como asesora a su compañera con un sueldo de casi  50.000 euros, el periódico que daba la información no especificaba si el sueldo el anual o mensual, espero que fuera anual, pero quién sabe. Cosas más raras se han visto. Mientras la cosa no ha trascendido no ha pasado nada pero ahora que ha salido a la luz pública el conseller ha cesado a su compañera como asesora. Pero...preguntó yo: ¿Y si no hubiera trascendido? ¿La hubiera cesado? Me inclino a pensar que no.    

Así están las cosas. La verdad es que dan para pensar y para mucho más y sobre todo para preguntarse que en qué país vivimos.

Noticias relacionadas

Ya inmersos en la canícula, tal vez precisamos una pausa en nuestros afanes y tribulaciones habituales, un alivio en las cavilaciones para cargar pilas y lamer heridas. La lectura resulta útil en estas circunstancias, al menos para los que la practicamos como bálsamo y ungüento frente a desvaríos del pensamiento y tentaciones sectarias.

Introducen esa chispa dubitativa de obligada atención a la hora de tomar las decisiones. Salir de ese atolladero no siempre resulta fácil, las opciones se multiplican. La falta de resoluciones de carácter absoluto se convierte en un potente estímulo para continuar con la mente abierta en busca del verdadero progreso.

Acudo a la 33ª edición de “Arte Santander” y me dejo llevar. Me enfrento a las obras que allí se exponen: pintura, escultura, fotografía... Desmenuzo una para ver qué me trasmite e intento comunicarme, en ausencia, con el artista desde mi óptica de la recepción. Una vez analizada, busco el nombre que se le ha puesto en la cartela para completar lo sentido con el valor emitido desde la palabra y, entonces, surge el anodino e insustancial “Sin título”.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto