Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Ver juzgar y actuar

¿Quiénes somos los españoles?

El sujeto pasivo de esta crisis y de todas las crisis que hemos sufrido, es el conjunto de los españoles, pero advierto que la palabra españoles, así en plural, apenas si tiene circulación sustituida por la de ciudadanos.
Francisco Rodríguez
sábado, 5 de mayo de 2012, 15:31 h (CET)
Cuando algo cambia de nombre es, que la realidad a la que aludía el sustantivo abandonado, se ha transformado en algo diferente. Puede observarse que la palabra pareja está desplazando a la de matrimonio; la de compañero o compañera a la de esposa y marido. Hay quien piensa que cambiando las palabras se puede modificar la realidad aunque por mi parte creo que es al revés: si cambia la realidad cambian las palabras. Sustituir padre y madre por progenitor A y progenitor B, no ha modificado, hasta el momento, la realidad, aunque cualquiera sabe lo que nos reserva el futuro y las técnicas ganaderas de inseminación artificial aplicadas a las personas. Pero volviendo a la palabra españoles, cada vez menos usada, me pregunto si sigue existiendo un conjunto real al que poder aplicarla, un estilo colectivo de existir, de ser, al que pueda aplicarse el nombre de español, si sigue existiendo algo a lo que llamar España. No somos españoles porque hablemos el español pues lo compartimos con muchas otras naciones que también lo hablan. Hemos creído siempre que éramos españoles los nacidos en territorio español, pero oyendo lo que dicen los representantes de algunos trozos de España, parece que tampoco. Los que tuvimos la suerte de estudiar la Historia de España antes de la parcelación autonómica, pensábamos que éramos españoles porque compartíamos un pasado común de glorias y fracasos. Pues tampoco: hay trozos de España que reniegan de la historia común para afirmar la propia. Quizás seamos españoles porque nos una un destino común: construir una gran nación, tener un papel importante dentro de Europa o dentro de la comunidad iberoamericana. Por desgracia parece que aportamos más problemas que soluciones a Europa y nuestro papel en el mundo es bien escaso. No tenemos un proyecto común de futuro, ni siquiera para sobrevivir como una sola nación. No obstante, frente a franceses, alemanes, italianos, suecos o chinos, seguimos siendo españoles. Pero sería bueno saber cómo nos ven ellos. Si distinguen en nosotros un estilo de vida que nos identifique. Todos tenemos una idea aunque sea simple de lo que es un japonés, un alemán, un británico o un americano, pero me parece que no tenemos clara la noción de lo que nos identifica como españoles, sino más bien de lo que identifica a cada región de España, a veces en su aspecto más desfavorable. Sánchez de Albornoz que reflexionó mucho sobre España y los españoles escribió hace muchos años que la crisis (siempre la crisis) del siglo XVII provocada por las torpezas de los gobernantes en lugar de producir una sana reacción del homo hispanus acabó madurando en lo que pudiéramos calificar de Estado Providencia en que todo se espera y exige del mismo, en él se confía como a un Dios. De las medidas protectoras del Estado esperan su propio medro agricultores, ganaderos, industriales y comerciantes y al Estado culpan de sus males las profesiones, las diversas clases sociales y las diversas regiones y han sido pocos los que se han echado a andar al margen del Estado, quienes se han decido a prescindir del mismo y a acometer, sin contar con él empresas decisivas para el remedio de las urgencias nacionales. Parece que tanto en el siglo XVII como ahora el “estilo” de los españoles es esperarlo todo del Estado. Lo que agrava el momento es la duda de si sigue habiendo españoles o solo somos ciudadanos anónimos.

Noticias relacionadas

Reacciones internacionales: entre la condena y la inacción Aunque organismos como la ONU, la International Federation of Journalists (IFJ) y el Committee to Protect Journalists (CPJ) han condenado enérgicamente los ataques contra periodistas en Gaza, la respuesta de los Estados ha sido tibia.

Un abrupto desahucio que te deja en mitad de la calle con deudas y con lo puesto. O una peligrosa travesía desde los arrabales de la marginalidad al extrarradio de la pobreza. Tal vez una violación sexual en el portal de casa, o en un confesionario católico, o en el domicilio conyugal, o en el hogar de la niñez. O un despido fulminante que te manda a la precariedad vital.

En España la muerte natural de personas de todas las edades por parada cardiorrespiratoria es la dulce fuente de vida, donada y trasplantada. En Estados Unidos la muerte de personas jóvenes por sobredosis de fentanilo es el amargo origen de donantes y trasplantes.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto