Pocas conversaciones se finalizan en nuestras calles sin que alguien hable de los presupuestos o de los recortes. España va a gastar 28,5 millones de euros este año en subsídios de desempleo, más de lo que el Gobierno de Rajoy quiere ahorrar (27,3 millones) con los recortes o la austeridad en los presupuestos.
La comparación refleja la gravedad de la situación laboral española e ilustra un desafío económico y social gigante. Un desafio que suscita desconfianza en los mercados financieros, quienes arrastran al país hacia el centro de la tempestad.
La tasa de desempleo española es la más alta de la zona euro (23,6%). Más de la mitad de los jóvenes activos están sin trabajo. La gravedad del problema, ha llevado a Mariano Rajoy a tratar de llegar al déficit del 5,3% para este año. Para ello, ha presentado los presupuestos más austeros de la historia, con recortes en casi todas las partidas, subida del IRPF, congelación de salarios y más impuestos. Por si fuese poco, la gasolina alcanza un nuevo récord cada semana, la luz, el gas y la electricidad también suben.
Sin embargo, no tiene demasiadas opciones el Gobierno. Situado entre la espada y la pared, siente la presión de los mercados por un lado y de la Unión Europea por otra. Hasta ayer, el Banco Central Europeo tenía asegurada la estabilidad en los mercados de España al comprar su deuda, pero el efecto para comenzar a desmoronarse. La muestra fue el fracaso de la venta de deuda de ayer. El Tesoro colocó 2.600 millones de euros a un precio mayor que en las anteriores operaciones.
Los intereses de la deuda española a diez años se situaron ayer en el 5,66%, 43 puntos por encima de la marca registrada cuando el BCE anunció la primera ronda de 500 mil millones de euros de préstamos a los bancos europeos.
La agencia de rating Standard & Poor’s prevé que España será el único país del euro en recesión en el año 2013 y William Buiter, influyente economista de Citigroup, vaticinó un demanda de rescate financiero al final de este año. El propio Rajoy admitió ayer a la agencia Bloomberg que "España está enfrentándose a una situación económica de extrema dificultad y quien no se de cuenta de ello es porque se está engañando a sí mismo."
Para los inversores, España está pagando ahora el precio de la burbuja inmobiliaria que rebentó en 2009, con una economía hundida en la deuda pública y privada cercana al 360% del PIB.
La presión sobre España, que ha contagiado ligeramente a Italia, es un aviso a los líderes de la zona euro: La tensión sobre la moneda única está lejos de acabar.