Cuando arrecian épocas de crisis los inversores brillan por su ausencia. Lograr recuperar la confianza en la economía de una región demanda un esfuerzo titánico. Atento a ello, un buen recurso sería aplicar las conclusiones de un artículo científico: se debe conmover a las amígdalas cerebrales de los encargados de contribuir con el dinero.
Neuronas con miedo
Las amígdalas cerebrales están ubicadas lejos del corazón. Constituyen dos núcleos de neuronas situadas a cada lado del cerebro, más precisamente en el interior de los lóbulos temporales. Los expertos en neurociencias desde hace tiempo hipotetizan que están involucradas en el almacenamiento y procesamiento de las emociones en las personas, y finalmente en las posturas que adoptan frente a situaciones de incertidumbre.
Benedetto De Martino, investigador de la universidad de Londres, publicó en febrero del 2011 un trabajo en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences. Con un grupo de colaboradores, intentó determinar el papel que las amígdalas juegan en el gatillado de reacciones tales como el miedo a posibles futuras pérdidas económicas.
Juegos de apuestas
De Martino estudió a dos pacientes que sufrían un raro trastorno genético conocido como Enfermedad de Urbach-Wiethe. A pesar de tener un normal desarrollo intelectual, las resonancias nucleares magnéticas realizadas a los cerebros de los pacientes habían revelado calcificaciones y distorsión de ambas amígdalas. Para los investigadores constituía una buena oportunidad para probar si la hipótesis resistía el análisis.
Luego de pedirles su consentimiento para participar en el estudio, las pacientes fueron invitadas a tomar parte de un experimento de juego de apuestas. Para tal motivo se les cedió 50 dólares en efectivo.
No tardaron en aparecer, en un monitor de una computadora, una serie de apuestas de variable cantidad de dinero a cara o cruz. En comparación con personas sanas, que hicieron las veces de controles, las dos pacientes demostraron tener una marcada reducción en la aversión a las pérdidas y decidieron aceptar un mayor número de apuestas.
Decisiones económicas
Según postularon hace ya algunas décadas los psicólogos expertos en economía conductual Daniel Kahneman y Amos Tversky, los humanos al tomar decisiones económicas no están regidos siempre por el resguardo de sus intereses y el comportamiento racional. Por el contrario creen que las emociones, la memoria y la motivación condicionan dicha elección.
Kahneman, premio Nobel de economía en el 2002, gracias a sus investigaciones determinó entre otras cosas que la mayoría de la gente no está dispuesta a aceptar una apuesta 50/50, a menos de que la cantidad de dinero que sea factible ganar constituya más del doble de lo que podría perder. Lo último, en el experimento de cara o cruz, ocurrió con menor frecuencia en aquellas que tenían lesiones a nivel de las amígdalas.
Conductas de riesgo
Ninguna de las dos enfermas poseía un aumento del apetito por el riesgo, sino que por el contrario, al igual que los sanos, se mostraban molestas cuando advertían una apuesta desventajosa. Los expertos afirman que los sentimientos pesan en las decisiones y una pérdida impacta mucho más que la recompensa que genera una ganancia de igual magnitud.
De Martino no explicó en los resultados de su artículo cual fue la suerte corrida, en términos monetarios claro, por las participantes del estudio. Kahneman, en tanto opinó que los ejecutivos son irracionales. Quizás sólo parezcan anécdotas. Por las dudas mejor no comentárselas a los inversores.