Si hubo algo que jamás cuestionó ninguno de los genios del periodismo con respecto al cura Fernando Lugo, fue cómo un candidato de la “izquierda” era apoyado desde la embajada norteamericana de Asunción, en su momento ocupada por James Cason.

Nadie explicó la fuerte vinculación de una agencia de la diplomacia estadounidense, como USAID, en la financiación de las ONG utilizadas como mampara por los principales grupos impulsores de la candidatura de Lugo a la presidencia, como Tekojoja, entre otros.  Tampoco se supo cómo los medios vinculados al National Endowment for Democracy se mostraban tan entusiastas ante la incursión del luguismo en la política paraguaya.

Es sabido en muy contadas ocasiones la injerencia estadounidense hiere susceptibilidades nacionalistas en América Latina, pero en el caso de Lugo ni siquiera molestó a la izquierda.

A pesar de todo, el papel de esta agencia cuyo presupuesto altruista aumenta durante las crisis económicas de Estados Unidos en lugar de disminuir,  parece ser cada vez más conocido en el mundo. De acuerdo al sitio Con nuestro Perú, “Pese a que crecen los cuestionamientos contra la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) por actuar siniestramente como la CIA, el Congreso de la República decidió condecorar a esta institución hoy con la Medalla de Honor del Congreso de la República, en el grado de Caballero por sus 50 años de creación”.

La imagen idílica de la presencia norteamericana en Latinoamerica difundida por USAID y su estrecha colaboración con los poderes neocoloniales, contrasta con informes mucho más realistas difundidos en la propia prensa de Estados Unidos.  Los cuestionamientos parten incluso desde fuentes como el diario el Washington Post, pero el Congreso peruano alega que la USAID contribuye en acciones de lucha contra la pobreza y la ejecución de obras de desarrollo económico y social.  La actitud lacayuna es similar o peor en otros países, incluido Paraguay.

Los disfraces altruistas que adopta esta agencia son diversos. En México, Thomas Delaney invoca la ecología y la inclusión de los pueblos indígenas en el proceso de reforma judicial, con el aplauso de los decentes y la prensa mediática. En República dominicana habla de fomentar el turismo sostenible para “invertir” 2,4 millones de dólares por estas fechas que por supuesto, serán entregados a empresas amigas.

En agosto de 2011 el presidente boliviano, Evo Morales, expresó que la agencia de cooperación USAID, chantajearía a dirigentes de distintos sectores, para truncar ciertos trabajos establecidos por el Gobierno, únicamente con fines políticos.Sin embargo, algunos sectores reprochan a Morales que haya permitido la inversión de 22 millones de dólares para recientes “proyectos de salud”.

En Paraguay la prensa congratula a USAID por su programa Paraguay productivo que según los leales de la prensa adicta al imperio, ha hecho milagros en la producción del cedrón.

USAID y Frente Guazú

La actividad propagandística de la USAID, orientada por el Departamento de Estado y coordinada por la CIA y la inteligencia del Pentágono, es apenas una muestra más de la total falta de ética de una agencia creada hace cuatro décadas con el fin de desmilitarizar la ayuda humanitaria internacional de Estados Unidos.  En países que defienden su soberanía y se niegan a convertirse en marionetas de representantes de la embajada norteamericana, los agentes de USAID orquestan todos los intentos posibles de desestabilización.

No es el caso del Paraguay gobernado por el cura presidente Fernando Lugo, cuyo séquito de cortesanos está compuesto por lo más granado dentro de la especie de vividores de la embajada norteamericana de Asunción.  La mayoría de ellos, los “chicos buenos” de las ONG, hoy pretenden volver a pasar gatopardo por liebre con su proyecto “Frente Guazú” como lo hicieron en abril del 2008. Un conglomerado de partidos fantasmas y extintos, acompañados del reaccionario y derechista partido Liberal paraguayo y a una cadena de ONG engarzadas por la embajada norteamericana de Asunción, a través de USAID, tomaron en esa fecha el poder en Paraguay saltando sobre las ruinas fascistoides del Partido Colorado, que llevaba seis décadas ejerciendo el poder.

En la página 57 de su libro “La agresión permanente” la abogada venezolana Eva Golinger señala de manera tajante que “No hay que tener ninguna duda que aquellos que reciben fondos de las agencias como USAID, NED, NDI, IRI y Freedom House, o el entrenamiento del Instituto Albert Einstein u OTPOR, son agentes del imperio estadounidense, son sus lacayos, sus portavoces y siempre estarán bajo su control y dominación”.  La sentencia explica el marasmo en el cual hoy se encuentra el Paraguay del “cambio”, gobernado por la falsa izquierda fabricada en las oficinas de la  embajada norteamericana de Asunción.

Como expresara alguna vez Eduardo Galeano, difícilmente de donde viene la enfermedad pueda venir también el remedio.