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Mario Vargas Llosa y Juan Pablo II

Miguel de Arriba
Redacción
domingo, 1 de mayo de 2005, 23:10 h (CET)
Que el Sr. Vargas Llosa escribe bien no seré yo el que lo discuta; aunque también hay que decir que no mejor que muchos otros que no gozan de la fama ¿merecida o interesada? del escritor peruano... ¿o español?. Mi última interrogante la lanzo de forma intencionada pues, en lo que a mi respecta, todo aquél que reniega de sus orígenes lanza señales inconfundibles de ser una persona interesada en sí misma, y por lo tanto en sus intereses, y por ello de poca confiabilidad en su accionar ético.

La prueba irrefutable de mi aseveración anterior es que su nacionalización española ocurre tras el disgusto que le produce su revés electoral en la carrera por la Presidencia de su país de origen, Perú. ¿Acaso de ser electo Presidente se hubiese nacionalizado español?.
Es raro que sus connacionales le negaran su apoyo a pesar de su fama; ¿será que lo conocían bien independientemente de los intereses creados que rodean su figura?.

Por si mis párrafos anteriores han despertado su curiosidad sobre la personalidad de Vargas Llosa, le invito, amable lector, a darse una vuelta por http://www.herbertmorote.com/vargasllosa.htm . Tal vez puedan descubrir parte de la otra cara de la moneda que no ha sido divulgada y que definitivamente existe.

Dicho lo anterior, entraré en la materia de este artículo que se refiere a uno escrito por el Sr. Llosa en el que ataca la figura de Juan Pablo II y que adjunto más abajo (Los subrayados son míos para resaltar los párrafos principales de discusión).

Comenzaré por dos afirmaciones que hace en el último párrafo. En una de ellas se declara no creyente, pero habla de los asuntos del otro mundo. Si no es creyente no existe el otro mundo... ¿entonces porque se refiere a él?. En esto el Sr. Vargas Llosa se parece a Karl Marx que opuesto a la propiedad en el preámbulo de su libro El Capital coloca el copyright.

En la segunda, dice que el accionar del difunto Santo Padre ha dejado maltrecha la cultura de la libertad. ¿Acaso el Sr. Llosa es el poseedor incuestionable de los fundamentos de la libertad y por ello puede descalificar a otras personas?.

Otra de las afirmaciones del autor del artículo dice: "¿Debe verse en este extraordinario espectáculo un fenómeno superficial, meramente mediático, concitado por la curiosidad frívola que los medios de comunicación habían mantenido en ebullición, convirtiendo a Karol Wojtyla, desde el 16 de octubre de 1978 en que accedió a la silla de San Pedro, hasta su muerte, en uno de los íconos más publicitados de la actualidad?".

¿Acaso su figura no es un fenómeno superficial, meramente mediático, concitado por los intereses frívolos de los medios de comunicación y de otras instancias que lo han convertido en uno de los íconos más publicitados de las letras y que no es para tanto, pues como decía al principio hay otros que escriben tan bien o mejor que él?.

Su Santidad Juan Pablo II podrá ser una figura debatida, pero desde luego que no representó ni representa un fenómeno superficial en la vida de miles de millones de personas y por ende en la organización mundial. Tal vez el Sr. Vargas Llosa resiente esa ingente adhesión cuando el no obtuvo ni la de sus propios compatriotas.

Por otra parte, el escritor habla de idea de democracia, que es un concepto claramente ligado al de libertad, y de "muchos que nos creemos demócratas". Nuevamente, pareciera que Vargas Llosa quisiese, emulando la prerrogativa de los Papas, hablar "excatedra" para decirnos que sólo su concepción de la democracia es válida. Lástima que colaborase con una dictadura, la del general Alvarado, que demuestra los alcances de su pensamiento democrático.

En algo si estoy de acuerdo con él y es cuando se refiere a la "mediocrización generalizada de los líderes políticos y la decepción que provocan el oportunismo y el cinismo de que los gobernantes más conspicuos suelen hacer gala". Y eso nos lleva a la triste realidad de que muchas de nuestras "democracias" no lo son tanto pues esas actuaciones de los políticos conllevan a la restricción de los derechos y libertades de millones de seres humanos a lo largo y ancho del planeta Tierra.

Prosigue el escritor peruano diciendo: "nunca dejó de condenar con firmeza toda medida social y política que entrara en conflicto con las enseñanzas de la Iglesia, aunque se tratara de disposiciones y leyes aprobadas por gobiernos de inequívoco origen democrático, respetuosas del sistema legal vigente y apoyadas por la mayoría de la población".

Creo que el Sr. Vargas Llosa a pesar de su fama "mediática", de haber recibido honores universitarios y de ser miembro de la Academia de la Lengua todavía no se ha enterado de lo que es y representa la religión, cualquiera de ellas, tal vez por su afirmación de no creyente.

La religión es básicamente un compendio de reglas morales, ahí están los DIEZ MANDAMIENTOS, que seguramente deben de ser comprensibles hasta para un no creyente; no creo que el Sr. Llosa pueda rechazar preceptos como los de no robar o no matar.

En ese sentido, los dirigentes religiosos tienen todo el derecho y la obligación de instruir a sus seguidores en esos principios fundamentales que son intrínsecos al ser humano y que por ello no son separables del accionar político. Así pues, las medidas políticas y sociales que se opongan a esos principios consustanciales con la propia esencia humana y que son dictadas por los que el mismo reconoce como "mediocres líderes políticos", pueden y deben ser criticadas por los líderes religiosos y por cualquier ciudadano... ¿acaso no es eso la democracia o tal vez es otra cosa en su pensamiento?.

En cuanto a su afirmación de "apoyadas por la mayoría de la población", sólo mediante un Referendum podría hacerse semejante afirmación, y en el caso de que la participación fuese lo suficientemente amplia. Fuera de eso su afirmación es una completa exageración.

Tal vez podría referirse a una mayoría del Gobierno de turno, sea el que sea el que tome una decisión en un momento dado. Sin embargo, y aun refiriéndose a una votación parlamentaria en la que los diputados representan teóricamente a los ciudadanos, es claro que esa representación no es un cheque en blanco y que no siempre los electores están de acuerdo con el accionar de aquellos que dicen representarlos, sean de un signo u otro ya que éstos están alejados de la realidad que viven los ciudadanos y en la mayoría de los casos sólo representan sus propios intereses.

Está bien, pues, que alguien pueda recordarnos los principios inmutables de la moral consustancial con nuestro propio ser.

Continua el Sr. Llosa diciendo: " La idea de consensos alcanzados a base de recíprocas concesiones ". Los consensos y las concesiones recíprocas están muy bien y yo también defiendo esas ideas; sin embargo, hay cuestiones en las que no puede haber concesiones y consensos que son las referidas a la moral consustancial con el ser humano, que ya he mencionado, y que están recogidas de forma clara y concisa en las Tablas de Moisés.

Por supuesto hay cuestiones que si pueden ser discutidas y que admiten diferentes opiniones como puede ser el celibato o el que las mujeres puedan ser ordenadas, aunque cada organización implanta sus reglas, sin embargo lo esencial no admite componendas.

Seguramente cuando defiende lo indefendible quiere defenderse a sí mismo y se debe a la mala conciencia, que espero el Sr. Llosa tenga a pesar de no ser creyente, recordando, por ejemplo, su matrimonio con una prima.

Critica el Sr. Vargas Llosa las incursiones del Papa en temas económicos cuando afirma: " otra bestia negra para Karol Wojtyla fue el liberalismo, al que denunció con severidad destemplada en sus encíclicas. Veía en él, como en las caricaturas y estereotipos sobre el capitalismo de los marxistas, el origen de un sistema materialista, deshumanizado, rapaz y explotador, que sofoca la vida espiritual, incita la codicia y el individualismo egoísta, aumenta los abismos económicos entre ricos y pobres y relaja la moral y las costumbres.

Por eso, atacaba el mercado libre, descreía de la competencia librada al veredicto de los consumidores y defendía un intervencionismo estatal en la economía que, guiado por la doctrina de la fe católica, impidiera los excesos, redistribuyera los beneficios y garantizara la justicia social. La transparente buena intención y la elocuencia fogosa con que el Papa venido de Cracovia promovía estas ideas, no pueden atenuar su anacronismo ".

¿Acaso lo manifestado por Su Santidad no ocurre en la realidad cotidiana?, ¿acaso no vivimos en un sistema materialista, deshumanizado, rapaz y explotador o será que el Sr. Llosa con todos sus conocimientos, pero con su vida regalada desprovista de privaciones que sí tienen millones de seres humanos es "ciego" para ver la realidad?, ¿acaso alguien cree todavía que la competencia queda al veredicto de los consumidores?, ¿acaso no es palpable que existen excesos, que no hay redistribución de la riqueza y que la justicia social es una entelequia?
¿Combatir lo anterior es una anacronismo o es algo de rabiosa actualidad e imperiosa necesidad?.

¿En qué mundo seráfico vive el ingenuo Sr. Llosa?

La LIBERTAD, Sr. Llosa se basa en la formación y en la información y no es Juan Pablo II el que la ha dejado maltrecha; han sido los políticos mediocres y corruptos que ni forman ni informan a sus conciudadanos y que sólo van en pos de sus mezquinos intereses.

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Miguel de Arriba es economista.

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