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A menos de una semana para que se haga el debate de investidura, donde se hará público el equipo de Gobierno seleccionado por Rajoy, se hace balance de los hechos que han encauzado a España y a sus ciudadanos a la ruina más estrepitosa de, cuanto menos, la historia de nuestra democracia

El balance del adiós

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El 16 de abril de 2004, el licenciado en derecho por la Universidad de León,  tomo cargo como Presidente del Gobierno en su investidura y dejó su cargo de líder de la oposición que ejercía con gran dedicación, desde el año 2000. Su victoria llegó dada tras unos incidentes que, sin ahondar mucho en ellos, siguen dando de qué hablar, por unos y por otros, allende los mares.

Es ahí donde, a mi modo de pensar, se empieza a caer en barrena  sin ningún tipo de protección, salvo el peligroso exceso de confianza por él y otros seguidores fieles que, sin lugar a dudas, como han demostrado las últimas elecciones generales, nos han llevado a esta ruina económica e institucional, sobre todo por las medidas tomadas en su segunda legislatura desde el año 2008.

Ya que está a punto de acabar su reinado de la gente común y pasará a comandar su legión de nubes o dar “mimitos” a su señora esposa para calmar sus quehaceres cotidianos, no me gustaría despedirle sin antes recordarle todo lo que prometió y nunca quiso recordar.

En primer lugar su promesa de  “crear dos millones de empleos”. No hace falta que diga la falta de humildad y plétora partidista con la que jugó este señor y su equipo dado que,  el número de ocupados ha pasado de los 20,4 millones cuando Zapatero ocupó el cargo de Presidente a los algo menos de 18 millones hoy en día.

Seguidamente y en segundo lugar quiero recalcar la falsedad con la que dijo reducir la tasa de temporalidad hasta el 25%. Actualmente la tasa de temporalidad está en el 26% y en 2008 estaba en el 31%, pero no nos engañemos, esta reducción viene dada por la destrucción masiva de empleo.

Aumentar la tasa de empleo medio por encima del 70%. Según el INE en el tercer trimestre de 2011 se sitúa en un 47% (53% la de varones y del 41% la de mujeres).

La siguiente promesa fue la de “mejorar del salario mínimo interprofesional”. En 2011 se fijó el mínimo en 641,40 € al mes (BOE del 31 de diciembre de 2010), cifra que queda a años luz de lo que decían se podía conseguir.

La más alarmante de todas la inmundicias que dijo poder conseguir fue la de “Reducir la tasa de desempleo hasta situarla en el entorno del 7%”. La tasa de paro está en el 22,6% y perdónenme si, con este tema, no quiero  decir absolutamente nada más, los datos se hablan por sí solos.

“Promoveremos la construcción de 900.000 nuevas viviendas protegidas”. Se han iniciado 194.802 VPO en 2008, en 2009 y en 2010 frente a las 450.000 que prometía el Gobierno. Queda un poco lejos de los datos anunciados y lo que es más grave, se proponía fomentar la vivienda de alquiler y a día de hoy es aún más cara que hace años.

Queda patente que el tema de las pensiones, no ha sido más que un bulo para jugar con el voto de las personas mayores y una forma de hacer populismo barato, sobre todo después de  decir que “iba a mejorar las pensiones mínimas, llegando hasta los 850 euros mensuales para las personas con cónyuge a cargo y hasta los 700 sin cónyuge”. La pensión mínima para los jubilados de 65 años o más con cónyuge a cargo es de 743 euros, un 12% menos de lo que prometía el programa electoral. La pensión sin cónyuge es de 601 euros, 99 euros por debajo de lo prometido.

“Se potenciará el uso del Contrato de Fomento de la Contratación Indefinida”, al menos eso dijo, porque los datos muestran que los contratos indefinidos del mes de octubre de 2011 se dividen, en cuanto a la duración de su jornada, en 54.243 a tiempo completo y 43.022 a tiempo parcial. El resto de contratos, hasta completar el total de 1.294.801 del mes de octubre de 2011, son 10.963 de carácter formativo y 1.186.573 otro tipo de contratos temporales.

También se dijo que “trabajaría en la reducción de la carga tributaria”, es decir, bajar los impuestos, pues bien, José Luis Rodríguez Zapatero ha impulsado la mayor subida de impuestos de la democracia, sobre todo en impuestos indirectos y no a las rentas más elevadas como correspondería a un gobierno socialista.

Ha retirado muchas de las ayudas aprobadas en su primera legislatura como el cheque bebé, que sin ningún tipo de discriminación se repartió a cualquier persona dando igual su renta.

Pero no me gustaría hacer los honres en solitario al señor Zapatero, con él también estuvieron personas como María Teresa Fernández de la Vega, Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Salgado, Pedro Sobes, Manuel Chaves y todo ese elenco de Ministros y fieras políticas de los que se ha rodeado.

A todos ellos mi más sentida enhorabuena por habernos llevado a la ruina más tremenda que, recordando tiempos de los cruzados, cuando no tenían dinero ni para volver a sus tierras allá por el 1204 y se quedaron en  la ciudad de El Lido, ahora lo que muchos ciudadanos de bien no tienen, es una casa donde poder volver. Ahora esperaremos a que el partido de Mariano Rajoy y su equipo, como si de Bonifacio de Monferrato se tratase, nos rescaten de esta situación insostenible. Aunque no lo olvidaremos fácilmente. El daño ya está hecho.

El balance del adiós

A menos de una semana para que se haga el debate de investidura, donde se hará público el equipo de Gobierno seleccionado por Rajoy, se hace balance de los hechos que han encauzado a España y a sus ciudadanos a la ruina más estrepitosa de, cuanto menos, la historia de nuestra democracia
Santiago Arroyo
lunes, 19 de diciembre de 2011, 08:26 h (CET)

El 16 de abril de 2004, el licenciado en derecho por la Universidad de León,  tomo cargo como Presidente del Gobierno en su investidura y dejó su cargo de líder de la oposición que ejercía con gran dedicación, desde el año 2000. Su victoria llegó dada tras unos incidentes que, sin ahondar mucho en ellos, siguen dando de qué hablar, por unos y por otros, allende los mares.

Es ahí donde, a mi modo de pensar, se empieza a caer en barrena  sin ningún tipo de protección, salvo el peligroso exceso de confianza por él y otros seguidores fieles que, sin lugar a dudas, como han demostrado las últimas elecciones generales, nos han llevado a esta ruina económica e institucional, sobre todo por las medidas tomadas en su segunda legislatura desde el año 2008.

Ya que está a punto de acabar su reinado de la gente común y pasará a comandar su legión de nubes o dar “mimitos” a su señora esposa para calmar sus quehaceres cotidianos, no me gustaría despedirle sin antes recordarle todo lo que prometió y nunca quiso recordar.

En primer lugar su promesa de  “crear dos millones de empleos”. No hace falta que diga la falta de humildad y plétora partidista con la que jugó este señor y su equipo dado que,  el número de ocupados ha pasado de los 20,4 millones cuando Zapatero ocupó el cargo de Presidente a los algo menos de 18 millones hoy en día.

Seguidamente y en segundo lugar quiero recalcar la falsedad con la que dijo reducir la tasa de temporalidad hasta el 25%. Actualmente la tasa de temporalidad está en el 26% y en 2008 estaba en el 31%, pero no nos engañemos, esta reducción viene dada por la destrucción masiva de empleo.

Aumentar la tasa de empleo medio por encima del 70%. Según el INE en el tercer trimestre de 2011 se sitúa en un 47% (53% la de varones y del 41% la de mujeres).

La siguiente promesa fue la de “mejorar del salario mínimo interprofesional”. En 2011 se fijó el mínimo en 641,40 € al mes (BOE del 31 de diciembre de 2010), cifra que queda a años luz de lo que decían se podía conseguir.

La más alarmante de todas la inmundicias que dijo poder conseguir fue la de “Reducir la tasa de desempleo hasta situarla en el entorno del 7%”. La tasa de paro está en el 22,6% y perdónenme si, con este tema, no quiero  decir absolutamente nada más, los datos se hablan por sí solos.

“Promoveremos la construcción de 900.000 nuevas viviendas protegidas”. Se han iniciado 194.802 VPO en 2008, en 2009 y en 2010 frente a las 450.000 que prometía el Gobierno. Queda un poco lejos de los datos anunciados y lo que es más grave, se proponía fomentar la vivienda de alquiler y a día de hoy es aún más cara que hace años.

Queda patente que el tema de las pensiones, no ha sido más que un bulo para jugar con el voto de las personas mayores y una forma de hacer populismo barato, sobre todo después de  decir que “iba a mejorar las pensiones mínimas, llegando hasta los 850 euros mensuales para las personas con cónyuge a cargo y hasta los 700 sin cónyuge”. La pensión mínima para los jubilados de 65 años o más con cónyuge a cargo es de 743 euros, un 12% menos de lo que prometía el programa electoral. La pensión sin cónyuge es de 601 euros, 99 euros por debajo de lo prometido.

“Se potenciará el uso del Contrato de Fomento de la Contratación Indefinida”, al menos eso dijo, porque los datos muestran que los contratos indefinidos del mes de octubre de 2011 se dividen, en cuanto a la duración de su jornada, en 54.243 a tiempo completo y 43.022 a tiempo parcial. El resto de contratos, hasta completar el total de 1.294.801 del mes de octubre de 2011, son 10.963 de carácter formativo y 1.186.573 otro tipo de contratos temporales.

También se dijo que “trabajaría en la reducción de la carga tributaria”, es decir, bajar los impuestos, pues bien, José Luis Rodríguez Zapatero ha impulsado la mayor subida de impuestos de la democracia, sobre todo en impuestos indirectos y no a las rentas más elevadas como correspondería a un gobierno socialista.

Ha retirado muchas de las ayudas aprobadas en su primera legislatura como el cheque bebé, que sin ningún tipo de discriminación se repartió a cualquier persona dando igual su renta.

Pero no me gustaría hacer los honres en solitario al señor Zapatero, con él también estuvieron personas como María Teresa Fernández de la Vega, Alfredo Pérez Rubalcaba, Elena Salgado, Pedro Sobes, Manuel Chaves y todo ese elenco de Ministros y fieras políticas de los que se ha rodeado.

A todos ellos mi más sentida enhorabuena por habernos llevado a la ruina más tremenda que, recordando tiempos de los cruzados, cuando no tenían dinero ni para volver a sus tierras allá por el 1204 y se quedaron en  la ciudad de El Lido, ahora lo que muchos ciudadanos de bien no tienen, es una casa donde poder volver. Ahora esperaremos a que el partido de Mariano Rajoy y su equipo, como si de Bonifacio de Monferrato se tratase, nos rescaten de esta situación insostenible. Aunque no lo olvidaremos fácilmente. El daño ya está hecho.

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