Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Hablemos sin tapujos | Cataluña

La catalanofobia ¿victimismo o arma del catalanismo?

"Yo no he sido nunca lo que llaman españolista ni patriotero. Pero ante estas cosas me indigno. Y si esas gentes van a descuartizar a España, prefiero a Franco." Manuel Azaña. Presidente de la República Española por Izquierda Republicana
Miguel Massanet
jueves, 15 de junio de 2017, 00:00 h (CET)
Cuando, estos días, en los que se ha desarrollado la famosa moción de censura contra don Mariano Rajoy, presentada por los comunistas bolivarianos de Podemos, encabezados por Pablo Iglesias, secundado por esta muchacha, Irene Montero, en la que no es difícil descubrir, bajo su agradable apariencia, este rencor innato de aquellos que todavía no consiguieron digerir su derrota en la Guerra Civil, aunque ellos, por aquellos años, ni siquiera fueran un proyecto de persona; hemos tenido la ocasión de escuchar, de boca de este gran traidor a España y los españoles que, no obstante, sigue perteneciendo al Congreso y usando de los privilegios de que dispone por ocupar un escaño en el hemiciclo donde radica la representación de la soberanía de la nación española. Si señores, el señor Tardá, muy en su papel de depredador de la Constitución, perfectamente imbuido de su papel de separatista consumado y fiel a su fanatismo, como representante de aquellos que se han propuesto convencer a los catalanes y a quienes tengan la humorada de escucharles, que España sigue empeñada en acabar con los catalanes y no menciona, de lo que verdaderamente se trata que, en realidad, son sólo algunos los catalanes que, imbuidos de espíritu revolucionario y de su odio visceral hacia todo lo español, siguen intentando llevar a cabo, sin importarles lo que se vean obligados a hacer, su proyecto de acabar con la unidad de la nación española, llevando a Cataluña a el desastre mayor de toda su historia.

Así que, el señor Tardá, en este simulacro aburrido, insoportable, barriobajero y repetitivo de lo que se puede entender como una moción de censura; de la que, por sus formas bellacas, sus interminables discursos disparatados, por la canallesca de quienes han confundido el Congreso con un garito de borrachos y deslenguados, y por la evidente falta de compostura y buena educación de todo este lumpen que, todavía no llegamos a saber el por qué, han conseguido introducirse en nuestras instituciones, desde donde pretenden acabar con España, sometida a sus ataques en contra de nuestras costumbres, cultura, creencias, ética y formas democráticas; en uno de sus arrebatos que, tan frecuentemente lo convierten en una especie de furia desatada del mal, se ha permitido una de estas frases en las que se condensa, en pocas palabras, todo lo que se encierra en esta obsesión que tienen muchos catalanes de que, desde el resto de España, se está maquinando contra ellos, contra su lengua, contra sus instituciones; al tiempo que el Estado español viene aprovechándose de ellos para robarles, con los impuestos, el dinero que ellos generan con su “laboriosidad” que, para ellos, está muy por encima de la del resto de los españoles: “Apoyamos la moción contra un régimen incorregible que ha aumentado la catalanofobia”.

¡No, señor Sardá, está usted completamente equivocado! A ver si se entera usted de una vez de que, si ha habido culpables de esta catalanofobia que usted, injustamente, les atribuye al resto de españoles que no comulgan con sus ideas, han sido, sin duda alguna, ustedes mismos, los extremistas catalanes, los que han convertido su lengua en un arma arrojadiza contra el idioma español, los que han dejado de cumplir las sentencias de los tribunales, los que se han pasado por el arco del triunfo la Constitución española y los que, desde un parlamento catalán que, si las autoridades españolas no hubieran sido tan blandas permitiéndoles que llegasen a convertirse en una amenaza para la unidad de España, está poniendo en práctica un plan, a todas luces de traición a la nación española, cuya evidente intención, que tampoco han ocultado en ningún momento, ha sido desafiar al Estado, imponer sus ideas de creerse ser una nación independiente del resto de España y hablar de democracia y fundamentar en ella sus manejos secesionistas, sin que, aparentemente, sean capaces de entender lo que, en realidad, es la verdadera democracia, sus reglas, sus deberes y derechos y, evidentemente, su supeditación a todos aquellos que la constituyeron votándola de una forma mayoritaria, por medio de un referéndum en el que, fue Cataluña la región de la nación donde hubo más votos para avalarla. Si algún día tuviera que someterse, al pueblo español, la posibilidad de que Cataluña fuera independiente, tendría que ser con los votos de la mayoría de los españoles y no sólo con los de los catalanes.

Y no olvidemos lo que, respeto a la enseñanza y la actitud de los curas y obispos catalanes, se comentó en 1932 por el diputado Antonio Royo Villanova en el debate sobre el Estatut de Catalunya en las Cortes Constituyentes de Madrid, el 16 de junio de 1932: “Han sido los maestros y los curas los que han creado el catalanismo antiespañol". La campaña, la virulenta campaña que se viene utilizando contra la lengua castellana y la permisividad con la que los sucesivos gobiernos de la nación española han ido soportando las evidentes irregularidades que la enseñanza catalana ha ido cometiendo, en cuanto a la norma constitucional que obliga a todos los españoles a entender y usar el castellano como lengua oficial y, la vergüenza de que, un español, en Cataluña, se vea impedido de que sus hijos puedan recibir, en la escuela pública, la enseñanza en castellano, cuando es evidente que le asiste el derecho a pedirla. Al efecto, vamos a recordar una frase de un español universal, don Miguel de Unamuno quien, refiriéndose al victimismo catalán, se pronunció en los siguientes términos: “Hablar de nacionalidades oprimidas –perdonadme la fuerza, la dureza de la expresión- es sencillamente una mentecatada; no ha habido nunca semejante opresión, y lo demás es envenenar la Historia y falsearla”.

Esta apelación a una realidad falsa que confunde el rechazo que producen todos aquellos que siguen empeñados en separase de España y del resto de españoles de la nación; que los activistas, los catalanistas acérrimos y los comunistas adheridos por propia conveniencia a la causa separatista; nada tiene que ver con la simpatía que se pueda tener por los catalanes que, viviendo en Cataluña, continuamos sintiéndonos españoles, deploramos la actitud de los políticos catalanes que intentan alejarnos de nuestra patria y somos partidarios acérrimos de que el peso de la Ley caiga, con toda su fuerza, sobre todos aquellos que intentan por todos los medios, especialmente ilegales, llevarnos a la ruina y al enfrentamiento entre españoles, algo que ya sucedió en la Guerra Civil de 1936.

Es evidente que, por otra parte, la actitud del actual gobierno respeto a la cuestión catalana, que piensan en el diálogo, la negociación, las buenas maneras y la transacción como medios para arreglar el problema; cuando es obvio que la realidad demuestra que no hay nada que negociar y sí mucho que decir y exigir. El Estado debería actuar contra todos estos que se han tomado facultades de las que carecen, han promulgado leyes que son evidentemente inconstitucionales y, por si fuera poco, están intentando amedrentarnos a los españoles que no transigimos con su política revolucionaria, intentando marginarnos, apartarnos y silenciarnos, para evitar que levantemos nuestras voces para denunciar tales intentos de violentar nuestra Constitución de 1978.

O así es como, señores, desde la óptica de un ciudadano de a pie, cuando escuchamos que, en las Cortes españolas, hay individuos como el señor Tardá que son capaces de enfrentarse al resto de los parlamentarios, lanzando patrañas sobre el aprecio que se tiene en España a los catalanes; sin que haya nadie capaz de contestarle, diciéndole que han sido ellos, los separatistas, los nacionalistas fanáticos, los que divulgando infundios y falsedades sobre el destino de los impuestos que pagan o los que se olvidan de los miles de millones que vienen recibiendo del Estado a través del FLA o los que omiten que, una parte de las ayudas que reciben del Estado se utilizan, por la Generalitat, para invertirlos en crear instituciones paralelas a las del Estado, para tener preparado un gobierno en la sombra que pudiera hacerse cargo de una Cataluña independiente, si es que esto pudiera suceder, los que se han convertido, gracias a sus errores, en personas non gratas para el resto de España.

Noticias relacionadas

El Colegio de Educación Infantil y Primaria Blasco Ibáñez, del municipio valenciano de Beniparrell, permanece cerrado desde hace más de seis meses por la trágica DANA. El desastre meteorológico arrasó los cimientos del edificio al que acudían 131 alumnos, afectando al sótano de la escuela y quedando las aulas inhabitables. Ahora, las familias denuncian una cadena de soluciones insuficientes y tardías.

El pesimismo suele llenarlo todo, y la preocupación se palpa en el ambiente. La palabra «crisis» (económica, moral, educativa, cultural, ética, social...) monopoliza todas y cada una de las conversaciones que se llevan a cabo a lo largo y ancho de este país. Con este comienzo, lo más normal es que los lectores piensen que les quiero agobiar, pero ni mucho menos es esa mi intención.

El impuesto a los beneficios extraordinarios e ingentes de la banca es una cuestión de justicia social en España y en cualquier país del mundo. La justificación económica de lo que se recauda, por parte de Hacienda o del sistema de impuestos responde a la necesidad de gravar los excesos de rentabilidad bancaria.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto