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Un cementerio en Extremadura

Como lo injusto que me parece el hecho de que miles de víctimas del franquismo permanezcan enterradas en bancales y fosas comunes
Pascual Mogica
martes, 20 de septiembre de 2011, 07:05 h (CET)
Leo en el diario Público que en las afueras de Campillo de Llerena (Badajoz) han reconstruido un cementerio en el que hay enterrados soldados del bando nacional y legionarios italianos de la brigada Flechas Azules que Mussolini envió para ayudar a Franco a luchar contra la República española.

Dicen los promotores de esta reconstrucción, por cierto pagada con dinero de la UE, del Ejército español, de la Consejería de Cultura y Educación y del ayuntamiento de la localidad, tiene como objeto principal el de servir de reclamo turístico. Yo no sé hasta qué punto puede despertar la atención de los turistas un cementerio que en la actualidad solo alberga los restos de una quincena de personas sin mayor gloria ni historia que haber fallecido en una contienda civil que nunca debió tener lugar y que además los allí enterrados pertenecían al banco rebelde, a los golpistas, pero que no por ello pierden su derecho a ser enterrados dignamente cosa que me parece muy justa, no tanto, ni mucho menos, como lo injusto que me parece el hecho de que miles de víctimas del franquismo permanezcan enterradas en bancales y fosas comunes y que se diga que su rescate y posterior alojamiento en un lugar digno, que menos se merecen los que lucharon y murieron por la libertad y la legalidad, que se diga, repito, que todo ello costaría mucho dinero, cuando se está dando dinero a manos llenas a muchos “vivos” sin ningún tipo de compensación por parte de estos cuando si este dinero se empleara en dignificar a los represaliados por el franquismo obtendríamos una recompensa moral y de conciencia que sin duda alguna propiciaría el que todos nos sintiéramos mejor.

Lo más sangrante de todo esto es que uno de los promotores de esta “atracción turística”, según ellos, a mi me parece que esto solamente se puede convertir en un lugar de peregrinaje de los fascistas, ha dicho que tenían dos opciones: “O entrábamos con un bulldozer y lo tirábamos todo o lo arreglábamos, porque era indigno cómo estaba, con restos y huesos saliendo por todas partes y todo lleno de hierbajos”. Los republicanos asesinados por Franco están bajo tierra, si, pero en cunetas y bancales, y de hierbajos no digamos. No obstante hay alcaldes del PP que sí han utilizado los bulldozer para vaciar las fosas comunes y los enterramientos en algunos cementerios donde muchos republicanos estaban sepultados, por llamarlo de algún modo, y creo poder asegurar que no se lo pensaron dos veces a la hora de actuar de tan inhumana e inmoral forma, y no hablo de su conciencia y sentimientos porque no creo que los tengan. Uno de los promotores, afirma que “no hay exaltación del fascismo. Todo lo contrario”. Pero han reconstruido también una lápida, en la que se puede leer: “Deposita una flor y eleva una oración por los soldados españoles y legionarios italianos de la brigada Flechas Azules que heroicamente cayeron por España y la Civilización mundial. Junio 1937 1º Año triunfal”.

Cada vez que se produce una noticia de este tipo me acuerdo de algo, me acuerdo de una ley que alguien pretendió que fuera la Ley de la Memoria Histórica para hacer justicia, pero que ha servido de bien poco para reponer la dignidad a muchos, a miles, de republicanos que dieron su vida, en un rasgo de generosidad y de entrega digno de los mayores elogios y que fueron maltratados antes y después de muertos.

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