Mientras la derecha maccartista paraguaya anuncia el infierno para todos anatemizando al socialismo bolivariano de Hugo Chávez, con Fernando Lugo se consolida el imperio soberano de USAID en Paraguay.

Cuando con un cinismo sin límites la prensa venal paraguaya, articulada en sus cómplices del exterior, promocionaba al cura Fernando Lugo como referente de la izquierda latinoamericana, la teología de la liberación y el “marxismo bolivariano” de Hugo Chávez, advertimos sobre la gran estafa política en ciernes que arropaba la prensa mediática de derechas.

Las contramarchas del contradictorio, presionable y claudicante gobierno del cura Fernando Lugo, sus tiroteos esporádicos contra la integración regional y contra el ingreso de Venezuela al Mercosur, sus devaneos con represores de Alvaro Uribe y la embajada norteamericana demostrados en los cables filtrados por Wikileaks, entre otras realidades palpables y objetivas, pusieron en evidencia que el dinero distribuido por la embajada norteamericana en realidad constituye una grotesca subasta de conciencias.

Lejos de crecer la influencia de la izquierda latinoamericana, lo que no ha parado de crecer en Paraguay con Fernando Lugo la intervención imperialista. Basta repasar la agenda de actividades de USAID sólo en las últimas dos semanas para notar que lo que realmente se incrementó en Paraguay bajo el reinado del farsante de la sotana es el imperio sobernao de USAID.

En el Gran Hotel del Paraguay se reunieron hace apenas unos días organizaciones de la sociedad civil ganadores del concurso convocado por el Fondo Semillas ejecutado por la ONG Semillas para la Democracia, que se lleva adelante con dinero de la Agencia USAID. Estos concursos obligan a organizaciones paraguayas a competir por las limosnas que distribuye la embajada norteamericana para cooptar a estos grupos. Participaron en el concurso 61 organizaciones civiles y fueron seleccionados 12 proyectos; 8 en la categoría Acción y 4 en la categoría Investigación Acción. Algunos proyectos llevan unos 100 millones de guaraníes, pero la mayoría lleva 200 millones de guaraníes.

Algunas de las “afortunadas” organizaciones adjudicadas con sobornos extranjeros son: Decidamos, Campaña por la Expresión Ciudadana, con “Red de participación ciudadana por la democracia y los derechos humanos”; La Red de Líderes para la Competitividad, con “Fortalecimiento de mecanismos de participación público-privada para el desarrollo regional de Concepción y Ñeembucú”; Tierra Nueva, con “Consejos locales de salud transparentes y comunidades saludables”; El Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales y Sociales (Inecip-Py), con “Construyendo ciudadanía fiscal desde los municipios”; Juventud que se Mueve, con “Espacio de fortalecimiento juvenil”. También recibieron su soborno correspondiente el Centro de Estudios en DD.HH, Niñez y Juventud (Cenijul); la Coordinadora por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia, (CDIA) y otros.

La prensa también publicitó hace pocas semanas e l “Mburucuya Ára”, realizada en el interior de Paraguay, que consiste en una jornada de “capacitación para los productores” apoyada por la empresa itapuense Frutika, la cooperativa Capiibary de San Juan Nepomuceno y el proyecto Paraguay Productivo de USAID.

Paralelamente un taller se llevó a cabo en Ciudad del Este, bajo el auspicio del mismo organismo intervencionista extranjero. Participaron alrededor de 20 estudiantes de la carrera de Derecho de la Universidad Católica de las sedes universitarias de Hernandarias y de Santa Rita.

Una de las acciones concretas que se anunciaron en el taller es un encuentro de representantes de Centros de Estudiantes de Derecho de la UCA, de las sedes de todo el país en Villarrica. Se tratará del Segundo Encuentro para debatir sobre el fortalecimiento del estatuto del Centros de Estudiantes, así como el estudio de la Ley de Educación.

Estos talleres, cuando no, forman parte del Proyecto Sociedad Civil - Topu'ã Paraguay, del Programa de Democracia de la Agencia del Gobierno de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID-Paraguay y ejecutada por la organización Semillas para la Democracia.

El auge de estos grupos que trabajan bajo directivas del dinero extranjero distribuido por la diplomacia norteamericana en Paraguay, y que incluso compiten por mostrarse obsecuentes ante sus amos de la U.S. Embassy para captar los dólares, no es por azar. Para alcanzar el poder, el cura Fernando Lugo se apoyó fundamentalmente en estos núcleos que utilizan ONG como mamparas para recibir financiación estadounidense de sus actividades políticas, entre los cuales destacaron Tekojoja-Gestión Local y Pmas-Casa de la Juventud.

La prensa venal sobornada por el National Endowment for Democracy y afiliada a la SIP (ABC color, Ñanduti, dirigidas por Algo Zucolillo y Humberto Rubín respectivamente) los promocionaron como supuestos “izquierdistas bolivarianos”. Uno de los principales operadoradores de la campaña que llevó al obispo Fernando Lugo al poder fue el mismo embajador norteamericano en Paraguay de entonces, James Cason. Entre estos “grandes revolucionarios de izquierda” financiados por la embajada norteamericana destacaron Guillermina Kanonikoff, Raúl Monte Domecq, Karina Rodríguez, Camilo Soares, Miguel López Perito, Diego Abente, Hugo Richer, Rocío Casco, Karina Rodríguez, etc.

Es que como dijera Carl Bernstein en su recordado e infalible consejo durante su investación del caso Watergate: Sólo hay que seguir la pista al dinero.