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Etiquetas | Afganistán
El ex embajador Talibán en Pakistán, Mulá Abdul Salam Za’if, habló para el rotativo alemán Berlin Daily sobre un posible proceso de paz para acabar con el conflicto en el país

¿Es posible un proceso de paz en Afganistán?

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Las condiciones necesarias para que la Insurgencia se tome en serio cualquier negociación pasan por la retirada total de las tropas Internacionales, la liberación de los presos, y la protección legal de los interlocutores Talibán.

“Qué se supone que tienen que hacer los Talibán si acaban venciendo? Afganistán es parte del mundo y por ello debe establecer buenas relaciones con éste. Aunque la victoria suceda ésta deberá ser organizada políticamente teniendo en cuenta al resto del mundo”.

Estas fueron las palabras del ex embajador Talibán en Pakistán, Mulá Abdul Salam Za’if, en una entrevista concedida este mes al rotativo alemán Berlin Daily, en la que sugirió que sólo un proceso de paz puede terminar con el conflicto en Afganistán.

“Ninguna de las partes puede ganar la guerra o seguir luchando para siempre”, por lo que sin dicho proceso de paz “la guerra continuará durante mucho tiempo, incrementando un sufrimiento que ya dura muchos años”.

Por su parte, tanto el Gobierno de Karzai como las fuerzas de la OTAN no se han mostrado oficialmente a favor de un proceso de paz, a pesar de que tanto el Gobierno de los EE.UU como el Gobierno Afgano se han aproximado por separado a la Insurgencia para estudiar la posibilidad de entablar negociaciones de paz.

El último guiño del presidente afgano a la Insurgencia sucedió recientemente durante el entierro de su medio hermano y gobernador de Kandahar, Ahmad Wali Karzai, en el que afirmó que a pesar de que los terroristas “han matado a mi hermano, y a algunos de mis consejeros, éstos siguen siendo mis hermanos”.

Pero aún y así algunos miembros de la Comunidad Internacional, especialmente los relacionados con la Fuerza Internacional para la Asistencia en la Seguridad (ISAF), preferirían ver a los Insurgentes afrontando un tribunal nacional afgano para responder por sus crímenes tanto contra las fuerzas de la OTAN como contra el pueblo afgano.
Algo que Za’if consideró imposible porque “Afganistán no funciona así, y lo que importa es alcanzar la paz. Y si sólo juzgamos a una parte y no a todos la paz no será posible”.

Asimismo, el ex embajador Talibán aseguró que “la división entre buenos y malos” en el conflicto afgano es “un instrumento de la propaganda Internacional para continuar la guerra”.

Bin Laden y Afganistán

El rotativo alemán preguntó a Za’if si la muerte del ex líder de Al-Qaeda, Osama Bin Laden, puede aumentar las posibilidades de encontrar una solución política al conflicto en Afganistán, pero el ex embajador afirmó que “el nombre de Osama ha sido utilizado erróneamente”, sugiriendo así que la Coalición Internacional lo ha usado para continuar sus operaciones en el país, así como aseguró que Bin Laden era “un hombre sin poder que no tenía nada que ver con el conflicto en Afganistán”, para sentenciar que “si los Americanos y Europeos quieren utilizarlo para las negociaciones pueden hacerlo, a pesar de que no tiene ningún peso real para los Talibán porque éstos son Afganos que luchan por y para Afganistán y no pertenecen a Al-Qaeda”.

En cuanto a los diplomáticos occidentales dispuestos a hablar con los Insurgentes, Za’if quiso advertir que para que cualquier negociación real tenga lugar “primero los líderes Talibán deben ser sacados de la lista negra, así como necesitan una dirección física, reconocida y protegida para que puedan ser contactados y en la que los líderes menores puedan acudir sin riesgo de ser detenidos o asesinados”.

De esta manera, el Mulá aseguró que “mientras exista una recompensa por sus cabezas éstos no podrán confiar en un proceso de paz real”.

Libertad para las presos

El ex embajador Talibán también quiso recomendar a los líderes occidentales dispuestos a empezar un proceso de paz en Afganistán que, para terminar con un conflicto que ya dura más de diez años y que ha causado miles de muertes entre civiles y militares, los “seis o siete mil prisioneros Talibán cautivos en numerosas prisiones afganas y americanas, desde Bagram –la base principal de los EE.UU en el país- hasta Guantánamo, deben ser tratados según la jurisdicción internacional”, así como los que se encuentran fuera del país “deben volver a Afganistán o ser liberados”.

Finalmente, el ex embajador Talibán reafirmó la demanda por parte de la Insurgencia de que el proceso de paz sólo será posible “si se produce un retirada total de las tropas de la Coalición Internacional” ya que “ningún afgano quiere fuerzas de ocupación en su país.” Unas recomendaciones que Za’if consideró vitales e indispensables para que los Talibán “tengan la suficiente confianza para empezar un proceso de paz serio y creíble.”

Pero la retirada de las tropas Internacionales, y más concretamente las de los Estados Unidos, no es algo que vaya a suceder en los próximos años puesto que el gobierno norteamericano hace tiempo que está desarrollando un sistema de bases permanentes en el país, como la citada Bagram, en las que mantendrían una fuerzas armadas menores pero constantes, como las que aún están presentes en Alemania o Japón tras la derrota de ambos países en la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que el presidente de EE.UU, Barack Obama, ha establecido el principio del calendario de la retirada de sus tropas para finales de este año.

Condiciones de la Coalición

Por su parte, las fuerzas de la Comunidad Internacional en el país han establecido tres puntos irrenunciables para que dicho proceso tenga lugar. En primer lugar los Talibán deben terminar inmediatamente cualquier cooperación con la organización terrorista internacional de Al-Quaeda. En segundo lugar los Insurgentes deben renunciar a cualquier tipo de violencia. Y, en tercer y último lugar, los líderes Talibán deben operar según el contexto constitucional del país.

Este último punto se refiere directamente a la protección de los ciudadanos, y más concretamente, a la población femenina del país que fue la que sufrió más vejaciones durante el reino del terror Talibán.

Ante estos tres pilares para establecer el principio de las negociaciones Za’if aseguró que “no se puede empezar un proceso de paz con condiciones inalterables de antemano, ya que esto afecta negativamente a la confianza” de los líderes Talibán en dicho proceso.

Una afirmación que, por otro lado, contradice directamente muchos de sus comentarios a Berlin Daily en los que reafirma las exigencias irrenunciables de la Insurgencia para imponer unas negociaciones de paz a su medida, como la de la retirada total de las tropas de la OTAN.

¿Guerra Civil?

Según los mandos de la Fuerza Internacional para la Asistencia en la Seguridad (ISAF) el escenario de una futura victoria Talibán es algo imposible, pero a medida que la fecha del principio de la retirada de las tropas de los países de la Coalición se acerca, también aumentan las dudas sobre la capacidad tanto del gobierno Afgano como de sus Fuerzas de Seguridad para mantener la débil estabilidad en el país.

Además, la Campaña de Verano de los Insurgentes está siendo escandalosamente efectiva, cosa que pone en duda la capacidad del ejército y la policía afgana para garantizar la seguridad de sus propios líderes. En menos de dos meses los dos grandes hombres fuertes del país, el general Daoud Daoud en el norte, y Wali Karzai en el sur, han sido asesinados.

Por este motivo, la inevitable pregunta es qué pasará si la retirada total de las tropas Internacionales, prevista para 2014, lleva a una mayor inestabilidad en la que los diferentes hombres fuertes del Gobierno, en su mayoría con tropas a su cargo, como Rahmatullah Nabil, Jefe de la Policía Secreta Afgana y quizás el hombres más fuerte y con más recursos después del presidente Karzai, y los líderes tribales y Señores de la Guerra no consiguiesen ponerse de acuerdo?

Y lo que es peor, creará esto un escenario para una nueva guerra civil en el país cuando las Fuerzas de Seguridad Afganas dejen de contar con el poder de fuego de la OTAN?

Quizás, la única receta contra un futuro escenario que conduzca a una nueva guerra civil, ahora en boca de muchos de los Internacionales trabajando o sirviendo en Afganistán, sobre todo los miembros de las Compañías de Seguridad Privada extranjeras y los expertos en Inteligencia Militar, es la de un proceso de paz que, aunque tremendamente complicado, sigue siendo la única opción viable, según diversas Organizaciones Internacionales, para acabar con el conflicto en Afganistán.

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¿Es posible un proceso de paz en Afganistán?

El ex embajador Talibán en Pakistán, Mulá Abdul Salam Za’if, habló para el rotativo alemán Berlin Daily sobre un posible proceso de paz para acabar con el conflicto en el país
Amador Guallar
lunes, 25 de julio de 2011, 08:15 h (CET)
Las condiciones necesarias para que la Insurgencia se tome en serio cualquier negociación pasan por la retirada total de las tropas Internacionales, la liberación de los presos, y la protección legal de los interlocutores Talibán.

“Qué se supone que tienen que hacer los Talibán si acaban venciendo? Afganistán es parte del mundo y por ello debe establecer buenas relaciones con éste. Aunque la victoria suceda ésta deberá ser organizada políticamente teniendo en cuenta al resto del mundo”.

Estas fueron las palabras del ex embajador Talibán en Pakistán, Mulá Abdul Salam Za’if, en una entrevista concedida este mes al rotativo alemán Berlin Daily, en la que sugirió que sólo un proceso de paz puede terminar con el conflicto en Afganistán.

“Ninguna de las partes puede ganar la guerra o seguir luchando para siempre”, por lo que sin dicho proceso de paz “la guerra continuará durante mucho tiempo, incrementando un sufrimiento que ya dura muchos años”.

Por su parte, tanto el Gobierno de Karzai como las fuerzas de la OTAN no se han mostrado oficialmente a favor de un proceso de paz, a pesar de que tanto el Gobierno de los EE.UU como el Gobierno Afgano se han aproximado por separado a la Insurgencia para estudiar la posibilidad de entablar negociaciones de paz.

El último guiño del presidente afgano a la Insurgencia sucedió recientemente durante el entierro de su medio hermano y gobernador de Kandahar, Ahmad Wali Karzai, en el que afirmó que a pesar de que los terroristas “han matado a mi hermano, y a algunos de mis consejeros, éstos siguen siendo mis hermanos”.

Pero aún y así algunos miembros de la Comunidad Internacional, especialmente los relacionados con la Fuerza Internacional para la Asistencia en la Seguridad (ISAF), preferirían ver a los Insurgentes afrontando un tribunal nacional afgano para responder por sus crímenes tanto contra las fuerzas de la OTAN como contra el pueblo afgano.
Algo que Za’if consideró imposible porque “Afganistán no funciona así, y lo que importa es alcanzar la paz. Y si sólo juzgamos a una parte y no a todos la paz no será posible”.

Asimismo, el ex embajador Talibán aseguró que “la división entre buenos y malos” en el conflicto afgano es “un instrumento de la propaganda Internacional para continuar la guerra”.

Bin Laden y Afganistán

El rotativo alemán preguntó a Za’if si la muerte del ex líder de Al-Qaeda, Osama Bin Laden, puede aumentar las posibilidades de encontrar una solución política al conflicto en Afganistán, pero el ex embajador afirmó que “el nombre de Osama ha sido utilizado erróneamente”, sugiriendo así que la Coalición Internacional lo ha usado para continuar sus operaciones en el país, así como aseguró que Bin Laden era “un hombre sin poder que no tenía nada que ver con el conflicto en Afganistán”, para sentenciar que “si los Americanos y Europeos quieren utilizarlo para las negociaciones pueden hacerlo, a pesar de que no tiene ningún peso real para los Talibán porque éstos son Afganos que luchan por y para Afganistán y no pertenecen a Al-Qaeda”.

En cuanto a los diplomáticos occidentales dispuestos a hablar con los Insurgentes, Za’if quiso advertir que para que cualquier negociación real tenga lugar “primero los líderes Talibán deben ser sacados de la lista negra, así como necesitan una dirección física, reconocida y protegida para que puedan ser contactados y en la que los líderes menores puedan acudir sin riesgo de ser detenidos o asesinados”.

De esta manera, el Mulá aseguró que “mientras exista una recompensa por sus cabezas éstos no podrán confiar en un proceso de paz real”.

Libertad para las presos

El ex embajador Talibán también quiso recomendar a los líderes occidentales dispuestos a empezar un proceso de paz en Afganistán que, para terminar con un conflicto que ya dura más de diez años y que ha causado miles de muertes entre civiles y militares, los “seis o siete mil prisioneros Talibán cautivos en numerosas prisiones afganas y americanas, desde Bagram –la base principal de los EE.UU en el país- hasta Guantánamo, deben ser tratados según la jurisdicción internacional”, así como los que se encuentran fuera del país “deben volver a Afganistán o ser liberados”.

Finalmente, el ex embajador Talibán reafirmó la demanda por parte de la Insurgencia de que el proceso de paz sólo será posible “si se produce un retirada total de las tropas de la Coalición Internacional” ya que “ningún afgano quiere fuerzas de ocupación en su país.” Unas recomendaciones que Za’if consideró vitales e indispensables para que los Talibán “tengan la suficiente confianza para empezar un proceso de paz serio y creíble.”

Pero la retirada de las tropas Internacionales, y más concretamente las de los Estados Unidos, no es algo que vaya a suceder en los próximos años puesto que el gobierno norteamericano hace tiempo que está desarrollando un sistema de bases permanentes en el país, como la citada Bagram, en las que mantendrían una fuerzas armadas menores pero constantes, como las que aún están presentes en Alemania o Japón tras la derrota de ambos países en la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que el presidente de EE.UU, Barack Obama, ha establecido el principio del calendario de la retirada de sus tropas para finales de este año.

Condiciones de la Coalición

Por su parte, las fuerzas de la Comunidad Internacional en el país han establecido tres puntos irrenunciables para que dicho proceso tenga lugar. En primer lugar los Talibán deben terminar inmediatamente cualquier cooperación con la organización terrorista internacional de Al-Quaeda. En segundo lugar los Insurgentes deben renunciar a cualquier tipo de violencia. Y, en tercer y último lugar, los líderes Talibán deben operar según el contexto constitucional del país.

Este último punto se refiere directamente a la protección de los ciudadanos, y más concretamente, a la población femenina del país que fue la que sufrió más vejaciones durante el reino del terror Talibán.

Ante estos tres pilares para establecer el principio de las negociaciones Za’if aseguró que “no se puede empezar un proceso de paz con condiciones inalterables de antemano, ya que esto afecta negativamente a la confianza” de los líderes Talibán en dicho proceso.

Una afirmación que, por otro lado, contradice directamente muchos de sus comentarios a Berlin Daily en los que reafirma las exigencias irrenunciables de la Insurgencia para imponer unas negociaciones de paz a su medida, como la de la retirada total de las tropas de la OTAN.

¿Guerra Civil?

Según los mandos de la Fuerza Internacional para la Asistencia en la Seguridad (ISAF) el escenario de una futura victoria Talibán es algo imposible, pero a medida que la fecha del principio de la retirada de las tropas de los países de la Coalición se acerca, también aumentan las dudas sobre la capacidad tanto del gobierno Afgano como de sus Fuerzas de Seguridad para mantener la débil estabilidad en el país.

Además, la Campaña de Verano de los Insurgentes está siendo escandalosamente efectiva, cosa que pone en duda la capacidad del ejército y la policía afgana para garantizar la seguridad de sus propios líderes. En menos de dos meses los dos grandes hombres fuertes del país, el general Daoud Daoud en el norte, y Wali Karzai en el sur, han sido asesinados.

Por este motivo, la inevitable pregunta es qué pasará si la retirada total de las tropas Internacionales, prevista para 2014, lleva a una mayor inestabilidad en la que los diferentes hombres fuertes del Gobierno, en su mayoría con tropas a su cargo, como Rahmatullah Nabil, Jefe de la Policía Secreta Afgana y quizás el hombres más fuerte y con más recursos después del presidente Karzai, y los líderes tribales y Señores de la Guerra no consiguiesen ponerse de acuerdo?

Y lo que es peor, creará esto un escenario para una nueva guerra civil en el país cuando las Fuerzas de Seguridad Afganas dejen de contar con el poder de fuego de la OTAN?

Quizás, la única receta contra un futuro escenario que conduzca a una nueva guerra civil, ahora en boca de muchos de los Internacionales trabajando o sirviendo en Afganistán, sobre todo los miembros de las Compañías de Seguridad Privada extranjeras y los expertos en Inteligencia Militar, es la de un proceso de paz que, aunque tremendamente complicado, sigue siendo la única opción viable, según diversas Organizaciones Internacionales, para acabar con el conflicto en Afganistán.

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