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Si de alguna apuesta fallida hoy puede arrepentirse la izquierda bolivariana de Hugo Chávez, es de haber brindado su respaldo propagandístico al cura Fernando Lugo

Cristina Fernández y el sepulturero del Mercosur. Una apuesta fallida de Hugo Chávez

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En el diario fundado en 1870 por Bartolomé Mitre, La Nación de Buenos Aires, se publicó hace unos días un artículo fielmente reproducido con gran destaque por ABC color, heredero ideológico de la Legión Paraguaya de mitristas que acompañaron un genocidio contra su propio pueblo. Guerra de exterminio que, hay que decirlo, se hizo a favor de los intereses del imperio británico y de una monarquía europea y esclavista, reinante en América, que por entonces subyugaba al Brasil.

En aquel entonces, con una especie de contrarevolución monárquica de los borbones en el Plata –la calificación es de Juan Bautista Alberdi, padre de la constitución argentina- las oligarquías de Rio y Buenos Aires aplastaron al gauchaje argentino y oriental y al Paraguay nacionalista, para culminar la traición con el asesinato del adalid postrero de la causa de unión americana, Francisco Solano López.

Hoy ya no son los mercaderes y banqueros británicos los que inspiran y sufragan actitudes beligerantes en Sudamérica, sino sus herederos directos cobijados por las banderas de las barras y las estrellas.

Según la fiel y lacayuna transcripción que hace ABC color del diario familiar de los Mitre, la ausencia de la presidenta Cristina Fernández en la última cumbre del Mercosur se debería a que tendría un especial interés en evitar que la energía paraguaya llegue al Uruguay.

Profecías desoídas

En una de mis profecías de años atrás respecto al falso profeta Fernando Lugo, vaticiné que el escandaloso cura -que presentaban como referente moral los intelectuales financiados por el foro de Sao Paulo como Emir Sader-, constituiría en realidad un gran fiasco, y un caballo de Troya al proceso de integración regional.

El cumplimiento de nuestras profecías se entrevió durante la reciente cumbre del Mercosur, en la que ante la andanada de quejas y disparos del cura presidente del Paraguay, el uruguayo Pepe Mujica debió observarle que un encuentro que busca integración no puede arruinarse con lamentos dignos de llorarse “en el cuartito”. Es decir, lo calificó de llorón.

Mujica más bien apuntó a la necesidad de "enfrentar las asimetrías desde la multiplicación de los actores", para lo cual insistió en agilizar la incorporación de Venezuela al bloque regional, lo que redundará en crecimiento y la mejora del equilibrio entre los países. El ingreso del país caribeño al bloque regional aún está pendiente de aprobación por parte del Parlamento paraguayo, que rechaza el ingreso venezolano en represalia a la falta de diplomacia política en el luguismo.

Mujica también invitó a Ecuador y a otros países de la región a sumarse al bloque y agregó dijo en evidente alusión al “marxista y bolivariano obispo de los pobres” de que quienes se quejan de las asimetrías en el bloque van a tener que ir a "llorar al cuartito". Minutos antes, Lugo, siguiendo los libretos de la prensa reaccionaria paraguaya que le obligan a tirotear contra el Mercosur, había exigido con poco tacto “eliminar las asimetrías” para lograr una integración plena.

"Brasil no tiene la culpa de ser tan grande, ni nosotros la culpa de ser tan chicos; a llorar al cuartito, esto se arregla multiplicando los actores", dijo Mujica, en una frase digna de una ovación de pie por quienes estaban presentes.

Tiroteo de Parlamentarios Paraguayos y Libreto Mediático

Lo cierto es que a pesar de la propaganda falaz que la arropó, la infortunada elección de Lugo permitió que en Paraguay la prensa mediática pasara de ser el cuarto poder, a convertirse en el primer poder.

El libreto de los sectores conservadores y reaccionarios que actúan en política como gerentes de la oligarquía, acentuó como nunca su influencia en los gestos y hechos del gobierno de Paraguay.

Un ejemplo: La delegación paraguaya del Parlamento del Mercosur “advierte” sobre el grave error que se cometería si se sustituye la cláusula democrática de Ushuaia por la de un convenio suscrito por la Unasur, que establece acciones contra un país en caso de ruptura del orden democrático. La segunda intención, obviamente, es poner un doble cerrojo a la expansión “bolivariana”, que alejaría a Paraguay de la órbita imperialista norteamericana si avanza la integración regional.

El Protocolo de Ushuaia del Mercosur (Mercado Común del Sur) fue establecido en 1998 y el convenio de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), el año pasado en Guyana. Este segundo instrumento no fue ratificado aún por Paraguay, ya que está pendiente de su aprobación en Diputados, donde al parecer aún no llegaron los maletines.

Con una argumentación cantinflesca y poco sustanciosa, la mayoría de los parlasurianos paraguayos y su corifeo de medios autoritarios pretenden erigirse ahora en los árbitros de la democracia en el Cono Sur, olvidando que son en su mayoría politiqueros, comunicadores y ex empresarios enriquecidos al amparo de los sucios negocios que florecieron en Paraguay desde tiempos de la dictadura de Stroessner.

En Paraguay, USAID maneja las instituciones a su antojo, asesores norteamericanos infiltran la policía, la milicia, los tribunales y sobre todo, la prensa. Todo un coro polifónico se levanta como una muralla para abogar por estos intereses en la sociedad, a través de un puñado de “notables” lanzados al estrellato por sus medios afines.

El luguismo, por su parte, ha hecho muy poco por avanzar hacia una liberación de la dependencia que padece el país de esta “cooperación” de lejanos centros de poder. El ministro Federal Dirk Niebel, al opinar sobre el punto, no tiene dudas: “La ayuda sin más crea dependencia”. Ni más ni menos, es lo que hoy se acentúa en Paraguay con el sepulturero del Mercosur, Fernando Lugo, en el “sillón de los López”.

No caben dudas de que si de alguna apuesta fallida hoy puede arrepentirse la izquierda bolivariana de Hugo Chávez, es de haber brindado su respaldo propagandístico al cura Fernando Lugo.

Cristina Fernández y el sepulturero del Mercosur. Una apuesta fallida de Hugo Chávez

Si de alguna apuesta fallida hoy puede arrepentirse la izquierda bolivariana de Hugo Chávez, es de haber brindado su respaldo propagandístico al cura Fernando Lugo
Luis Agüero Wagner
martes, 5 de julio de 2011, 06:50 h (CET)
En el diario fundado en 1870 por Bartolomé Mitre, La Nación de Buenos Aires, se publicó hace unos días un artículo fielmente reproducido con gran destaque por ABC color, heredero ideológico de la Legión Paraguaya de mitristas que acompañaron un genocidio contra su propio pueblo. Guerra de exterminio que, hay que decirlo, se hizo a favor de los intereses del imperio británico y de una monarquía europea y esclavista, reinante en América, que por entonces subyugaba al Brasil.

En aquel entonces, con una especie de contrarevolución monárquica de los borbones en el Plata –la calificación es de Juan Bautista Alberdi, padre de la constitución argentina- las oligarquías de Rio y Buenos Aires aplastaron al gauchaje argentino y oriental y al Paraguay nacionalista, para culminar la traición con el asesinato del adalid postrero de la causa de unión americana, Francisco Solano López.

Hoy ya no son los mercaderes y banqueros británicos los que inspiran y sufragan actitudes beligerantes en Sudamérica, sino sus herederos directos cobijados por las banderas de las barras y las estrellas.

Según la fiel y lacayuna transcripción que hace ABC color del diario familiar de los Mitre, la ausencia de la presidenta Cristina Fernández en la última cumbre del Mercosur se debería a que tendría un especial interés en evitar que la energía paraguaya llegue al Uruguay.

Profecías desoídas

En una de mis profecías de años atrás respecto al falso profeta Fernando Lugo, vaticiné que el escandaloso cura -que presentaban como referente moral los intelectuales financiados por el foro de Sao Paulo como Emir Sader-, constituiría en realidad un gran fiasco, y un caballo de Troya al proceso de integración regional.

El cumplimiento de nuestras profecías se entrevió durante la reciente cumbre del Mercosur, en la que ante la andanada de quejas y disparos del cura presidente del Paraguay, el uruguayo Pepe Mujica debió observarle que un encuentro que busca integración no puede arruinarse con lamentos dignos de llorarse “en el cuartito”. Es decir, lo calificó de llorón.

Mujica más bien apuntó a la necesidad de "enfrentar las asimetrías desde la multiplicación de los actores", para lo cual insistió en agilizar la incorporación de Venezuela al bloque regional, lo que redundará en crecimiento y la mejora del equilibrio entre los países. El ingreso del país caribeño al bloque regional aún está pendiente de aprobación por parte del Parlamento paraguayo, que rechaza el ingreso venezolano en represalia a la falta de diplomacia política en el luguismo.

Mujica también invitó a Ecuador y a otros países de la región a sumarse al bloque y agregó dijo en evidente alusión al “marxista y bolivariano obispo de los pobres” de que quienes se quejan de las asimetrías en el bloque van a tener que ir a "llorar al cuartito". Minutos antes, Lugo, siguiendo los libretos de la prensa reaccionaria paraguaya que le obligan a tirotear contra el Mercosur, había exigido con poco tacto “eliminar las asimetrías” para lograr una integración plena.

"Brasil no tiene la culpa de ser tan grande, ni nosotros la culpa de ser tan chicos; a llorar al cuartito, esto se arregla multiplicando los actores", dijo Mujica, en una frase digna de una ovación de pie por quienes estaban presentes.

Tiroteo de Parlamentarios Paraguayos y Libreto Mediático

Lo cierto es que a pesar de la propaganda falaz que la arropó, la infortunada elección de Lugo permitió que en Paraguay la prensa mediática pasara de ser el cuarto poder, a convertirse en el primer poder.

El libreto de los sectores conservadores y reaccionarios que actúan en política como gerentes de la oligarquía, acentuó como nunca su influencia en los gestos y hechos del gobierno de Paraguay.

Un ejemplo: La delegación paraguaya del Parlamento del Mercosur “advierte” sobre el grave error que se cometería si se sustituye la cláusula democrática de Ushuaia por la de un convenio suscrito por la Unasur, que establece acciones contra un país en caso de ruptura del orden democrático. La segunda intención, obviamente, es poner un doble cerrojo a la expansión “bolivariana”, que alejaría a Paraguay de la órbita imperialista norteamericana si avanza la integración regional.

El Protocolo de Ushuaia del Mercosur (Mercado Común del Sur) fue establecido en 1998 y el convenio de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), el año pasado en Guyana. Este segundo instrumento no fue ratificado aún por Paraguay, ya que está pendiente de su aprobación en Diputados, donde al parecer aún no llegaron los maletines.

Con una argumentación cantinflesca y poco sustanciosa, la mayoría de los parlasurianos paraguayos y su corifeo de medios autoritarios pretenden erigirse ahora en los árbitros de la democracia en el Cono Sur, olvidando que son en su mayoría politiqueros, comunicadores y ex empresarios enriquecidos al amparo de los sucios negocios que florecieron en Paraguay desde tiempos de la dictadura de Stroessner.

En Paraguay, USAID maneja las instituciones a su antojo, asesores norteamericanos infiltran la policía, la milicia, los tribunales y sobre todo, la prensa. Todo un coro polifónico se levanta como una muralla para abogar por estos intereses en la sociedad, a través de un puñado de “notables” lanzados al estrellato por sus medios afines.

El luguismo, por su parte, ha hecho muy poco por avanzar hacia una liberación de la dependencia que padece el país de esta “cooperación” de lejanos centros de poder. El ministro Federal Dirk Niebel, al opinar sobre el punto, no tiene dudas: “La ayuda sin más crea dependencia”. Ni más ni menos, es lo que hoy se acentúa en Paraguay con el sepulturero del Mercosur, Fernando Lugo, en el “sillón de los López”.

No caben dudas de que si de alguna apuesta fallida hoy puede arrepentirse la izquierda bolivariana de Hugo Chávez, es de haber brindado su respaldo propagandístico al cura Fernando Lugo.

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Hoy quisiera invitarlos a reflexionar sobre un aspecto de la vida actual que parece extremadamente novedoso por sus avances agigantados en el mundo de la tecnología, pero cuyo planteo persiste desde Platón hasta nuestros días, a saber, la realidad virtual inmiscuida hasta el tuétano en nuestra cotidianidad y la posibilidad de que llegue el día en que no podamos distinguir entre "lo real" y "lo virtual".

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