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Etiquetas | Afganistán | Despachos de Guerra
Se les señala por corrupción y violaciones de los derechos humanos

La elite Militar afgana en duda a meses de la Transición

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Los conocidos como SWATT Afganos por fin se sienten preparados para luchar junto a las tropas de la OTAN, mientras siguen despertando serias dudas tras ser acusados de corrupción y violaciones de los derechos humanos.

“Nuestra labor principal es liberar a nuestro país de las Fuerzas Insurgentes, por ello estamos utilizando todo el entrenamiento proporcionado por las Fuerzas de la Coalición Internacional para conseguir nuestros objetivos”.

Así de contundente se mostraba el teniente Sultan Aziz, Comandante del 2º Regimiento de la Patrulla Especial para el Orden Nacional Afgano (ANCOP), más conocido como los SWAT de Afganistán, tras completar las últimas maniobras como colofón de un entrenamiento “muy duro” en el que, durante tres semanas, sus hombres convivieron con el Destacamento norteamericano Pathfinder 4º Batallón de la 101 Aerotransportada operando en el aeropuerto de Kandahar, al sur del país, en una de las zonas más conflictivas de Afganistán.

Al terminar las maniobras, que tuvieron lugar en el conocido como desierto Rojo, Aziz aseguró que por fin “estamos preparados para luchar juntos”. Una afirmación que resulta alarmante después de casi una década de colaboración entre el Ejército Afgano y las fuerzas de la OTAN, y a varios meses del principio de la retirada de ésta, prevista para el próximo julio.

Durante el entrenamiento cada soldado del 2º Regimiento ANCOP, considerado como la elite de las Fuerzas de Seguridad afganas, se emparejó con uno de los Pathfinder para aprender in situ las tácticas más avanzadas de asalto aéreo, la instrucción en el reconocimiento de Artefactos Explosivos Improvisados, los temidos IED causantes del mayor número de bajas entre los soldados Afganos e Internacionales, así como “aprendieron a utilizar las tácticas de reconocimiento para los ataques aire tierra realizados por la aviación de la OTAN”, según declaro el comandante del Destacamento Pathfinder, el capitán del ejército de EE.UU Thomas Buller, presente en las maniobras.

Asimismo, Buller se mostró seguro de que “el objetivo de formar una alianza permanente” con las Fuerzas Especiales Afganas “ha sido cumplido ya que lo que se pretendía era dotar al ANCOP con la capacidad para conducir desde tierra asaltos aéreos”. Una alianza fuerte en lo militar que parece no tener en cuenta las serias acusaciones sobre corrupción y violación de los derechos humanos por parte de las Fuerzas de Seguridad afganas de la que el ANCOP no se ha escapado.

Corrupción y abusos
A pesar de que el teniente Aziz declaró que gracias a este tipo de iniciativas militares “pronto llegara el día en el que seremos capaces de mantener la seguridad sólo con las Fuerzas de Seguridad Afganas”, éstas siguen despertando grandes dudas ante el reto de garantizar la seguridad en el país sin cometer abusos y atrocidades, después de que un informe recientemente publicado por la ONG Oxfam Internacional los acusara de corrupción, abuso de menores, crímenes de sangre, maltrato de los prisioneros y reclutamiento de menores.

Pero este alarmante informe parece no haber hecho mella en los mandos de la OTAN, puesto que Buller insistió en que el ANCOP es vital no sólo para “proporcionar una seguridad fiable para la gente de Kandahar” sino que también para desarrollar “un cuerpo de elite preparado para asumir las operaciones de ataque y defensa cuando empiece la transición y retirada de las tropas de la OTAN”.

Por su parte, el Ministerio del Interior afgano, que hasta el momento no se ha querido pronunciar sobre el informe de Oxfam, asegura en su página web que el sistema de Méritos Propios, por el que los integrantes de éste cuerpo pueden ascender en los rangos según su fiabilidad y profesionalidad, recientemente instaurado en el ANCOP es una iniciativa “pionera que reducirá la corrupción y el nepotismo”, según declaraciones del Comandante del ANCOP en Mazar-i-Sharif del que no se especifica el nombre.

Asimismo, el Ministerio del Interior Afgano se muestra orgulloso de la actuación de las Fuerzas de Seguridad del país, y en concreto de la policía, que según Oxfam es la organización para la seguridad con el índice de corrupción más alto, haciéndose eco de un estudio realizado en el área de Kabul publicado en 2010 por el Forum de la Sociedad Civil Afgana, en el que se asegura que el 61% de los policías decidieron alistarse para servir a su país, mientras que el 98% de los ciudadanos están contentos con la actuación de la policía, y el 93% se sienten esperanzados por el futuro de la policía.

Amador Guallar

La elite Militar afgana en duda a meses de la Transición

Se les señala por corrupción y violaciones de los derechos humanos
Amador Guallar
martes, 5 de julio de 2011, 06:50 h (CET)
Los conocidos como SWATT Afganos por fin se sienten preparados para luchar junto a las tropas de la OTAN, mientras siguen despertando serias dudas tras ser acusados de corrupción y violaciones de los derechos humanos.

“Nuestra labor principal es liberar a nuestro país de las Fuerzas Insurgentes, por ello estamos utilizando todo el entrenamiento proporcionado por las Fuerzas de la Coalición Internacional para conseguir nuestros objetivos”.

Así de contundente se mostraba el teniente Sultan Aziz, Comandante del 2º Regimiento de la Patrulla Especial para el Orden Nacional Afgano (ANCOP), más conocido como los SWAT de Afganistán, tras completar las últimas maniobras como colofón de un entrenamiento “muy duro” en el que, durante tres semanas, sus hombres convivieron con el Destacamento norteamericano Pathfinder 4º Batallón de la 101 Aerotransportada operando en el aeropuerto de Kandahar, al sur del país, en una de las zonas más conflictivas de Afganistán.

Al terminar las maniobras, que tuvieron lugar en el conocido como desierto Rojo, Aziz aseguró que por fin “estamos preparados para luchar juntos”. Una afirmación que resulta alarmante después de casi una década de colaboración entre el Ejército Afgano y las fuerzas de la OTAN, y a varios meses del principio de la retirada de ésta, prevista para el próximo julio.

Durante el entrenamiento cada soldado del 2º Regimiento ANCOP, considerado como la elite de las Fuerzas de Seguridad afganas, se emparejó con uno de los Pathfinder para aprender in situ las tácticas más avanzadas de asalto aéreo, la instrucción en el reconocimiento de Artefactos Explosivos Improvisados, los temidos IED causantes del mayor número de bajas entre los soldados Afganos e Internacionales, así como “aprendieron a utilizar las tácticas de reconocimiento para los ataques aire tierra realizados por la aviación de la OTAN”, según declaro el comandante del Destacamento Pathfinder, el capitán del ejército de EE.UU Thomas Buller, presente en las maniobras.

Asimismo, Buller se mostró seguro de que “el objetivo de formar una alianza permanente” con las Fuerzas Especiales Afganas “ha sido cumplido ya que lo que se pretendía era dotar al ANCOP con la capacidad para conducir desde tierra asaltos aéreos”. Una alianza fuerte en lo militar que parece no tener en cuenta las serias acusaciones sobre corrupción y violación de los derechos humanos por parte de las Fuerzas de Seguridad afganas de la que el ANCOP no se ha escapado.

Corrupción y abusos
A pesar de que el teniente Aziz declaró que gracias a este tipo de iniciativas militares “pronto llegara el día en el que seremos capaces de mantener la seguridad sólo con las Fuerzas de Seguridad Afganas”, éstas siguen despertando grandes dudas ante el reto de garantizar la seguridad en el país sin cometer abusos y atrocidades, después de que un informe recientemente publicado por la ONG Oxfam Internacional los acusara de corrupción, abuso de menores, crímenes de sangre, maltrato de los prisioneros y reclutamiento de menores.

Pero este alarmante informe parece no haber hecho mella en los mandos de la OTAN, puesto que Buller insistió en que el ANCOP es vital no sólo para “proporcionar una seguridad fiable para la gente de Kandahar” sino que también para desarrollar “un cuerpo de elite preparado para asumir las operaciones de ataque y defensa cuando empiece la transición y retirada de las tropas de la OTAN”.

Por su parte, el Ministerio del Interior afgano, que hasta el momento no se ha querido pronunciar sobre el informe de Oxfam, asegura en su página web que el sistema de Méritos Propios, por el que los integrantes de éste cuerpo pueden ascender en los rangos según su fiabilidad y profesionalidad, recientemente instaurado en el ANCOP es una iniciativa “pionera que reducirá la corrupción y el nepotismo”, según declaraciones del Comandante del ANCOP en Mazar-i-Sharif del que no se especifica el nombre.

Asimismo, el Ministerio del Interior Afgano se muestra orgulloso de la actuación de las Fuerzas de Seguridad del país, y en concreto de la policía, que según Oxfam es la organización para la seguridad con el índice de corrupción más alto, haciéndose eco de un estudio realizado en el área de Kabul publicado en 2010 por el Forum de la Sociedad Civil Afgana, en el que se asegura que el 61% de los policías decidieron alistarse para servir a su país, mientras que el 98% de los ciudadanos están contentos con la actuación de la policía, y el 93% se sienten esperanzados por el futuro de la policía.

Amador Guallar

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