Las previsiones para el Gran Premio de Europa de Fórmula 1, que se celbra en el circuito urbano de Valencia, no eran optimistas. Sin embargo, las cifras reflejan lo contrario y han mejorado respecto a años anteriores. Es verdad que la crisis en España hostiga con fuerza y eso tiene consecuencias. Ha bajado la asistencia de espectadores nacionales, pero ha subido la de extranjeros, especialmente la de aquellos con gran capacidad de gasto. AENA se vio obligada a poner en marcha un dispositivo especial para acoger vuelos privados, lo que confirma el récord absoluto de este tipo de transporte en el aeropuerto de Manises.
Un turismo de alto nivel ha aterrizado en Valencia durante el pasado fin de semana. La Comunidad Valenciana debe aprovechar ocasiones como ésta para promocionarse. El Gran Premio coincidía con uno de los mayores eventos musicales del año a nivel internacional, como ha sido la reposición de la ópera "Fidelio", de Beethoven, bajo la batuta del gran Zubin Mehta. Al gran evento deportivo como es una prueba del Campeonato del Mundo automovilístico, se sumó una oferta cultural de primer orden, difícil de igualar. El "Fidelio" valenciano es situado en el más alto nivel operístico por toda la crítica. Los turistas nacionales y extranjeros pudieron disfrutar a lo grande. El despegue cultural de Valencia es una realidad que la iguala a las grandes ciudades del mundo. La celebración del Gran Premio de Europa en nuestra tierra es un motivo más de atracción.
Este referente en que se está convirtiendo Valencia, es extensible al resto de la Comunidad, ejemplo de ello es el auditorio del magnífico arquitecto Francisco Mangado, recién inaugurado en Teulada. Es sabido, incluso por algunos criticado, que los valencianos hemos hecho un esfuerzo de inversión enorme en obra pública pero lo cierto es que se le está dotando de contenido con extraordinarios resultados. Hemos logrado situarnos como uno de los principales destinos turísticos para extranjeros de nivel, no sólo económico sino también cultural.
En este sentido, la nueva consellera de Turismo, Cultura y Deporte adquiere un papel muy relevante en la política valenciana al ser responsable del sector más importante para superar la crisis en la Comunidad Valenciana. Lola Johnson hereda un patrimonio público capaz de ofrecer una excepcional y solida oferta turística. Debe explotarlo y sacarle utilidad y beneficio. En ella queda depositada abundante confianza.