En muchas ocasiones de nuestra vida hemos tenido que afrontar situaciones personales en las que las emociones han jugado un papel importante, gestionar esas respuesta para poder afrontar las situaciones es un aspecto importantísimo en nuestras vidas. A esta capacidad de gestión personal la llamamos inteligencia emocional y es una fortaleza humana que nos permite gestionar adecuadamente nuestra vida potenciando nuestro bienestar y dándonos mayores oportunidades de ser felices.

Sin duda existe una herramienta imprescindible dentro de todo este proceso, como es la empatía: esa capacidad que tenemos las personas de ponernos en el lugar de la otra persona, de entender la situación por la que está atravesando, así como de intentar comprender y mentirnos en su interpretación y construcción de sus propios diálogos internos que son fundamentales como elementos de construcción personal.

Lo fundamental de todo este proceso es intentar que conozcamos cómo y por qué las personas pasan por ese estado emocional, y de todo ese mundo que se activa a nivel comportamental, a nivel de pensamiento y lenguaje interno, junto a esa respuesta física que acompaña todo este proceso.

Dominar esta capacidad humana nos potencia como personas ya que facilita la comunicación, así como la gestión de los conflictos propios de toda relación personal, potenciando nuestra capacidad para afrontar y resolver los problemas. Pero es importante que sepas que no debes de contagiarte de esas emociones que te destruyen, por lo tanto, la gestión inadecuada de la empatía te resta felicidad y produce malestar en nosotros.

Para potenciar la empatía debemos de fomentar en nuestra vida algunas herramientas que facilitarán su gestión, entre ellas es muy importante potenciar la escucha activa como elemento prioritario, pues escuchar implica comprender y dejar hablar y expresarse a la otra persona.

Pero además debemos de aprender a acompañar emocionalmente a la persona a través de mensajes y de palabras de consuelo, pero además es bueno el contacto físico, pues desde poner una mano en el hombro a dar una abrazo, todo ello lo irás observando en función de la otra persona ya que en ocasiones la persona puede que no esté acostumbrada a este tipo de contacto y se sienta violenta, por ello es fundamental que vayas regulando en función de tu experiencia con la persona. Si la persona es cercana y tienes confianza a veces pues una caricia o incluso alguna muestra de afecto más intensa puede ser importante.

Otra de las herramientas que potencia nuestra empatía es el sentido del humor ya que juega un papel importante reduciendo tensiones y ajustando la respuesta emocional de la personas, pero es importante que no ridiculices con el chiste fácil o la broma de mal gusto esos momentos, hablamos del sentido del humor positivo como elemento importantísimos.

Además es importante que hagas esfuerzos para que la persona observe que la entiendes, a veces simplemente con gestos o moviendo la cabeza, nos ayuda a que esto funcione. Pero además puedes parafrasear o hacer un resumen de lo que has escuchado para que la persona se sienta entendida y acompañada.

Acompañar implica ser respetuosos con los sentimientos, las ideas y la forma de vida de la otra persona, por ello es fundamental que no la juzgues, sino que la ayudes a gestionar esa vivencia emocional que la está destruyendo y le quita bienestar para que pueda centrar todas sus energías en solucionar su verdadero problemas y no se quede en el malestar de la vivencia negativa.