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El verano es una época de disfrute y relajación, con más tiempo para el ocio y la convivencia. Sin embargo, también es un periodo en el que debemos prestar especial atención a la manipulación y conservación de los alimentos, ya que el calor favorece la rápida multiplicación de microorganismos patógenos en los alimentos, especialmente si no se manipulan o conservan adecuadamente. Es crucial estar bien informado para prevenirlas y asegurar un disfrute pleno y seguro.
El verano trastoca nuestros horarios y los hábitos que mantenemos en otras épocas del año. Con la llegada del calor pasamos más tiempo al aire libre, viajamos y aumentamos las comidas fuera del domicilio. De hecho, las altas temperaturas debilitan nuestro sistema inmunológico y la humedad y el sudor aumentan el riesgo de infecciones cutáneas y fúngicas.
Con motivo de la Semana Mundial de la Alergia, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) alerta de la falta de formación de los monitores de campamentos para actuar ante reacciones alérgicas graves como la anafilaxia, una emergencia médica que puede poner en riesgo la vida de niños con alergias alimentarias o asma.
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