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El Real Madrid busca ante el Maccabi regresar a una final de Euroliga

La ‘novena’ de Barcelona

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El Rey de Europa se encuentra, quince largas temporadas después, a dos encuentros de reverdecer viejos laureles. El Real Madrid retorna a una Final Four con el objetivo de volverse a casa con el noveno entorchado europeo de su historia, trofeo que sería alzado al cielo de Barcelona, feudo de su máximo enemigo y a quien sucedería en el palmarés del torneo. Pero antes de esto, al conjunto blanco le aguarda una histórica semifinal contra el Maccabi (cinco copas) y después otro compromiso de altura bien contra el favorito Panathinaikos o el sorprendente Siena. El baloncesto decidirá, aunque este Real Madrid acude rebosante de esperanza en comparación al resto de candidatos.

POSIBLES QUINTETOS
Maccabi: Pargo, Pnini, Eidson, Eliyahu, Schortsanitis --posible cinco inicial--; Hendrix, Burstein, Bluthenthal, Macvan, Sharp y Green.
Real Madrid: Prigioni, Llull, Suárez, Reyes y Tomic --posible cinco inicial--; Sergio Rodríguez, Tucker, Mirotic, Fischer, Velickovic, Vidal y Begic.
Árbitros: Sin designar.
Datos: Partido correspondiente a las semifinales de la Euroliga, a disputarse en el Palau Sant Jordi (Barcelona). El encuentro será retransmitido por Teledeporte (21:00 horas).

"El objetivo es estar en Barcelona”, aseguró Ettore Messina a comienzos de temporada. Y así será, aunque el técnico italiano verá esta cita desde su casa. El Real Madrid, el conjunto con más Copas de Europa en sus vitrinas (8) y más finales disputadas (14), buscará en la Ciudad Condal cerrar con 15 temporadas de travesía por el desierto, puesto que su última presencia entre la elite europea data de 1996, es decir, un año después de su última conquista, acaecida en Zaragoza ante Olympiacos y con Sabonis como ejecutor de las órdenes del maestro Obradovic. Desde entonces, sólo una modesta aparición en la Copa Saporta (1997) y una más reciente en la Copa ULEB (2007).

A esta cita con la historia, aunque se acude con la obligación de ganar, lo dicta el escudo aunque esto no agrade a técnicos consagrados como Messina, el grupo se presenta con mayores ganas en su estado anímico. La palabra ilusión es la más recurrente en todas las declaraciones previas concedidas por los madridistas. La explicación puede encontrarse en la juventud del vestuario: la mayoría debuta en estas finales. La experiencia es un grado, ciertamente, pero el hambre de los jóvenes es un valor al alza. Molín, sucesor de Messina y también debutante como primer espada, ya ha empezado a explotar esta veta.




Llul y Reyes, clave para alcanzar la final.


Defensa contra ataque
Deportivamente, este Real Madrid desembarca en el Palau Sant Jordi en plenitud de condiciones físicas y mentales. Todos los efectivos están recuperados de sus dolencias (Suárez, el último con un esguince) al contrario de lo que sucede en el Maccabi, donde Doron Perkins, baluartes defensivo y ofensivo, no estará al estar en la enfermería. Es una ausencia a tener en cuenta, aunque mínima si se analiza al resto de integrantes de la plantilla entrenada por otro gurú del baloncesto: David Blatt. El técnico estadounidense cuenta con un repertorio de primera: veteranos como Sharp (capitán con siete finales de currículum) y Burstein (seis); anotadores como Pardo, Eidson y Pnini; y torres como Schortsanitis, Macvan y Eliyahu.

Visto el arsenal del Maccabi, y menos a estas alturas de competición, está claro que el Real Madrid afronta una semifinal con mucho peligro. Nada será fácil. Por consiguiente, la defensa madridista se antoja como un factor determinante, máxime cuando los macabeos son el conjunto de la Euroliga que más puntos anota (82 de media) y uno de los más sólidos ya que son el que menos balones pierde y el que más recupera. Por todo esto, esa defensa precisa del Real Madrid será un valor al alza. El otro punto neurálgico estará en los aros. Los blancos se defienden muy bien en estos terrenos, pero enfrente estará el primo griego de O’Neal, es decir Schortsanitis, más centrado y con mejor físico (menos kilos).

Ilusión contra experiencia
Este enfrentamiento es el enfrentamiento por antonomasia de la Europa. Desde la campaña 1967-68, Real Madrid y Maccabi se han enfrentado en 41 ocasiones con balance de 23-18 a favor de los de Concha Espina. Por cierto, el antecedente más trascendental fue en una final que cayó del lado madridista. Buen dato histórico. Sucedió en 1980. Pero últimamente, este apartado de los datos revela que el Maccabi cuenta con más experiencia contemporánea en estas plazas: los israelíes se proclamaron campeones en 2004 y 2005 (último trofeo) y subcampeones en 2006 y 2008. Experiencia que el Real Madrid suple con ilusión y hambre, puesto que desea alcanzar la ‘novena’ de Barcelona.

La ‘novena’ de Barcelona

El Real Madrid busca ante el Maccabi regresar a una final de Euroliga
Rafael Merino
jueves, 5 de mayo de 2011, 18:07 h (CET)
El Rey de Europa se encuentra, quince largas temporadas después, a dos encuentros de reverdecer viejos laureles. El Real Madrid retorna a una Final Four con el objetivo de volverse a casa con el noveno entorchado europeo de su historia, trofeo que sería alzado al cielo de Barcelona, feudo de su máximo enemigo y a quien sucedería en el palmarés del torneo. Pero antes de esto, al conjunto blanco le aguarda una histórica semifinal contra el Maccabi (cinco copas) y después otro compromiso de altura bien contra el favorito Panathinaikos o el sorprendente Siena. El baloncesto decidirá, aunque este Real Madrid acude rebosante de esperanza en comparación al resto de candidatos.

POSIBLES QUINTETOS
Maccabi: Pargo, Pnini, Eidson, Eliyahu, Schortsanitis --posible cinco inicial--; Hendrix, Burstein, Bluthenthal, Macvan, Sharp y Green.
Real Madrid: Prigioni, Llull, Suárez, Reyes y Tomic --posible cinco inicial--; Sergio Rodríguez, Tucker, Mirotic, Fischer, Velickovic, Vidal y Begic.
Árbitros: Sin designar.
Datos: Partido correspondiente a las semifinales de la Euroliga, a disputarse en el Palau Sant Jordi (Barcelona). El encuentro será retransmitido por Teledeporte (21:00 horas).

"El objetivo es estar en Barcelona”, aseguró Ettore Messina a comienzos de temporada. Y así será, aunque el técnico italiano verá esta cita desde su casa. El Real Madrid, el conjunto con más Copas de Europa en sus vitrinas (8) y más finales disputadas (14), buscará en la Ciudad Condal cerrar con 15 temporadas de travesía por el desierto, puesto que su última presencia entre la elite europea data de 1996, es decir, un año después de su última conquista, acaecida en Zaragoza ante Olympiacos y con Sabonis como ejecutor de las órdenes del maestro Obradovic. Desde entonces, sólo una modesta aparición en la Copa Saporta (1997) y una más reciente en la Copa ULEB (2007).

A esta cita con la historia, aunque se acude con la obligación de ganar, lo dicta el escudo aunque esto no agrade a técnicos consagrados como Messina, el grupo se presenta con mayores ganas en su estado anímico. La palabra ilusión es la más recurrente en todas las declaraciones previas concedidas por los madridistas. La explicación puede encontrarse en la juventud del vestuario: la mayoría debuta en estas finales. La experiencia es un grado, ciertamente, pero el hambre de los jóvenes es un valor al alza. Molín, sucesor de Messina y también debutante como primer espada, ya ha empezado a explotar esta veta.




Llul y Reyes, clave para alcanzar la final.


Defensa contra ataque
Deportivamente, este Real Madrid desembarca en el Palau Sant Jordi en plenitud de condiciones físicas y mentales. Todos los efectivos están recuperados de sus dolencias (Suárez, el último con un esguince) al contrario de lo que sucede en el Maccabi, donde Doron Perkins, baluartes defensivo y ofensivo, no estará al estar en la enfermería. Es una ausencia a tener en cuenta, aunque mínima si se analiza al resto de integrantes de la plantilla entrenada por otro gurú del baloncesto: David Blatt. El técnico estadounidense cuenta con un repertorio de primera: veteranos como Sharp (capitán con siete finales de currículum) y Burstein (seis); anotadores como Pardo, Eidson y Pnini; y torres como Schortsanitis, Macvan y Eliyahu.

Visto el arsenal del Maccabi, y menos a estas alturas de competición, está claro que el Real Madrid afronta una semifinal con mucho peligro. Nada será fácil. Por consiguiente, la defensa madridista se antoja como un factor determinante, máxime cuando los macabeos son el conjunto de la Euroliga que más puntos anota (82 de media) y uno de los más sólidos ya que son el que menos balones pierde y el que más recupera. Por todo esto, esa defensa precisa del Real Madrid será un valor al alza. El otro punto neurálgico estará en los aros. Los blancos se defienden muy bien en estos terrenos, pero enfrente estará el primo griego de O’Neal, es decir Schortsanitis, más centrado y con mejor físico (menos kilos).

Ilusión contra experiencia
Este enfrentamiento es el enfrentamiento por antonomasia de la Europa. Desde la campaña 1967-68, Real Madrid y Maccabi se han enfrentado en 41 ocasiones con balance de 23-18 a favor de los de Concha Espina. Por cierto, el antecedente más trascendental fue en una final que cayó del lado madridista. Buen dato histórico. Sucedió en 1980. Pero últimamente, este apartado de los datos revela que el Maccabi cuenta con más experiencia contemporánea en estas plazas: los israelíes se proclamaron campeones en 2004 y 2005 (último trofeo) y subcampeones en 2006 y 2008. Experiencia que el Real Madrid suple con ilusión y hambre, puesto que desea alcanzar la ‘novena’ de Barcelona.

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