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Debo darle esperanza,
y no la tiene del todo
por sus faltas la pierde,
ni yo sé si ahora tenerla tengo.
Debo darle esperanzas
de vida, no de desaparición,
que creen que seguirán con lo de siempre.
Quieren ser quienes son y no me meto,
y sin embargo,
no se dan cuenta de mis dudas,
lo que niegan no deben y yo,
debo darle esperanzas,
no sé bien si la tienen,
si recobrarse pueden.
Muchos saben de sus obras
y se entretienen
piensan son para bien,
y lograrán lo que quieren.
Debo darle esperanza
y sin embargo nada alcanzo
o sí, pues es tenebroso
y oscuro lo que se desean
pero de la misericordia de Dios
no sé si deben.
(De Amaneciendo).
El grito que se escuchó al fondo no fue lo suficientemente claro para saber si era de alegría, para pedir auxilio o simple exclamación de quien no puede contener el impulso y tiene que ir más allá de los límites de la comunicación cotidiana.
Poco a poco se va alejando, pero sigo escuchando su corazón latir. Todavía domina mi cuerpo pero su actuación, pronto terminará. El escritor se muere, se apagará para siempre, no volverá a nacer, yo espero que no, pues nació de un parto difícil y pocas cosas aportó.
2002, 2003, 2004, 2005, 2006, 2007, 2008: siete años que no nos deja la lluvia, siete años llevándolo y es mucho tiempo en que no comprendo la razón. ¿Cuándo acabará ésto?, tendré paciencia. Lulita, hijita, coge el paraguas, soy la de la sombrilla en que descansas, la de las sábanas blancas, la que consigue el amor cuando la lluvia le cae encima de manera despiadada.
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