El serbio Novac Djokovic, número tres del mundo y el británico, Andy Murray, número cinco, disputan en el día de hoy (9:30), la final del Open de Australia 2011, una final inesperada donde por primera vez en los últimos tres años, el actual número uno del mundo, Rafa Nadal, o el actual número dos de dicho circuito mundial, Roger Federer, no estarán en una final de Gran Slam.
La última vez que ocurrió esta anecdótica situación, fue precisamente en el Abierto de Australia de 2008, cuando Novac Djokovic se impuso en la final al francés Tsonga. Así, el verdugo de Federer en semifinales se encuentra a un sólo encuentro de lograr de coronarse en suelo australiano, en la que será su cuarta final de Grand Slam, con un balance de una victoria, Open de Australia 2008, y dos derrotas, US Open 2007 y US Open 2010, ante Federer y Nadal respectivamente.
El tenista balcánico es el gran favorito para volver a reinar en Melbourne, demostrando una tremenda solidez con sus primeros servicios algo que complementa con un gran resto, especialmente, con los segundos servicios, donde culmina la mayoría de sus puntos en la red.
Tras las eliminaciones de Federer y Nadal, los principales detractores del jugador español y del jugador helvético, se han apresurado a calificar dichas eliminaciones como el “fin de una época de dominio” de Roger y de Rafa, llegando a catalogar la final de este Open de Australia 2011, como “un nuevo orden tenístico”, algo que parece exagerado, desproporcionado y sin fundamentación lógica, ya que en las últimas 23 finales de “un major”, sólo en dos de ellas, no ha habido presencia bien de Federer bien de Nadal, lo que desecha dicha teoría del “nuevo orden tenístico.”
En cuanto a Murray, el británico llega a la cita tras eliminar en semifinales al único representante de la “armada” en dicha ronda, David Ferrer, en un encuentro donde el tenista inglés fue de menos a más, superando un set en contra, gracias a sus potentes primeros servicios (a más de 210km/h) y a un sólido peloteo desde el fondo de la pista, aprovechando el rodillo de sus revés que tanto daño hizo al tenista alicantino. Sin embargo, los segundos servicios de Murray siguen siendo su talón de Aquiles, un gran defecto que ha mostrado el tenista de las islas en este Open de Australia y que es la principal baza con que juega Djokovic que aprovecha los segundos servicios de sus adversarios para romper su saque con golpes ganadores usando su demoledora derecha.
A todo ello, se une la presión que recaerá sobre Murray, ya que desde 1934, año en que ganó el británico Fred Perry, por primera y única vez el Open de Australia, ningún jugador del Reino Unido ha logrado ganar en el continente oceánico, por lo que toda Inglaterra confía en Andy para romper esa increíble e histórica racha negativa que persigue al tenis inglés. Además, se une el deseo del propio Murray de lograr por primera vez en su carrera, un título de grand slam, ya que en las anteriores dos finales disputadas, US Open 2008 y Open de Australia 2010, el número cinco del mundo sucumbió ante Roger Federer.
En cuanto a los duelos particulares entre ambos finalistas en la ronda final de un torneo, Djokovic se impone a Murray por (4-3), aunque este último, ha ganado los tres últimos encuentros en los que se han enfrentado dichos finalistas. Sin duda, una final inesperada entre dos de los mejores tenistas del mundo, aspirantes algún día a romper la hegemonía Federer-Nadal, algo que en la actualidad, con el rendimiento mostrado en 2010 por el número uno y el número dos, ganando el primero, tres de los cuatros grandes de la temporada (Roland Garros, US Open y Wimbledon), mientras que el segundo sé adjudicó el Open de Australia, parece impensable y prácticamente imposible.