Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | The Washington Post Writers Group
Kathleen Parker

¿Qué falla en esta historia?

|

NUEVA YORK - Mientras estaba leyendo por encima titulares que pocas veces parecen cambiar - mezquita, inmigración, suelo sagrado, 11 de Septiembre, más mezquita - un improbable trío irrumpió en mi inquietud: Paul Newman, Rodney King y John Lennon.

No estoy orgullosa. Me gustaría que hubiera sido Nietzsche, Bonhoeffer y Freud, pero así son las cosas. Al menos no fue Glenn Beck, Al Sharpton y Sarah Palin, aunque sí hacen una aparición posterior, más en breve. En primer lugar las citas, un pasticcio, por así decirlo, de cultura americana en una nación que se ha dejado la 'cana'.

"Lo que tenemos aquí es un fallo de comunicación", diálogo de Newman en "La leyenda del indomable", fue lo primero que vino a la cabeza. La siguiente fue "¿Podemos superar nuestras diferencias?" de King tras la absolución de los policías que al propinarle una paliza despiadada desatan los disturbios de 1992 en Los Ángeles.

Finalmente, "Una oportunidad a la paz". John Lennon, 1969.

No me atraen normalmente las enseñanzas de la cultura popular. ¿Pero por qué no? Nada más parece estar funcionando últimamente a medida que nos atomizamos en miles de fragmentos de egoísmo absurdo.

Se incorporan a la trama en este punto los personajes de la tragedia americana titulada, "Jódete, no, jódete tú".

Un imán musulmán insulta a (algunos) estadounidenses al querer construir un centro islámico demasiado cerca de la Zona Cero; los musulmanes estadounidenses se sienten heridos y marginados por un creciente coro de retórica maliciosa.

En Washington, Beck planea una convención de protesta fiscal con el lema "Devolver el Honor" el mismo día y lugar en que el reverendo Martin Luther King Jr. pronunció su discurso "Tengo un sueño". El mismo día, el 28 agosto, en la ciudad, Sharpton celebrará su propia concentración "Recuperar el Sueño".

Beck dice que no eligió la fecha a propósito -- fue coincidencia pero providencial. King pertenece a todos los estadounidenses, dice él, mientras que Sharpton entre otros cree que Beck está tocando las narices al movimiento de los derechos civiles.

Más abajo, los estadounidenses de los estados fronterizos se sienten asediados por los inmigrantes irregulares, al tiempo que los hispanos se sienten heridos y marginados por el creciente coro de retórica maliciosa.

¿Capta una tendencia en esto? Ya no hay más e pluribus unum, somos e pluribus pluribus -- maliciosos y excluyentes. Un perfil psicológico, que nunca ha hecho más falta, revelaría probablemente un temor subyacente a que no todo el mundo dentro de nuestras fronteras juegue en el mismo equipo.

Nuestros miedos pueden no ser irracionales, pero nuestras respuestas lo son.

En ninguna parte está escrito que tenemos que autodestruirnos. Aquí tenemos un concepto: Vamos a saltarnos la parte en que las civilizaciones chocan, los ánimos se caldean, tenemos disturbios, componemos la banda sonora de la crisis, intentamos dar carpetazo al episodio y celebramos la superación del mismo. Alguien no se hará rico pero, cosas que pasan.

El truco reside en volver al guión que en apariencia hemos extraviado. Ese en el que todo el mundo respeta las normas y suscribe la misma narrativa nacional. En el que dejamos de actuar como idiotas -- ¡mírese al espejo antes de hablar! -- y presionamos el botón de pausa de los insultos.

Hablamos de narrativa política todo el tiempo, pero ya no tenemos una narrativa estadounidense consensuada. El mensaje de esperanza y cambio de Barack Obama ha perdido su frescura. El nuevo día de América de Ronald Reagan está de resaca. Y la plataforma de Sarah Palin es motivo de división.

En lugar de unidad, tenemos marchas enfrentadas; competencia por terrenos "sagrados"; debates por motivos religiosos y un lenguaje que nunca se debió haber incorporado a la fiesta.

¿Quién puede articular esta desencaminada visión americana? Obama lo hizo hermosamente en la convención Demócrata de 2004, pero sus palabras han perdido fuerza durante su impotente implantación.

Teniendo en cuenta el vacío de liderazgo, la responsabilidad recae donde debe recaer -- en el poder transformador del individuo. Suficientes de nosotros recordamos lo que significa ser americano, que no tiene nada que ver con la raza, la etnia, las creencias religiosas o la fecha que figura en la ciudadanía de uno. Tiene que ver con un lote de ideas excepcionales y algunas reglas simples de conducta.

Una muestra de lo segundo: Sea considerado; ocúpese de sus asuntos; no se meta en los de los demás; colabore; respete las normas del decoro; honre a su familia y a su país; no airee en público sus trapos sucios ni su vocabulario. Y por Dios bendito, no hable de religión. Oh, y no monte espectáculos.

Tomados al pie de la letra, estos principios harían imposible introducirse en el país sin permiso. Alentarían la vida privada y el interés público. También podrían interpretarse como consulta al vecino antes de proyectar una estructura cargada de simbolismo en las inmediaciones de un lugar de duelo nacional.

Nuestro fallo a la hora de trasladar esta parte del sueño americano se ha traducido en que no podemos superar nuestras diferencias. Hasta que lo hagamos, la paz, lamentablemente, no tendrá una oportunidad.

¿Qué falla en esta historia?

Kathleen Parker
Kathleen Parker
viernes, 27 de agosto de 2010, 03:36 h (CET)
NUEVA YORK - Mientras estaba leyendo por encima titulares que pocas veces parecen cambiar - mezquita, inmigración, suelo sagrado, 11 de Septiembre, más mezquita - un improbable trío irrumpió en mi inquietud: Paul Newman, Rodney King y John Lennon.

No estoy orgullosa. Me gustaría que hubiera sido Nietzsche, Bonhoeffer y Freud, pero así son las cosas. Al menos no fue Glenn Beck, Al Sharpton y Sarah Palin, aunque sí hacen una aparición posterior, más en breve. En primer lugar las citas, un pasticcio, por así decirlo, de cultura americana en una nación que se ha dejado la 'cana'.

"Lo que tenemos aquí es un fallo de comunicación", diálogo de Newman en "La leyenda del indomable", fue lo primero que vino a la cabeza. La siguiente fue "¿Podemos superar nuestras diferencias?" de King tras la absolución de los policías que al propinarle una paliza despiadada desatan los disturbios de 1992 en Los Ángeles.

Finalmente, "Una oportunidad a la paz". John Lennon, 1969.

No me atraen normalmente las enseñanzas de la cultura popular. ¿Pero por qué no? Nada más parece estar funcionando últimamente a medida que nos atomizamos en miles de fragmentos de egoísmo absurdo.

Se incorporan a la trama en este punto los personajes de la tragedia americana titulada, "Jódete, no, jódete tú".

Un imán musulmán insulta a (algunos) estadounidenses al querer construir un centro islámico demasiado cerca de la Zona Cero; los musulmanes estadounidenses se sienten heridos y marginados por un creciente coro de retórica maliciosa.

En Washington, Beck planea una convención de protesta fiscal con el lema "Devolver el Honor" el mismo día y lugar en que el reverendo Martin Luther King Jr. pronunció su discurso "Tengo un sueño". El mismo día, el 28 agosto, en la ciudad, Sharpton celebrará su propia concentración "Recuperar el Sueño".

Beck dice que no eligió la fecha a propósito -- fue coincidencia pero providencial. King pertenece a todos los estadounidenses, dice él, mientras que Sharpton entre otros cree que Beck está tocando las narices al movimiento de los derechos civiles.

Más abajo, los estadounidenses de los estados fronterizos se sienten asediados por los inmigrantes irregulares, al tiempo que los hispanos se sienten heridos y marginados por el creciente coro de retórica maliciosa.

¿Capta una tendencia en esto? Ya no hay más e pluribus unum, somos e pluribus pluribus -- maliciosos y excluyentes. Un perfil psicológico, que nunca ha hecho más falta, revelaría probablemente un temor subyacente a que no todo el mundo dentro de nuestras fronteras juegue en el mismo equipo.

Nuestros miedos pueden no ser irracionales, pero nuestras respuestas lo son.

En ninguna parte está escrito que tenemos que autodestruirnos. Aquí tenemos un concepto: Vamos a saltarnos la parte en que las civilizaciones chocan, los ánimos se caldean, tenemos disturbios, componemos la banda sonora de la crisis, intentamos dar carpetazo al episodio y celebramos la superación del mismo. Alguien no se hará rico pero, cosas que pasan.

El truco reside en volver al guión que en apariencia hemos extraviado. Ese en el que todo el mundo respeta las normas y suscribe la misma narrativa nacional. En el que dejamos de actuar como idiotas -- ¡mírese al espejo antes de hablar! -- y presionamos el botón de pausa de los insultos.

Hablamos de narrativa política todo el tiempo, pero ya no tenemos una narrativa estadounidense consensuada. El mensaje de esperanza y cambio de Barack Obama ha perdido su frescura. El nuevo día de América de Ronald Reagan está de resaca. Y la plataforma de Sarah Palin es motivo de división.

En lugar de unidad, tenemos marchas enfrentadas; competencia por terrenos "sagrados"; debates por motivos religiosos y un lenguaje que nunca se debió haber incorporado a la fiesta.

¿Quién puede articular esta desencaminada visión americana? Obama lo hizo hermosamente en la convención Demócrata de 2004, pero sus palabras han perdido fuerza durante su impotente implantación.

Teniendo en cuenta el vacío de liderazgo, la responsabilidad recae donde debe recaer -- en el poder transformador del individuo. Suficientes de nosotros recordamos lo que significa ser americano, que no tiene nada que ver con la raza, la etnia, las creencias religiosas o la fecha que figura en la ciudadanía de uno. Tiene que ver con un lote de ideas excepcionales y algunas reglas simples de conducta.

Una muestra de lo segundo: Sea considerado; ocúpese de sus asuntos; no se meta en los de los demás; colabore; respete las normas del decoro; honre a su familia y a su país; no airee en público sus trapos sucios ni su vocabulario. Y por Dios bendito, no hable de religión. Oh, y no monte espectáculos.

Tomados al pie de la letra, estos principios harían imposible introducirse en el país sin permiso. Alentarían la vida privada y el interés público. También podrían interpretarse como consulta al vecino antes de proyectar una estructura cargada de simbolismo en las inmediaciones de un lugar de duelo nacional.

Nuestro fallo a la hora de trasladar esta parte del sueño americano se ha traducido en que no podemos superar nuestras diferencias. Hasta que lo hagamos, la paz, lamentablemente, no tendrá una oportunidad.

Noticias relacionadas

El cisne negro de Biden sería la protesta de los estudiantes universitarios contra la invasión de Gaza en las Universidades de Columbia y la UCLA y su violento desalojo por la policía, movimiento de protesta que por mimetismo podría extenderse al resto de Universidades de Estados Unidos, rememorando las protestas de 1968 contra la guerra de Vietnam.

Un 14 de mayo de 1935 el Comité Pro-Paz en América advertía que la guerra del Chaco era una amenaza para la democracia en todo el continente. Este comité se había constituido en la ciudad argentina de Córdoba, y lo integraban poetas e intelectuales de varias nacionalidades.

El presidente Sánchez ha hablado estos días de la necesidad de un plan de regeneración democrática, que considera “uno de los desafíos más trascendentes”, para lo que propondrá “medidas y acciones para reforzar y prestigiar la democracia”. Pero ¿de qué regeneración democrática hablamos?

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto