Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Análisis internacional

El Pulpo Paul

Isaac Bigio
Isaac Bigio
martes, 13 de julio de 2010, 22:37 h (CET)
La estrella de este mundial no fue un crack como Pelé o Maradona. Más bien, ha sido alguien quien no tiene dos piernas sino ocho, que no muestra emociones aunque tenga tres corazones y que, si bien no es de la nobleza, tiene sangre realmente azul. Tampoco ha sido una persona que ha jugado en un estadio de Sudáfrica, sino un animal más chico que un balón, que está a miles de kilómetros de distancia y que vive en un pequeño estanque de agua.

Hoy muy pocos saben cómo se llamaba la mascota oficial del mundial (el leopardo Zakumi) o quien recibió el botín de oro (Thomas Muller) o el balón de oro (Diego Forlán), pero todos saben quién es el pulpo Paul. La gente se pregunta cómo es posible que un invertebrado que no entiende o habla lengua alguna, que no ve TV ni sabe nada de deportes, cuya visión no capta colores y cuya especie no llega a vivir más de 3 años sea capaz de haber pronosticado sin un solo error los resultados de 8 partidos en el mundial (una posibilidad de 1 en 256).

Para el grueso de los científicos ello fue pura coincidencia, algún entrenador inducía al pulpo a optar por tal o cual carnada, o a que el pulpo prefería las banderas con franjas y tonos más llamativos. No faltarán quienes conciban la posibilidad de que ciertos animales puedan tener sentidos inconcebibles para los humanos, así como los elefantes se comunican a kilómetros de distancia captando la vibración de sus pisadas o los tiburones captan la electricidad.

La fama de Paul hará que se renueve el interés de la ciencia en los pulpos. Hay unas 300 especies de ellos, quienes, junto a las sepias, calamares y nautilos conforman una clase de 700 a 800 especies de cefalópodos. De todos los animales sin huesos estos son los más inteligentes. Se han filmado a pulpos aprendiendo a abrir botellas y cajas, y a crear instrumentos como cortando un coco para meterse en su interior y hacerse rodar dentro de él para escapar de sus enemigos.

Sin embargo, ellos no aprenden de sus padres, a quienes no conocen. Por ello y por su limitada duración de vida (pocos meses o años) ellos no pueden desarrollar mucho sus facultades de aprender por su propia experiencia.
Los pulpos (octopus en inglés y polvo en portugués) no pueden tener muchos actos sexuales. El macho muere después de hacer ello y la hembra tras alumbrar una sola vez hasta 200,000 huevos.

Los cefalópodos cambian de color como medio de comunicación, defensa o ataque. Todos los pulpos tienen tinta y veneno (aunque solo los de anillos azules tienen uno que puede matar a los humanos y que no hay antídoto contra él). Los pulpos imitadores (descubiertos hace 12 años) han aprendido, además, a copiar las formas y los movimientos de peces, anguilas o serpientes para despistar a sus adversarios.

Los cefalópodos podrán vivir poco tiempo, pero su estirpe data de unos 500 millones de años (unas 10 veces más que la de los monos de la cual provenimos). Según Dougal Dixon, la autoridad mundial en pronosticar los animales del futuro, cuando los mamíferos se extingan serán los descendientes de los pulpos quienes colonicen la tierra desarrollando formas parecidas a los elefantes o a los simios.

Noticias relacionadas

Es invisible, intangible y, sin embargo, nos atraviesa por completo. Puede cambiarnos el humor en cuestión de segundos, hacernos llorar sin motivo aparente, evocarnos un recuerdo lejano o unirnos a desconocidos en un mismo latido. La música es mucho más que una forma de entretenimiento, es una fuerza capaz de modificar nuestro estado físico, emocional, mental y hasta social. A veces sin que siquiera lo notemos.

Del mismo modo que siempre hay una primera vez para lo que hacemos –primer llanto, primeras palabras, primeros pasos, primeros amores…–, sucede lo mismo con su antónimo, que también hay siempre una última vez para todo, aunque, a diferencia de la otra, en muchas ocasiones desconozcamos que no habrá más.

Apoyo a los países que eligen controlar sus fronteras, y que van en contra de la hipócrita integración que propone la mafiosa Unión Europea. España se ve muy perjudicada en una Europa de libre circulación de personas, ya que nuestros intereses internacionales (que a menudo no coinciden con los de otros países europeos) son más difíciles de defender dentro de un “club de alterne” como es en lo que se ha convertido la Unión Europea.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto